Dime de qué ríes y te diré de dónde vienes

miércoles, 12 de julio de 2017 · 15:49
OAXACA (Proceso).- Recuerdo un chiste que contó Rufino Tamayo en una reunión a la hora de la comida, de algo que sucedió durante el sexenio de Luis Echeverría. El presidente acostumbraba a dar discursos en todos los lugares a donde acudía. Ese día, para su sorpresa, todos los que estaban oyendo el discurso, al final alzaron los brazos e hicieron con las manos el símbolo de la “V” de la victoria, Echeverría estaba muy orgulloso y le dijo al secretario de Educación, Víctor Bravo Ahuja, “ya viste cómo me quieren”. Era el cuarto año de su sexenio. Don Víctor le contestó: No, señor Presidente. le están diciendo “te faltan dos años, hijo de tal por cual, ya pronto te vas a ir”. Por este chiste Tamayo realizó la obra El líder (1973). [caption id="attachment_494641" align="aligncenter" width="702"]El Líder (1973), de Rufino Tamayo. El Líder (1973), de Rufino Tamayo. [/caption] *  *  * De qué se ríen los españoles El cardenal decía que los españoles somos bestias; el bacín junto a la cabecera de la cama y el dinero en el Banco, habiendo de ser todo lo contrario. * Perico de Ayala, truhan del marqués de Villena, que después fue del Emperador, fue a visitar a don Francés, moribundo, y díjole: –Hermano, ruégote que cuando estés en el cielo ruegues a Dios que haya merced de mi ánima. Respondióle don Francés: –Átame un hilo a este dedo meñique porque no se me olvide. Y luego murió. [caption id="attachment_494642" align="aligncenter" width="702"]Obra creada por Toledo a partir del lienzo de Tamayo. Obra creada por Toledo a partir del lienzo de Tamayo.[/caption] * Sirviendo a una mesa de un señor una grulla, no traía más de una pierna, porque la otra se la había comido el paje. El señor dijo: –¿Cómo no trae esta grulla más de una pierna? Respondió el paje: –Señor, las grullas no tienen más de una pierna. El amo dijo: –Pues yo te llevaré mañana de caza, y verás cómo tienen dos, y me lo pagarás. Otro día fueron a caza, y topáronse unas grullas que todas estaban sobre un pie. Entonces el paje dijo a su amo: –Mire, vuesa merced, cómo no tienen más de un pie. El amo arremetió el caballo diciendo: –¡Ox, ox! Y sacaron la otra pierna y empezaron a volar. Díjole el amo –¿Ves cómo tienes dos? Respondió el paje: –Oxeara, vuesa merced, a la del plato, y también sacara la otra que tenía escondida en el cuerpo. ________________________ Del libro Los viejos cuentos españoles. Elegidos en las colecciones de Arguijo, Garibay, Pinedo y El Duque de Frías. [caption id="attachment_494640" align="aligncenter" width="702"]Retrato de James Joyce. Retrato de James Joyce.[/caption] *  *  * De qué se ríen los irlandeses  –Cuenta la historia –dijo– de que dos borrachos vinieron aquí un atardecer con niebla buscando la tumba de un amigo de ellos. Preguntaron por Mulcahy el del Coombe y les dijeron dónde estaba enterrado. Después de andar tropezando por ahí en la niebla encontraron la tumba, claro que sí. Uno de los borrachos fue leyendo el nombre: Terence Mulcahy. El otro borracho estaba mirando una estatua del Salvador que había hecho poner la viuda. El administrador echó una mirada a uno de los sepulcros que dejaban atrás. Continuó: –Y después de mucho mirar a la figura sagrada, dice, No se parece a él ni pizca jodida. Ese no es Mulcahy, dice, lo haya hecho quien lo haya hecho. ________________________ Del libro Ulises de James Joyce. Traducción de J. M. Valverde. [caption id="attachment_494643" align="aligncenter" width="1200"]Dime de qué ríes y te diré de dónde vienes, de Toledo. Dime de qué ríes y te diré de dónde vienes, de Toledo.[/caption] *  *  * Reírse en sueños Frankfurt, enero de 1954. Oí la inconfundible voz de Hitler procedente de unos altavoces con una arenga: “Puesto que ayer mi única hermana fue víctima de un trágico accidente, decreto que hoy, como expiación, descarrilen todos los trenes”. Me desperté riendo a carcajadas. *  *  * Locarno, 30 de agosto de 1954. San Carlos Borromeo intentó meterse en el Crucificado por el ano. Por un milagro, éste se abrió, y Borromeo desapareció completamente dentro, por lo cual fue santificado. No quedó del todo claro si lo hizo con el Jesús vivo o con una escultura. Pero yo vi con total nitidez cómo se encaramó a una cruz y se metió entre las piernas de Cristo. De profesión, Carlos Borromeo era coronel. Todo lo soñé con suma seriedad de la cual duraba aun después de despertarme, hasta que no pude por menos que reírme tanto que tuve que hacer un gran esfuerzo para no despertar a Gretel. Por eso la iglesia se llama San Carlos Borromeo en el Intestino, en lenguaje popular altobávaro: San Carlos Borromeo en el Culo. Un par de días antes, un sueño probablemente sin conexión con éste, pero indescriptiblemente espantoso. Yo estaba, no solo (¿con mi madre?), en una taberna junto al Main, la primera casa del casco antiguo pasado el Puente Viejo. Había allí toda clase de abortos y enanos del más minúsculo tamaño, entre otros una mera cabeza de negro viva, que se movían por entre las piernas como langostas y querían atacar los genitales de las personas. A mi pregunta, la respuesta de que era una especie de puticlub masoquista, pero sonaba a burla: había que martirizarnos. El mismo miedo que de niño a la zona de mala fama o, más tarde, cuando una animadora me metió la mano en los pantalones. –Luego, en mitad de la noche, en la esquina de Schöne Aussicht y SchützenstraBe. Muchas personas completamente calladas, entre sombras. Superficialmente tranquilo: no me hacen nada. Por debajo, un miedo aún mayor, a su irrealidad. ________________________ Del libro Sueños de Theodor W. Adorno. *  *  * De qué se ríen los juchitecos En la puerta de la enramada se ensartan doce docenas de gallinas sacrificadas, ya desplumadas y sin cabeza, que deben exhibirse para la satisfacción del público. Sobre la sarta de gallinas, dos estudiantes juchitecos hicieron una noche este chiste: “Lipe Lénae contemplando aquellas gallinas ensartadas le dijo a Antonio Blas: ¿Xhi ñúnu pa ñácu ca beere za dó cá ya? Y Antonio rápidamente le contestó: ¿Laaca xhi ñúnu pa ñácu dooh za xhaná cá ya? La pregunta de Lipe fue: ¿Qué harías si fueras una de esas gallinas ensartadas por ese hilo en el trasero? La respuesta de Antonio fue: ¿Y qué harías si tú fueras el hilo por donde estuviera ensartado?”. Un gran aplauso siguió a este chiste, porque todas esas gallinas se exhiben ensartadas por la parte ya indicada. ________________________ Del libro Los zapotecos. Monografía histórica, etnográfica y económica. Trabajo dirigido por el licenciado Lucio Mendieta y Núñez. *  *  * Xchiste ni cayati guiigu Rabicabe tobi chi tidi’ guiigu’ cayaca zia’ –Bicaa xigaca ndaanu’. –Co’ –ná–, zacasi zaxuuba’. Biaba nisaque. Bia’ galaa guiigu’ zé’ guzulu cayati guiigu’. –Latané xigaque –ná, garondati’ ribee ique ndaani’ nisaque. –Zacasi güe’ nga –rabicabe laa. (Biuí’ Che Quiade) Traducción: Chiste del que se  ahogaba en el río Le dijeron a uno que iba a cruzar el río que estaba creciendo. –Pon la jícara esa en tu estómago. –No –dijo–, así no más nadaré. Cayó al agua. Como a medio río iba, comenzó a ahogarse. –Traigan la jícara aquella –decía, cada que sacaba la cabeza dentro del agua. –Así no más tómala –le decían. (Contó Ché Quiade) ________________________ Del libro Mentiras y chistes, de Gabriel López Chiñas *  *  * El que vio cuando batían el chocolate  Una madrugada llegaron, llegó mi tío, el hermano de mi mamá, Chenchu Man le decían; llegó donde estaban reunidas unas gentes de nuestro pueblo, gente de Ixhuatán; había bebido toda la noche, ya no tenían con qué comprar mezcal, ya nada más estaban platicando; no podían separarse. Platicaron de todo. Cuando terminaron de contar sus historias, empezaron a platicar de los que morían repentinamente. –Si se acuerdan –dijo uno de ellos– murió el señor Teodoro Fuentes, murió repentinamente. –Ah, cierto –dijeron–, llegó a su casa aquella noche, estaba bien y cuando amaneció ya había muerto. –Si se acuerdan… Mencionaron a todos los que habían muerto repentinamente. –¿Por qué mueren? –dijo alguien–, ¿por qué muere la gente? Fue entonces cuando intervino este Chenchu Man. Oyó que decían que el chocolate es venenoso. Dijo: –Si se acuerdan del finado Juan Matus. –Claro que lo recordamos –dijeron–, ese hombre murió repentinamente, ¿verdad? –Eso es lo que les voy a contar –dijo Chenchu Man. –En la tarde, en la noche que murió –dijo– llegó a su casa; había ido a la milpa, tenía su machete colgado al hombro, llegó a su casa, colgó su machete en la entrada de la casa, se quitó su sombrero, sacó un paliacate rojo y se limpió la frente. Estaba hablando de otra cosa, había agarrado otro camino. –…Se limpió la frente porque estaba sudando y entró a la casa donde guardaban al santo, vio a su hija Maclovia montada por Samuel Manso. Ah, se echó hacía atrás y salió, se sintió. Fue a la casa donde está la cocina y le pidió a su hija Victoria que le diera de comer. ¿Conocen ustedes a Victoria? Muchachita, como de ocho, como de diez años; esa niña le dio de comer. Le dio la muchacha: una jícara de pozol y carne frita de puerco, tortillas, frijoles y una jícara de café. Aquella noche murió. –Chenchu Man, hijo de la chingada, pero él no tomó chocolate. –No lo tomó –dijo–, pero vio cómo lo batían. ________________________ Texto de Andrés Henestrosa, incluido en el libro Guie´sti´diidxazá (La flor de la palabra), estudio introductorio y selección de Víctor de la Cruz. *  *  * De qué se ríen los judíos Un padre judío estaba muy preocupado por la manera como su hijo había resultado y fue a ver al rabino para preguntarle. “Rabino, lo eduqué en la fe, le hice un gran Bar Mitzvah y me costó una fortuna educarlo. La semana pasada llega y me dice que ha decidido convertirse en cristiano. ¿En dónde me equivoqué?” El rabino se jala la barba y dice: “Qué extraño que vengas a mí, yo también eduqué a mi hijo en la fe, lo mandé a la universidad, me gasté una fortuna y un día viene y me dice que quiere ser cristiano.” “¿Y qué hizo?”, preguntó el hombre al rabino. “Me dirigí a Dios para obtener la respuesta”, contestó el rabino. “¿Y qué le contestó?”, preguntó el hombre. Me dijo: «Qué extraño que vengas a mí...» ________________________ Tomado de la página http://www.huffingtonpost.com/lawrence-rifkin/5-best-jewish-jokes-ever_b_7630812.html  Traducido por Neftalí García Fernández del Campo *  *  * De qué se ríen los chinos A menudo encontramos en los chistes un punto de vista imposible. Un chiste sexual chino contemporáneo nos relata una conversación entre dos hermanos gemelos cuando todavía son fetos en el vientre de su madre; uno le dice al otro: “Me encanta que nuestro padre nos visite, pero ¿por qué es tan grosero al final de cada visita y nos escupe?”. El otro le contesta: “Es cierto, nuestro tío es mucho más amable: siempre viene con un hermoso sombrerito de goma en la cabeza para no escupirnos encima”. ________________________ Del libro Mis chistes, mi filosofía de Slavoj Zizek.

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