Óscar Chávez rinde tributo a la poesía en el Teatro de la Ciudad (Video)

lunes, 24 de julio de 2017 · 08:22
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Con un programa sin concesiones, que dejó para el final sus más reconocidos éxitos, el cantautor Óscar Chávez llevó a cabo su segunda presentación de este fin de semana en el Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris”, en un concierto que lo mismo rindió homenaje a Violeta Parra que al comandante Ernesto “Che” Guevara, sin dejar a un lado los “catorrazos” ya populares entre su público. En punto de las 18:00 horas, los músicos Jorge García (dirección musical y guitarra), Jesús Mendoza (bajo) y Rodrigo Duarte (violonchelo), abrieron la función con la pieza instrumental Los arrayanes. Enseguida inició Chávez, quien como señaló el reportero Roberto Ponce en esta sección el pasado 21 de julio, “como los finos vinos… se le disfruta mejor conforme el paso del tiempo”. Su voz modulada y dulce atrapó desde las primeras interpretaciones: La paloma azul, Amargura y A la luna, éste último un poema de Juan Ramón Jiménez, musicalizado por Rafael Elizondo, cuya belleza le hizo cuestionar: “¿Luego quieren que oigamos narcocorridos?” Hubo espacios para sus propias composiciones, porque si no las canta él nadie más lo hará, bromeó: musicalización a No me condenes, poema de Ramón López Velarde; Cada palabra, Guitarra y Juego, música y letra de él mismo. Y tras el ritmo andaluz del poema Ayer tarde yo cantaba, de García Lorca, al cual se sumó en el cajón el percusionista Julio Aguilar, vino el tributo a la cantautora chilena Violeta Parra --de quien este año se conmemora el centenario de su nacimiento y se recordó el cincuenta aniversario de su fallecimiento el 5 de febrero pasado-- con Gracias a la vida, casi un himno de la canción latinoamericana. Como in crescendo, el también actor, recordado por su participación en la película Los caifanes, fue llevando al público a la excitación política. “Vienen los “catorrazos, anticipó, para comenzar la segunda parte, acompañado por los músicos Héctor Morales, Julio Aguilar y Héctor Blanquet. Fue cuando la voz de José Emilio Pacheco se hizo escuchar a través de la suya con Alta traición: “No amo mi patria. Su fulgor abstracto es inasible. Pero (aunque suena mal) daría la vida por diez lugares suyos…” Enseguida Petróleo, de José de la Vega, con música de Chávez. Y La casota, una parodia de La casita, que el cantautor ha ido adaptando a lo largo de los sexenios, para las casas de algunos expresidentes y ahora dedicó a evocar la Casa Blanca de Angélica Rivera, esposa de Enrique Peña Nieto: “Que de dónde amigo vengo De una casota que tengo que un canal me regaló…” Óscar Chávez cerró con cuatro canciones fuera de programa, interpretadas luego de que los aplausos del público lo hicieron regresar en tres ocasiones al escenario: Hasta siempre, dedicada al "Che" Guevara, en el cincuenta aniversario de su muerte; Macondo, inspirada en la novela Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez; la canción del siglo XIX, Marihuana; y el bolero Un año más sin ti.

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