La Filmoteca de la UNAM resguarda tesoros que reflejan la identidad mexicana

jueves, 3 de agosto de 2017 · 11:48
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) emprendió la tarea de conservar y resguardar en la Filmoteca decenas de películas que hoy se han convertido en tesoros que identifican y muestran parte de nuestro ser. Así lo señaló la directora de ese recinto, Guadalupe Ferrer, y destacó que en su acervo se encuentra el reflejo que los mexicanos han hecho de sí mismos mediante el cine, y como parte de sus tareas sustantivas –apuntó-- resguarda tanto películas del patrimonio universitario como cintas propiedad de productores cinematográficos. Es el caso, dijo, de colecciones particulares, en donde se custodia la filmografía de Jorge Negrete, Pedro Infante, María Félix, David Silva, así como la filmografía de directores relevantes como Emilio Indio Fernández y Roberto Gavaldón. Además, protege tesoros internacionales como una colección de cine silente italiano conocido como Las divas. “No las localizaban en Italia, aquí las teníamos y las compartimos, pues la Filmoteca forma parte de la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF). Ellos correspondieron obsequiándonos copias de cintas como M, el maldito (1931, dirigida por Fritz Lang), La nueva Babilonia (1929, Grigori Kózintsev y Leonid Trauberg) y La caja de pandora (1929, Georg Wilhelm Pabst), cinta destacada del cine alemán. Precisó que los tesoros de la Filmoteca UNAM se conservan en casi 350 mil latas. Todo el material es valioso porque habla de nosotros o del mundo; nos refleja, nos podemos ver en la pantalla, indicó. Joyas notables Entre las joyas notables que se conservan destaca Redes (1934, director Fred Zinnemann y Emilio Gómez Muriel), una producción del Estado en el periodo posrevolucionario, que muestra los rezagos sociales, el maltrato y la explotación a productores, en este caso a pescadores de una región en Veracruz, expuso. También la película Dos monjes, (1934, director Juan Bustillo Oro), inspirada en el expresionismo alemán, y La otra (1946, director Roberto Gavaldón) de la época de oro de nuestro cine. La mujer del puerto (1933, director Arcady Boytler), clásico que marca un momento de nuestro cine sonoro. “Ahí está el planteamiento del papel de la mujer atrapada en una desgracia de vida que la lleva a situaciones que después serán el drama de Aventurera o Salón México, el papel femenino en el melodrama mexicano, contrastante con el de la madre abnegada”, comentó Ferrer. Otro tesoro es la trilogía de Fernando de Fuentes: El compadre Mendoza (1933), Vámonos con Pancho Villa (1935) y Allá en el Rancho Grande (1936), que hablan de la Revolución Mexicana, con una perspectiva más profunda sobre el tema, que después fue telón de fondo para historias de amor o conflictos familiares. En cuanto al género documental, los acervos universitarios pueden calificarse como invaluables. “Se conservan, por ejemplo, cintas acerca de las campañas de vacunación que llevó a cabo el gobierno de México en los años 40, en las que se documenta la preocupación por el mejoramiento de la salud pública”, dijo. Al referirse al archivo sobre la guerra civil española y sus consecuencias, informó que se han recuperado materiales que permitieron hacer una crónica del arribo de los niños españoles a Veracruz y su travesía para llegar a Morelia. Además, recientemente la Filmoteca adquirió, mediante donación, un fondo sobre los indígenas mazahuas. “Pero sin minimizar el valor de otros documentales, el tesoro fundamental corresponde a las imágenes de la Revolución Mexicana”, consideró Ferrer. “Abarca de 1909 a 1929, periodo en que empiezan a formarse las instituciones en el país. Los autores son los hermanos Alva, y las imágenes están enriquecidas con la donación del fondo de Salvador Toscano. Las tomas permitieron documentar, en 20 minutos, la celebración de los 100 años de la Constitución”. Finalmente, la universitaria resaltó que entre los acervos se encuentra la película silente de los hermanos Alva: El aniversario de la muerte de la suegra de Enhart (1913), “una muestra de nuestro primer cine cómico”.

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