Viven en el WTC la primera convención de juguetes coleccionables

miércoles, 9 de agosto de 2017 · 19:26
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Con la experiencia de encuentros como La Mole Comic Con, sus organizadores presentaron los días 4, 5 y 6 de agosto en el World Trade Center (WTC) la primera edición de la Unboxing Toy Convention (UTC), dirigida a coleccionistas de juguetes. Un buen primer intento de dirigirse a los amantes de los juguetes “retro”. Bajo un cartel respaldado por coleccionistas nacionales y extranjeros, la presencia de algunos actores y extras de las películas de Star Wars principalmente, stands de venta, y un espacio de exposición de los coleccionables más buscados, la UTC se desarrolló este fin de semana en los casi seis mil metros cuadrados del Centro de Exposiciones del WTC. La experiencia inició tras el pago respectivo que ascendió a 150 pesos por día --sábado y domingo de 10 a 20 horas, y el viernes fue de 100 pesos--, y tras esto los asistentes se encontraron con un área de exposición de figuras relativas a los personajes de las películas de La guerra de las galaxias, y los superhéroes de Marvel y DC Comics (tanto en versiones de historietas como de películas), algunos en sus paquetes originales de Lili Ledy (principal fábrica de juguetes en México de mediados de los cincuentas a 1985), o versiones de los noventas y más recientes. La oferta en los stands la dominó el mundo de La guerra de las galaxias --a través de la venta en distintas marcas--, Hasbro, Mattel, Hot Wheels, Playmobil (quizá en menor demanda, pero presente), incluso los muñecos de POP! de la marca Funko que hábilmente comercializa no sólo figuras de películas y cómics, sino de series de televisión tanto clásicas como actuales; y sin duda el gran “ganón”: LEGO, el denominado “juguete del siglo” por la revista Fortune, que de acuerdo a un estudio resulta una excelente inversión. Prueba de esto último fue la UTC, pues según el stand y la demanda del muñeco en cuestión, este LEGO se adquiría como pieza suelta desde los 80 hasta los 2 mil pesos. En gran medida la venta estuvo dirigida a la generación Millenial a través de las caricaturas (Cazafantasmas, Las tortugas ninja, He-Man, Masters of the universo, por mencionar algunas); programas (Juego de tronos, The walking dead), y películas de los ochentas, noventas y 2000. Un espacio interesante fueron las actividades de conferencias de coleccionistas como Madhunter, Gus López, Lino Lugo, Luis Villagómez, Carlos Aguilera, el argentino Héctor MondrikM, y el área de firma de autógrafos que tuvo a algunos actores como Dicky Beer (intérprete y stuntman de Mark Hamill en el papel de Luke Skywalker), George Roubicek (quien hiciera el papel del comandante imperial Nahdonnis Praji), Thoby Philpot (principal titiritero de Jabba the hutt), los tres en relación a La guerra de las Galaxias. En algunos casos el costo de la firma iba desde los 200 pesos hasta los 500. Otros de manera más discreta también firmaron, como Yamil Atala --voz en México del personaje de Peter Venkman de la serie animada Los verdaderos cazafantasmas (The Real ghostbusters)--, que fue invitado por el Fan Club Mictlán de México. Una actividad interesante resultó la “subasta”, donde el público podía llevar sus juguetes, registrarlos, y a partir de una valuación ofrecer sus productos. Algunos tuvieron suerte, otros no, pero se vieron piezas interesantes como una feria a escala para niños de la marca Fisher Price, hecho en México en 1976 (y que en subasta se vendió en 500 pesos), o bien un monstruo elástico de color verde de mediados de los ochentas, cuyo precio de salida fue de 8 mil pesos, pero no logró venderse. La primera edición de la Unboxing Toy Convention tuvo una actividad interesante para ser su primera vez, pero mucha tarea por hacer para planear una segunda ocasión, por ejemplo: Los fanáticos y coleccionistas que buscaban juguetes de los años cincuentas, sesentas y setentas se quedaron relegados; los que asistieron queriendo ver, intercambiar y/o comprar coleccionables de “Héroes de acción” (GI Joe) o los vaqueros y los indios de Plastimarx, por mencionar algunos, no tuvieron espacio. De igual manera los juguetes dirigidos al sector femenil. Además de mejorar la seguridad del lugar, se notó que a los organizadores les interesó más que nadie entrara sin pagar (pues revisaban la pulsera de acceso); tampoco se trataba de revisar con lupa, pero con puertas detectoras de armas u objetos punzocortantes hubiera bastado para ellos y todos los asistentes.

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