Mediterráneo SOS

miércoles, 16 de agosto de 2017 · 09:00
MADRID (apro).— El buque de Proactiva Open Arms, el Golfo Azurro, dedicado al rescate de inmigrantes en las aguas del Mediterráneo, tuvo un segundo incidente con la Guardia Costera libia, la cual lanzó disparos de advertencia contra el barco de la ONG española. Les permitieron marcharse bajo la advertencia de que les dispararían si se producía una nueva incursión en “aguas jurisdiccionales” libias. Previo a esto, los mantuvieron durante casi dos horas retenidos y les obligaron a cambiar el rumbo para llevarlos a Trípoli, siendo todo el tiempo encañonados. Oscar Camps, el fundador de la ONG, escribió en Twitter que se trataba de “un secuestro en toda regla” porque el buque Golfo Azurro se encontraba a 27 millas de la costa libia, que consideran “aguas internacionales”. Una portavoz de Proactiva Open Arms advirtió que ha sido un “acto de piratería”. Y denunció que los guardacostas libios no molestaron al C-star, el barco fletado por la organización ultraderechista Defend Europe, que se encontraba en la misma zona y que desde hace semanas obstaculiza las tareas de salvamento y acusa a las organizaciones humanitarias de estar ayudando a la inmigración de Oriente Medio y África a llegar a Europa. El incidente de este martes 14 se produce en medio de la tensión entre las autoridades libias, apoyadas por Italia y la Unión Europea, y las organizaciones humanitarias. Como un acto de protesta, tres de estas organizaciones, Médicos Sin fronteras, la alemana Sea Eye y Save the Children han decidido suspender su misión humanitaria después de que la Marina libia anunció que no permitirá que actúen hasta después de los 150 kilómetros de la costa, pese a que antes lo hacían a poco más de 22 kilómetros de la misma. Según el relato de Open Arms, su buque humanitario realizaba ejercicios de rescate a 27 kilómetros de la costa, cuando arribó a toda velocidad la patrullera libia y por radio les interpeló si tenían autorización de Libia para estar ahí. La respuesta del comandante del buque de Open Arms fue que estaban en aguas internacionales y que operaban bajo la coordinación de las autoridades italianas. En respuesta la patrullera libia les ordenó cambiar de rumbo y dirigirse a Trípoli, advirtiéndoles de que dispararían si no cumplían la orden. Y aunque en principio hicieron caso y marchaban a baja velocidad para ganar tiempo y establecer contacto con las autoridades españolas e italianas para denunciarla situación. Tras una hora y 44 minutos, sin explicación, les dejaron marcharse. La decisión de Libia de desplazar la línea mar adentro está dirigida abiertamente contra las ong de ayuda humanitaria a los inmigrantes. La medida está dirigida contra las organizaciones “que pretenden salvar los migrantes ilegales y realizar acciones humanitarias. Deseamos enviar un mensaje claro a todos los que atentan contra la soberanía libia y faltan al respeto a los guardacostas y la Marina”, según un portavoz de la Marina libia, que cita el diario El País. Una semana antes del incidente del martes 14, un buque de Proactiva Open Arms, que se ha negado a abandonar la labor humanitaria, recibió dos ráfagas de aviso de una patrullera libia que le amenazó con dispararles directamente si se atrevían a regresar. Guillermo Cañardo, coordinador de la misión de la organización, insistió en diversas entrevistas con medios españoles que lo inquietante es que una Guardia costera como la libia, “pagada, instruida y equipada por Europa, dispare a un barco español en aguas internacionales”. Antes del anuncio de Libia de gestionar esta amplia zona del Mediterráneo frente a sus costas, estaba bajo responsabilidad italiana, por ello todas las ong que operaban en la zona se coordinaban con el centro de rescate marino de Roma. Asediado por la gestión del enorme flujo de inmigrantes, Italia no ha recibido apoyo directo de sus socios en la Unión Europea, ya que ni Francia ni España se mostraron dispuestos a recibir en sus puertos a los inmigrantes rescatados en altamar. El ministro de Asuntos Exteriores italiano, Angelino Alfano, se congratuló de la decisión de Libia y su papel en la contención del flujo de inmigrantes, porque a su juicio esto produce “un reequilibrio en el Mediterráneo”. Esta decisión apoyada desde Italia y la Unión Europea son malas noticias para los miles de inmigrantes que intentan cruzar el Mediterráneo y la previsión es que se produzcan más incidentes de las frágiles embarcaciones y posibles nuevas muertes. Las organizaciones humanitarias se niegan a trabajar bajo las nuevas reglas, que implicaría continuar con sus actividades de rescate bajo la coordinación ya no de Italia, sino de Libia y, por tanto, entregárselos a este país. No están de acuerdo porque cerraría a los migrantes su derecho a solicitar asilo y los condenaría a internamiento en campos de refugiados libios, donde hay evidencias documentadas de que no se respetan los derechos humanos. Médicos Sin Fronteras advirtió en su comunicado que “si los buques de las ong son expulsados del Mediterráneo, habrá menos preparados para socorrer a los inmigrantes antes de que se hundan y quien no se ahogue será interceptado y devuelto a Libia, un lugar sin ley y con detenciones arbitrarias y violencia extrema. En lo que va del año, 117 mil inmigrantes llegaron a las costas europeas y se estima en 2,400 los ahogados en el intento, según los números de la agencia de la ONU para las migraciones. Frontex, la agencia europea de fronteras, asegura que las llegadas a Italia se redujeron casi a la mitad –el flujo se empezó a desviar a la ruta Marruecos-España— desde el mes de julio, cuando Francia y España se negaron. Esto se suma a una campaña de opinión pública a desacreditar a las organizaciones humanitarias y hablar de su connivencia con los traficantes de inmigrantes. Europa mantiene un silencio absoluto sobre la actuación de la organización ultraderechista Defend Europe, que fletó el barco C-star, para lanzarse al Mediterráneo a obstaculizar la labor de las organizaciones humanitarias en el rescate de inmigrantes. Los dos barcos de Proactiva Open Arms, el Golfo Azurro y el Open Arms han recibido mensajes amenazantes desde el “barco ultraderechista”, confirma la organización española. Una queja de las organizaciones humanitarias es que el barco de Defend Europe utiliza el canal de radio reservado para las emergencias marítimas para lanzar sus mensajes amenazantes. El conjunto de hechos muestran un panorama muy negro para el futuro de la inmigración a través del Mediterráneo, la mayor fosa común bajo el disimulo de Europa y del mundo. Notas al margen ¿Qué hará España en el caso del escritor y periodista sueco-turco Hamza Yalcin, de 59 años, preso en Barcelona a la espera que Turquía formalice su demanda de extradición? Según la apelación de la defensa del periodista que pide su libertad condicional, se justifica la “imposibilidad” de su extradición porque sobre él pesan dos penas de muerte pendientes en Turquía, lo que vulneraría sus derechos humanos. De acuerdo con la agencia de noticias turca Dogan, Turquía emitió una orden de detención contra Hamza Yalcin, bajo la acusación de insultar al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, por un artículo publicado en la revista turca Focus, y de supuestos “vínculos terroristas” con el grupo ilegal de extrema izquierda Partido-Frente Revolucionario de Liberación Popular (DHKP-C), por dos artículos publicados en la revista turca Odak, en 2010.

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