En la renegociación del TLCAN, Estados Unidos pide 'mejoras mayores”, no cambios cosméticos

miércoles, 16 de agosto de 2017 · 11:26
WASHINGTON (apro).- Al arrancar la primera ronda de renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el gobierno de Estados Unidos manifestó que quiere “mejoras mayores” en el acuerdo pactado con México y Canadá, y no simples cambios cosméticos o de modernización. “Sentimos que el TLCAN ha sido un fracaso para muchos, muchos estadunidenses, y necesitamos mejoras mayores”, declaró Robert Lighthizer, representante comercial de la Casa Blanca. Antes de que hablara Lighthizer, el secretario de Economía de México y la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Idelfonso Guajardo y Chrystia Freeland, habían dicho que esperaban un ambiente de cordialidad y no de confrontación en este proceso de renegociación. El representante comercial de la Casa Blanca fue muy directo en su posicionamiento al enfatizar que el presidente de su país, Donald Trump, quiere cambios al tratado para cumplir sus promesas de campaña de recuperar los empleos que se han perdido en Estados Unidos por el TLCAN y regresar a las empresas que se han ido en busca de mano de obra barata. “Necesitamos garantizar que no habrá continuidad en los enormes déficits comerciales, que tengamos equilibrio y reciprocidad, y esto debe revisarse con periodicidad”, asentó Lighthizer. El gobierno de Trump ha culpado al TLCAN del déficit comercial con México, calculado en unos 60 mil millones de dólares, que con la nueva cara del acuerdo quiere bajar a 11 mil millones de dólares. En las renegociaciones del TLCAN, la Representación Especial de Comercio de la Casa Blanca (USTR, por sus siglas en inglés) pretende obligar a que el gobierno mexicano compre más productos estadunidenses como alternativa para reducir el déficit comercial. Y es que los números negativos en la balanza comercial internacional de Estados Unidos, nada más en el área de bienes, equivalen a 365 mil millones de dólares. “Las reglas de origen, particularmente en automóviles y refacciones, tendrán que requerir un contenido mayor de producción y manufactura norteamericana y un contenido substancial de Estados Unidos”, indico Lighthizer como otra de las condiciones de Trump en las renegociaciones. De acuerdo con el encargado de rehacer al tratado con Canadá y México, deben establecerse nuevas reglas, más severas, en materia laboral. “El acuerdo debe contar con mecanismos sobre manipulación monetaria y solución de disputas comerciales que deben acoplarse y respetar nuestros intereses de seguridad nacional, soberanía y proceso democrático”, subrayó. En ese sentido, Estados Unidos quiere eliminar el Capítulo 19 del TLCAN original, que se refiere a la solución de disputas por denuncias de dumping, prácticas injustas de comercio, laborales y de medio ambiente. Actualmente esas disputas se resuelven en el ámbito tripartita y ajustado a lo que se definió hace 23 años. “Estos son solamente unos cuantos ejemplos de prioridades clave para Estados Unidos, pero creo que son suficientes para demostrar que nuestra tarea es muy difícil”, machacó Lightizher. Ello, tomando en cuenta que el gobierno de Donald Trump achaca al TLCAN original, que comenzó a negociarse en 1991, la pérdida de 700 mil empleos. La apertura de la primera ronda de renegociaciones que se realiza en el hotel Marriot Wardman Park, en las oficinas de la USTR y otros lugares que no se dieron a conocer, fue ríspida después de que Lighthizer habló ante sus contrapartes. En español, Freeland comenzó diciendo que Canadá acogía con beneplácito las actualizaciones del TLCAN, ya que serían más progresivas en materia laboral y de medio ambiente. “Queremos un acuerdo justo y libre, modernizado y ajustado al siglo XXI… tomando ventaja de lo que ya tenemos para hacerlo más progresivo”, indicó la ministra canadiense. Por su parte, el secretario de Economía del gobierno de Enrique Peña Nieto declaró que en la primera ronda de renegociaciones se avocarían a mirar hacia el futuro y no al pasado. “El TLCAN ha sido un éxito rotundo para todas las partes y estamos también de acuerdo en que hay espacio para modernizarlo, a fin de hacerlo un acuerdo más exitoso”, considero Guajardo. En esta primera ronda llegó a Washington un equipo de 75 negociadores por parte de Canadá y 30 de México. Las mesas de negociación que permanecerán abiertas hasta el próximo domingo 20 revisarán los 30 capítulos del TLCAN. En la sesión de apertura estuvieron presentes, por parte de Estados Unidos, Robert Lighthizer; John Melle, jefe negociador, y Steven Vaught, asesor general. La representación de México estuvo encabezada por Guajardo; Kenneth Smith, jefe del equipo negociador, y Juan Carlos Baker, subsecretario de Economía para Comercio Internacional. Por Canadá participaron Freeland y Steve Verhuel, jefe del equipo de negociaciones. Cada una de las delegaciones es asesorada por el sector privado, que para el caso de México está conformada por el Consejo Coordinador Empresarial que encabeza Juan Pablo Castañon y exfuncionarios mexicanos como Herminio Blanco, secretario de Comercio en la presidencia de Carlos Salinas de Gortari, y Jaime Serra Puche, secretario de Hacienda en el gobierno de Ernesto Zedillo, ambos veteranos de las negociaciones originales del TLCAN. Además, en Washington hay 150 empresarios por parte de México. A las renegociaciones del TLCAN también asiste una delegación de legisladores federales mexicanos de los partidos políticos “más importantes” del país, señaló Guajardo durante la ceremonia de apertura. Al ser cuestionado por Apro sobre la posición con la que Estados Unidos dio el banderazo a las renegociaciones, Ernesto Cordero, senador del PAN, respondió que es lo que se esperaba de un gobierno como el de Donald Trump. “Era lo que ya sabíamos, que no entiende nada de nada, que necesitan unas clases de economía estos señores. Y, bueno, fácil no va a ser”, apuntó. Al insistirle cuál debe ser la posición de México ante Estados Unidos, respondió: “Pragmática y con demostración de dignidad. Tampoco hay que equivocarnos o hacernos bolas, esto es un asunto de pragmatismo; habrá cosas que ceder y cosas que ganar”.

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