Tercera División: la cancha enlodada

domingo, 20 de agosto de 2017 · 11:54
Inconformes por dobles cobros, violaciones al reglamento y otras anomalías, algunos dueños de clubes de la Tercera División Profesional de la Federación Mexicana de Futbol realizaron sus propias investigaciones y descubrieron que el presidente del sector, José Escobedo Corro, ha cometido otras graves irregularidades en perjuicio de los equipos. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- a próximo el inicio de la temporada 2017-2018, el 1 de septiembre, la rama de la Tercera División Profesional de la Federación Mexicana de Futbol (Femexfut), que preside José Escobedo Corro, está envuelta en engaños, desvíos de fondos, irregularidades financieras, cobros excesivos y la ilegal reactivación de las “cuentas por cobrar” de los 213 equipos afiliados, pese a que una auditoría interna las dio por saldadas en el anterior ejercicio fiscal. La rama les pidió más dinero a los equipos por diversos conceptos, entre ellos el derecho a participar en el torneo, seguros de árbitros y Comisión Disciplinaria, lo que configura al menos la presunción de fraude. Además, en una investigación realizada por uno de sus afiliados, que este semanario revisó, aparecen facturas emitidas por la rama al Grupo Constructora Hidalguense S.A. de C.V., a nombre de Julio Guzmán, quien forma parte del comité ejecutivo de la Tercera División. La constructora expidió un cheque por 241 mil 804 pesos a nombre del anterior director, Joaquín Soria, documento que fue depositado en la cuenta del titular de la rama. En la póliza de cheques que expide la empresa el 25 de mayo de 2015 se indica el pago por “gastos de la (selección) Sub-15”. Y resulta que ese año no se integró ningún representativo de esa categoría. Hay también un caso que compromete al hermano del presidente de la Tercera División Profesional: Marco Antonio Escobedo, a quien por órdenes de su familiar, uno de los patrocinadores le depositó en su cuenta bancaria un pago correspondiente al rubro de contrato de seguros para los futbolistas. Según las indagatorias mencionadas, los presidentes y propietarios de equipos no fueron informados de dichos patrocinios por ninguno de los integrantes del comité ejecutivo. Además, Marco Antonio Escobedo no ostenta ningún cargo en el organigrama de la Tercera División Profesional. Por esos motivos, los presidentes y dueños de equipos exigen la renuncia de José Escobedo y tienen en proceso una denuncia penal en contra suya y de los miembros del comité ejecutivo que resulten responsables por los desvíos de fondos y los cobros de cuotas excesivas y antirreglamentarias. El escándalo involucra también al director de contabilidad, Luis Enrique Valencia; al director general, Conrado Sandoval Arzaga; al tesorero, Felipe Sierra, e incluso al alto jerarca de la Femexfut Decio de María, quien conoce estos problemas y nada ha hecho para solucionarlos. Doble cobro La auxiliar de contabilidad Noemí Vega Hernández descubrió la trama de corrupción al percatarse de que el sistema del área fue alterado para reabrir las cuentas de los equipos que ya estaban liquidadas y revisadas por la auditoría interna, a fin de cobrarles de nuevo. Tras avisar a los departamentos jurídico y de contabilidad de la Femexfut, Vega Hernández ratificó, en un oficio que firmó y turnó el pasado 15 de febrero al Comité Ejecutivo de la Tercera División Profesional, que la rama les está exigiendo a los clubes “pagos por cuota de participación y registros de años anteriores, mismas de las que hago conocimiento de que las cuentas de algunos equipos ya están liquidadas, en las que la auditoría hizo ajustes y los cierres correspondientes”. La empleada precisa en ese documento que a los equipos no les habían entregado aún “los comprobantes fiscales, ya que las cuentas estaban saldadas”. Y señala claramente al principal implicado: “La responsabilidad de reabrir estas cuentas fue del C.P. Luis Enrique Valencia, quien empezó a recalcar a los equipos que llegaban a las instalaciones de la federación que tenían un saldo pendiente de liquidar. Al notar dicha controversia, los clubes empezaron a notificar al contador sus depósitos del año correspondiente –en el caso de los que contaban con las respectivas fichas de depósito”. En entrevista, Vega Hernández explica que el sistema contable de la Tercera División muestra con precisión la responsabilidad de Valencia: “Todo lo relacionado a la contabilidad de la rama siempre se audita cada mes, y una vez que las cuentas están saldadas ya no puedes regresarte un año atrás para reactivarlas, por lo mismo de que la auditoria interna ya hizo los ajustes correspondientes. El contador Valencia no tenía por qué abrir esas cuentas, si ya estaban liquidadas.” Narra que los directivos de los equipos se daban cuenta de la irregularidad cuando iban a solicitar su estado de cuenta actualizado. “¿De dónde saca la rama esas cuentas que ya fueron liquidadas?”, decían. “Algunos clubes contaban con las fichas de depósito y ya no se les pudo exigir otro pago. Además, ningún equipo nos debía nada; por el contrario, les debíamos la factura fiscal”. Explica: “A cada franquicia se le abrió una cuenta en Banamex para realizar sus depósitos. De hecho, dueños de equipos me dijeron que el presidente de la rama los estaba presionando para que le pagaran las cuotas que ya habían sido cubiertas. Al final no supe si otros clubes pagaron lo que ya tenían cubierto con anterioridad, porque me salí de la Tercera División al percatarme de estas irregularidades y después de que nadie nos hacía caso. “Salí de la federación en marzo de 2016 y al menos cinco compañeros se fueron después de mí. De todos los que estábamos encargados de las cuentas de los clubes ya nadie está, excepto el contador Valencia. Los que nos salimos quisimos ayudar a los equipos, pero no supimos cómo. Todos los compañeros se fueron sin recibir su liquidación y no han firmado su finiquito porque no los quieren liquidar al cien por ciento.” En cuanto a los equipos, fueron afectados de otras maneras: “Había clubes que habían sido campeones e igual les estaban pidiendo el pago. Pero un equipo no puede salir campeón si antes no ha liquidado todas las cuotas pendientes. Por lo tanto, tampoco pueden participar en el torneo”. Graves irregularidades El maestro de educación física de escuela primaria, Rafael Pérez Montes, dueño y presidente del equipo Santos Córdoba, descubrió una serie de depósitos a la cuenta del proveedor Antonio Vega Álvarez, quien los reembolsa a la cuenta personal del hermano de José Escobedo. En su deslinde, Vega Álvarez giró un escrito al comité ejecutivo de la Tercera División en el cual detalla que en 2014, al iniciar la gestión de Escobedo Corro, se le solicitó una reunión para “presentar diversos artículos (agendas, lapiceros, llaveros, pisapapeles, libretas, entre otros) para los eventos realizados por esa división”. Aclaró que “al término de la negociación de los precios de dichos artículos, el contador público Escobedo Corro me indicó que para ser el proveedor de estos artículos se me condicionaría a la expedición de facturas por diversas cantidades a nombre de la Federación Mexicana de Futbol, las cuales no corresponderían a ninguna compra de los artículos que promuevo”. Vega Álvarez también reveló que se comprometió con el presidente de la Tercera División Profesional a devolverle dichos montos, “que serían depositados a la cuenta personal de su hermano, situaciones que fueron ocurriendo frecuentemente durante su gestión. Hago de su conocimiento dichos sucesos, en virtud de que mi profesionalismo y actividades empresariales no se vean afectadas ni queden en entredicho mi prestigio personal y profesional”. Pérez Montes aporta otro dato, menor, pero que refleja los manejos de Escobedo Corro: la compra de una camioneta Toyota Sienna que nunca ha sido mencionada ni autorizada por la asamblea general del sector. Al menos, no se ha dado a conocer a los presidentes de los equipos. “Por determinación de la asamblea, el presidente de la Tercera División Profesional tiene derecho a disponer de un automóvil… nada más que él tiene dos: una Toyota Sienna y un Accord. Es un abuso de confianza porque nadie le autorizó comprar este coche. Tengo las pólizas de los seguros de los automóviles. “No nos espanta. La rama puede comprar cualquier carro, siempre y cuando sea de utilidad para nosotros, pero resulta que la camioneta circula en Guadalajara con la familia de Escobedo, y el dinero salió de nosotros, porque está facturada a nombre de la Federación Mexicana de Futbol y nosotros la estamos pagando”, detalla el presidente del Santos Córdoba. El 17 de enero pasado dos excolaboradores de la Tercera División Profesional, el contador Mahmud Yahya Sllim y el jefe de operaciones, ingeniero Jorge Fernando Rodríguez, emitieron un oficio conjunto –dirigido “a quien corresponda”– a solicitud de los presidentes y dueños de equipos, “quienes nos requirieron información de los movimientos financieros de esta división que les pertenece, indicándonos que de no otorgarla nos requerirán judicialmente. Por lo tanto, nos permitimos informarles lo siguiente: “Dentro del periodo en el cual estuvimos trabajando a cargo del presidente de esta división, el señor C. P., José Escobedo Corro, se nos indicó en diversas ocasiones realizar depósitos en efectivo, cheques o transferencias a las siguientes cuentas: “A la cuenta personal, con número 70053859122 de Banamex a nombre de su hermano, Marco A. Escobedo. De la misma manera se realizaban este tipo de operaciones a la cuenta personal con número 00193073904 de BBVA Bancomer a nombre del C. P. José Escobedo Corro, así como el pago de sus tarjetas de crédito personales.” Yahya y Rodríguez también revelan que varias veces hicieron depósitos a nombre de la señora Rocío Mancera, encargada de la venta de guayaberas para las asambleas generales, mismos que excedían las partidas para esas compras. El 4 de febrero de 2016, Diego Zavrel Mancera, hijo de la proveedora, emitió un comprobante fiscal digital a la Femexfut como anticipo del 60% de “una” cantidad de guayaberas de algodón para premiación de la Tercera División por un valor de 85 mil 608 pesos. Según las investigaciones de Pérez Montes, esta misma factura se ha pagado en tres ocasiones. El presidente y propietario de Santos Córdoba también tiene documentada la alteración de costos en favor del Club Nuevo Chimalhuacán, presidido por José Bastida Constantino, quien también es miembro del comité ejecutivo. Esa maniobra se concretó por medio de un documento oficial, con hoja membretada del sector y de la Femexfut, que el titular de la rama envió a la presidenta municipal de Chimalhuacán, Rosalba Pineda Ramírez. En el oficio, fechado el 20 de mayo de 2016, Escobedo Corro le enlista a la alcaldesa los pagos requeridos por la rama de la Tercera División para que el equipo local participe en el torneo de liga 2016-2017. Además, le advierte que la fecha límite de pago es el 30 de mayo. “En caso contrario, no se otorgará al club Proyecto Nuevo Chimalhuacán el registro de participación de temporada”. El presidente de la rama desglosó así los conceptos de los pagos: 1.- cuota de participación temporada 2015-2016: 75 mil 400 pesos (el costo real es de 40 mil pesos, por lo que cobraron 34 mil 800 de más), 2.- 35 registros de jugadores: 2 mil 552 pesos. Es decir, debieron cobrar 89 mil 320 pesos por los 35 registros; sin embargo, recibieron del municipio 148 mil 480 pesos (59 mil 160 de más). En total, el ayuntamiento desembolsó 310 mil 839 pesos al presidente de la rama. Para iniciar la temporada 2016-2017 de la Tercera División, 14 equipos se quedaron sin participar por adeudos. No obstante, en diciembre pasado, a mediados del torneo, se descubrió que el líder de la competencia, Sporting Canamy, no había liquidado el valor de la franquicia (1 millón 160 mil pesos). Pese a todo el sector le otorgó un nuevo plazo. Esto viola el Reglamento de Afiliación, Nombre y Sede, el cual establece en su artículo 16: para que los jugadores puedan participar en la temporada deberán estar debidamente registrados por sus clubes en la Femexfut. Asimismo, los equipos tendrán derecho al registro, “siempre y cuando se encuentren al corriente en sus obligaciones económicas y administrativas”. En plena liguilla, la directiva del Atlético Estado de México (AEM) presentó una protesta a la Tercera División Profesional porque le correspondía enfrentar al Sporting Canamy, que arrastraba una falta grave al reglamento durante todo el torneo. Pero el titular de la rama no tomó en cuenta la protesta de AEM. De ahí, el presidente del AEM, Miguel Ángel Rogel Velázquez, solicitó el pasado 6 de junio al secretario general del comité ejecutivo, Manuel Yáñez Sánchez, una reunión a la brevedad en la sede de la Femexfut. La única finalidad de Rogel era mostrarle a José Escobedo los avances y documentos de la investigación realizada por un despacho jurídico en defensa de los intereses de los equipos de esta rama, que involucran al titular del sector y algunos miembros de su comité ejecutivo. Estas indagaciones comenzaron ocho meses atrás, por una iniciativa de Pérez Montes, quien proyectaba convocar a los 213 equipos a una asamblea extraordinaria para exponer las anomalías en esta división de futbol. Pero su intención nunca fue considerada ante las presiones y amenazas que, a decir del profesor, ejercieron los integrantes del comité ejecutivo contra los presidentes y dueños de clubes. Los amarres ya estaban hechos. Aun así, el dueño de Santos Córdoba irrumpió en la junta del comité ejecutivo del sector el pasado 28 de febrero. La sala enmudeció mientras el profesor denunciaba las irregularidades de los jerarcas. Ninguno de los presentes intentó desmentirlo. Este reportaje se publicó en la edición 2128 de la revista Proceso del 13 de agosto de 2017.

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