CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En el segundo día de actividades de la Feria Internacional del Libro Universitario (Filuni) de la UNAM, el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma y el antropólogo e historiador peruano Luis Millones Santagadea realizaron el conversatorio “Sacrificios en Mesoamérica y Los Andes”. El salón Francisco Monterde del Centro de Exposiciones y Congresos de la máxima casa de estudios fue sede de una fascinante charla a propósito de los sacrificios prehispánicos y andinos. Matos Moctezuma, quien inició la charla, explicó: “Mesoamérica fue sede de una variedad de sacrificios (plantas, animales, hombres), y de éstos quizás la más numerosa fue la práctica de extracción del corazón, destinado a los dioses como elemento fundamental para la vida en el universo. “Además de la extracción del corazón, hubo decapitaciones, degollamientos y en ocasiones sacrificios por ahogamiento y flechamiento, quemados y extracción de entrañas. Por ejemplo, los sacerdotes en la sociedad mexica se llegaban a vestir con pieles humanas de acuerdo a las creencias.” Respecto a los lugares donde se practicaban los rituales comentó: “Usualmente se hacía en espacios considerados sagrados, cerca de lagos por ejemplo, y a los individuos a sacrificar se les colocaban características propias de la ceremonia. Sabemos que en sacrificios de festividades adquirían las características de la deidad, siempre dentro del ámbito de lo sagrado” Por su parte Luis Millones, reconocido por su investigación sobre etnicidad y religiosidad andina, relató a los presentes que a diferencia de los mesoamericanos, los andinos no tuvieron “códices” ni dibujos o escrituras que hayan dado un conocimiento sólido al respecto: “Mientras que en México gobernó en su mejor momento la Triple Alianza (conformada por los pueblos de Tenochtitlán. Texcoco y Tacuba) el interés del imperio inca fue establecer una forma unitaria de gobierno, predominó el kéchua y se perdieron muchas lenguas. No se hicieron códices. Existen cuerdas con nudos y en cada nudo diversos objetos de colores, pero no se ha logrado una lectura al nivel de lo existente en México, cuyo desarrollo en ese sentido ha sido más sólido. “Pero sí hay diferencias marcadas en cuanto al trato de la muerte. En la cultura mesoamericana los nobles morían, en la nobleza andina se pensaba en la inmortalidad, sus cuerpos se momificaban y seguían manteniendo su estatus a través de un hombre y mujer que decidían por ellos como si fueran intérpretes, aún muerto conservaban todo, esposas, pertenencias.” “De manera que los recién elegidos no adquirían posesiones, solo poder político y la manera de obtener posesiones era a través de la guerra.” Comentó que existían sacrificios “capacocha”, que consistían en solicitar a pueblos los niños más puros (sin cicatrices, marcas o enfermedades) mismos que eran enviados a Cusco para que los nobles viejos se frotaran con ellos y adquirieran vitalidad. Al regresar a sus comunidades los sacrificaban, los enterraban en la tierra, dejaban que lloraran para que su llanto regara la tierra y la hiciera fértil. Miles de niños fueron sacrificados.” Entre los sacrificios andinos más comunes, reveló, estaban los enterramientos, degollamientos (sobre todo en periodos de guerra), así como golpes con mazos. La similitud que guardaban los sacrificios andinos y mesoamericanos eran la parte de “rito”, además de usarse con propósitos sagrados. Este conversatorio forma parte del variado programa de la Filuni que inició el  martes pasado con presentaciones de libros, talleres, conversatorios, mesas redondas, conferencias, lecturas, ciclos de cine (en la Sala José Revueltas del Centro Cultural Universitario) y música hasta este domingo 27. El programa se puede consultar desde la web http://www.filuni.unam.mx/ En total 200 actividades a lo largo de los seis días del encuentro librero. Con sede al sur de la ciudad, la primera edición de la feria que contempla como invitada a la Universidad de Salamanca, España (y por ello un amplio stand en el centro del recinto de convenciones), tiene a 40 editoriales de 12 países a través de 66 stands, la mayoría de ellos de ediciones universitarias.