MADRID (apro).- Miles de catalanes abarrotaron este lunes las principales calles de Barcelona durante el festejo de la Diada, el Día de Cataluña, con la reivindicación política a favor del referéndum de autodeterminación citado para el 1 de octubre (1-O), pero prohibido por el Tribunal Constitucional a petición del gobierno central, por considerarlo inconstitucional. El presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sánchez, leyó un manifiesto en el que señaló que “de todas las revoluciones, ésta es la más bonita, con ilusión, humor y convencimiento, la revolución de las sonrisas. Con esta actitud no podrán ni fiscales, ni jueces, ni Guardia Civil”, subrayó. En medio de gritos de “votarem” (votaré, en catalán) de los miles que desbordaron las calles, el dirigente de ANC, una de las plataformas sociales independentistas que organiza esta concentración, anunció que en 20 días saldrán nuevamente a la calle, en alusión al día del referéndum, “y seremos muchos más”. Tras anunciar que según los cálculos del ayuntamiento de la ciudad condal se habían concentrado un millón de personas, aseguró: “No dependemos de nadie, solo de nosotros. Es la hora de la gente, es nuestra hora”. En el cruce de la avenida Passeig de Gràcia y la calle Aragó, epicentro de la manifestación, varias lonas de gran tamaño iban pasando por encima de la cabeza de la gente, la primera con el lema “referéndum es democracia”, otra con la figura de una urna, una más con el logo del “sí” y la última con el lema “paz y libertad”, todas seguidas por cámaras desde un helicóptero. Momentos antes la gente realizó un minuto de silencio por las víctimas de los atentados de Barcelona y Cambrils y cantaron Els Segador, el himno catalán. En las calles a rebosar se veían las esteladas (banderas no oficiales que representan a los independentistas) y consignas a favor de la independencia. Este Diada se celebró en el momento en que se produce el pulso más tenso con el Estado español, a solo unos días de que el Parlament catalán aprobara las leyes del referéndum y la de transitoriedad jurídica. Ambas leyes y la convocatoria al referéndum firmado por el presidente catalán Carles Puigdemont fueron paralizadas casi de inmediato por el Tribunal Constitucional, que ya había emitido una sentencia previa en la que prohibía expresamente cualquier referéndum o consulta de autodeterminación en Cataluña, porque las autoridades catalanas no tienen facultades para ello. La noche del domingo, al iniciar los festejos de la Diada, el presidente catalán, Carles Puigdemont, señaló: “Hemos demostrado que estamos preparados para asumir cualquier reto que nos toque asumir como país, por difícil que sea. “Nada ni nadie romperá la convivencia en Cataluña. No lo permitiremos”, proclamó. Sin mencionar directamente la suspensión dictada por el Tribunal Constitucional, Puigdemont insistió en que el 1 de octubre “el referéndum será legal, de acuerdo con las leyes aprobadas por el Parlament”. Remató: “Sólo el Parlament puede inhabilitar al Govern que yo presido”, y lanzó algunas frases como: ya todo está “a punto” para el referéndum; “las urnas unen, no dividen”, y “lo que degrada la democracia es no dejar votar”.