TOLUCA, Edomex. (apro).- En su tarea de frenar a la oposición en la Ciudad de México, el nuevo presidente del PRI, Eruviel Ávila, se apoyará en quien fuera su operador político en el Estado de México, José Manzur, y en Alfredo Torres, su paisano, también exalcalde Ecatepec y segundo mentor. Ambos fueron designados el martes 14 delegados especiales del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) con miras a los comicios del 1 de julio de 2018, donde se disputará la jefatura de gobierno capitalino, las senadurías, diputaciones federales y locales, y las 16 alcaldías (antes delegaciones) y sus concejales. A los dos se atribuyen habilidades en organización, negociación y conciliación. Tan es así que durante el sexenio eruvielista, la oposición en el Estado de México asumió un papel de gran condescendencia y simpatía: a Ávila Villegas le fueron aprobadas 135 de 149 iniciativas promovidas, de las cuales 80% fue por unanimidad. “Manzurlandia” Aunque en el terreno político el exsecretario general de Gobierno mantuvo en apariencia todo bajo control, una de sus principales tareas, la seguridad, fue un desastre. A mediados de este año, 94.6% de la población de Ecatepec se sentía insegura, conforme al decimosexto levantamiento de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), apenas superada por Villahermosa, Tabasco. En Toluca, esa sensación fue de 83%. Según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) 2016, el Estado de México tuvo en 2015 una tasa de prevalencia delictiva por cada cien mil habitantes de mil 132, aunque superada por Aguascalientes con mil 303, Ciudad de México con mil 327, Sonora con mil 278, Guerrero con mil 232, Tlaxcala con mil 170 y Morelos con mil 119. Ese año, en territorio mexiquense ocurrieron 249 mil 970 delitos, pero sólo 50 mil 425 fueron denunciados y en 38 mil 265 casos se inició averiguación previa. La cifra negra se estima en 249 mil 970 delitos durante 2015. El escándalo de “El Tatos” hace unos días también reveló el desastre del sistema penitenciario: la CNDH emitió la recomendación M-6/2017 al gobernador Alfredo del Mazo tras detectar tortura y maltrato a los internos, autogobierno, instalaciones, sobrepoblación, hacinamiento, alimentación, prevención y violencia al interior de las cárceles estatales. Manzur Quiroga además destacó por su abultado patrimonio, estimado en al menos 85 millones de pesos y que incluye 23 inmuebles, más de 130 autos y caballos pura sangre. Es propietario de Grúas y Transporte Sofrán, Grúas León, y de 25% de las acciones en Grúas Manzur; las dos últimas, facultadas durante al menos dos décadas, por acuerdo del gobierno estatal, para realizar los arrastres en el Valle de Toluca de los vehículos remitidos al corralón por infracciones de tránsito. La mayoría de sus bienes, asegura quien desde la administración de Arturo Montiel se mantiene vigente entre los funcionarios estatales de primer nivel, es producto de la herencia. Mientras fungió como secretario general de Gobierno, su hija Anna Sofía se desempeñó como directora general de la Comisión Estatal de Parques Naturales y de la Fauna del Estado de México (Cepanaf); su hermana Silvia Cristina como directora general del Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología (Comecyt), y María de los Ángeles, otra de sus hermanas, como directora de la Preparatoria 3 de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex). “El mentor” Por su parte, Torres Martínez fue presidente municipal de Ecatepec –la tierra de Ávila Villegas-- entre 1994 y 1996, diputado federal en el periodo 1991-1993 y secretario de Desarrollo Urbano en la administración eruvielista. Su fuerza en el oriente de la entidad se desprende de la fundación de la organización política Río de Luz, dirigida en la actualidad por su hijo José Alfredo Torres Huitrón, con influencia además en demarcaciones como Coacalco, Tultitlán y Tecámac, región donde, por cierto, Morena se alzó con la victoria este año en la contienda por la gubernatura. A él y a Jorge Torres Rodríguez, a quien promovió como magistrado del Tribunal de lo Contencioso Administrativo (hoy Tribunal de Justicia Administrativa) se les atribuye el padrinazgo político de Ávila Villegas.