Se apropia Kuri de la identidad y marca de los Tiburones

domingo, 31 de diciembre de 2017 · 09:48
Fidel Kuri Grajales le dio la vuelta al juego: de ser sólo el dueño de la franquicia del equipo de futbol de Veracruz, también se apropió de la identidad y el nombre del conjunto. De acuerdo con documentos y testimonios consultados por Proceso, el empresario madrugó a la administración entrante de Miguel Ángel Yunes Linares y se valió de lagunas en el contrato de comodato que celebró con Javier Duarte, cuando éste era mandatario, para realizar trámites ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial. El Congreso local tampoco tenía conocimiento de la situación. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Mientras se instalaba el nuevo gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, el dueño del equipo de futbol del puerto, Fidel Kuri Grajales, se apresuraba para registrar el nombre “Tiburones Rojos Veracruz” (sin la preposición “de”) y su distintivo ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). El 22 de enero de 1999, Televisión Azteca le vendió al gobierno veracruzano, entonces encabezado por Miguel Alemán Velasco, las franquicias, cartas de jugadores, nombres y marca comercial de los equipos profesionales de futbol “Tiburones Rojos de Veracruz” y “Veracruz Sporting Club”. Cuando el estado adquirió el conjunto, éste acababa de perder la categoría. Desde entonces, los escualos naufragaron entre problemas de sus directivos y malas temporadas en Segunda y Primera División. En 2013, Fidel Kuri transformó su equipo los Reboceros de La Piedad, que acababa de ganar el ascenso a la Primera División, en los Tiburones Rojos de Veracruz, mediante un convenio con el gobernador Javier Duarte. De acuerdo con el “Contrato de promesa de celebración de comodato y usufructo”, firmado entre la administración de Duarte y la Promotora Deportiva del Valle de Orizaba, AC, propiedad de Kuri, el gobierno estatal es propietario del nombre, marca comercial y logotipo (diseño) “Tiburones Rojos de Veracruz”, así como de las instalaciones del Centro de Alto Rendimiento y del Estadio Luis Pirata de la Fuente, que son parte de la identidad de los veracruzanos. Por tratarse de bienes públicos, el convenio entre ambas partes debió contar con la aprobación del Congreso local, hecho que no se concretó sino hasta 2015, una semana después de que Proceso (2041) publicó que Kuri explotaba la marca y el estadio del equipo sin la autorización del legislativo. Según los documentos a los que este semanario tuvo acceso, la promotora del empresario, constituida el 1 de septiembre de 2005, acreditó ante el gobierno estatal ser dueña sólo de la franquicia y demás derechos federativos que se encuentran clasificados en la Liga Mx de la Federación Mexicana de Futbol. Entre las 10 cláusulas del convenio se estipula que el gobernador concedió de manera gratuita a la promotora de Kuri el uso del estadio, entre otras instalaciones, y el usufructo del nombre, marca comercial y logotipo de los “Tiburones Rojos de Veracruz”. La maniobra Los choques entre Kuri Grajales y el actual gobernador Yunes Linares por recursos para el equipo datan de 2016, durante las campañas electorales. El 22 de mayo de ese año, el entonces candidato de la alianza PAN-PRD declaró que, de ganar la gubernatura, el estado no iba a pagar a equipos profesionales. En respuesta, el 31 del mismo mes Kuri Grajales, en su carácter de diputado federal del PRI y dueño del Veracruz, y cuyas funciones en la liga fueron suspendidas por conducta violenta, advirtió que el equipo corría el riesgo de mudarse de plaza si el candidato priista no ganaba. Sin embargo, el 5 de febrero de 2017, en un comunicado, el equipo de futbol anunció que se mantendría en la entidad. “Pese a las actuales complicaciones, no se va. Así como dije que se iba, no se va; así me sigan persiguiendo aquí por parte del ayuntamiento de Boca del Río, voy a aguantar y ojalá la afición siga participando acá y nos apoye, porque siento los cocolazos y duro; hay una persecución por parte del ayuntamiento de Boca del Río”, expuso el empresario. Once días después, el 16 de febrero, Kuri comenzó a operar para apoderarse de la identidad del equipo. Y lo consiguió: El 26 de mayo pasado, el IMPI le entregó a la promotora del empresario el título de registro de marca del signo distintivo “Tiburones Rojos Veracruz”. El documento con número de registro 1759352, expediente 1853920, indica que recibió el tipo de marca nominativa Clase 43, que aplica para servicios de restauración (alimentación) y hospedaje temporal. Dicho título fue autorizado por el coordinador departamental de Examen de Marcas “C”, Moisés Paulo Romero Cabrera. Otro gol contra el gobierno de Yunes: el pasado 14 de junio, el IMPI le entregó a Kuri un segundo título de registro de marca referente al distintivo “Tiburones Rojos Veracruz y diseño”. En esta ocasión se trata del documento con el número 1762847, expediente 1853901, avalado por el subdirector divisional de Examen de Signos Distintivos “B”, José Daniel García Rodríguez. A diferencia del anterior, este permiso corresponde al tipo de marca mixta, de la Clase 14, que aplica para metales preciosos y sus aleaciones, artículos de joyería, piedras preciosas y semipreciosas, artículos de relojería e instrumentos cronométricos. Ambos certificados son parte de los expedientes de la Junta de Conciliación y Arbitraje de Boca del Río, Veracruz, en la que se desahogan las demandas promovidas por un grupo de extrabajadores del equipo Tiburones Rojos de Veracruz contra el dueño de la Promotora Deportiva del Valle de Orizaba. Se quedaron mudos “Está muy claro que la única facultad otorgada por el gobierno de Veracruz a Fidel Kuri es para el usufructo de la marca, pero no para apropiarse de ella”, asegura uno de los agraviados, quien pide sea reservada su identidad por temor a venganzas. El miércoles 20, este medio solicitó al gobierno del estado su opinión oficial sobre los registros obtenidos por el empresario. El coordinador general de Comunicación Social, Elías Assad Danini, explicó que Fidel Kuri Grajales tiene permitida la creación de hasta 24 modelos de marcas. Se trata, asegura, de una “renovación” de la marca, porque así se lo autoriza el comodato. Consultado por este semanario, el portavoz de Yunes Linares aclara que el dueño de la franquicia puede tramitar los registros ante el IMPI, “pero en cuanto termine el comodato, todo pasa al gobierno del estado. (Kuri) puede solicitar varias cosas, dependiendo del material que vaya a fabricar. De ninguna manera es que se haya quedado con la marca”. Sin embargo, en ninguna de las cláusulas del convenio se le otorga al empresario la facultad de registrar marcas y logos del equipo ante el IMPI. Cuando se le plantea lo anterior a Assad­ Danini, promete confirmar los datos (la información “te la hago llegar lo antes posible”). Pero ya no hubo más comunicación, pues el funcionario ya no respondió las llamadas del reportero. Tampoco respondió el equipo de Kuri. Sorpresa en el Congreso “¡Fue un madruguete!” Así reacciona el dipu­tado local panista Bingen Rementería Molina, presidente de la Comisión de Vigilancia y Puntos Constitutivos, y vocal de la Comisión de Vigilancia, cuando se le expone el caso. “Al gobierno de Veracruz le metieron un golazo por no conocer a fondo el tema, porque el actual gobierno heredó demasiados problemas y más urgentes. Pero esto los va a despertar. Me parece que los veracruzanos tienen el derecho del nombre y del diseño de los Tiburones Rojos de Veracruz. Quiero pensar que la marca y el emblema del equipo siguen siendo de los ciudadanos”, expone. Y añade que habrá que entrar en una controversia en la que el estado, mediante mecanismos legales, retenga la marca y el diseño del equipo. “Si bien recuerdo, la Federación Mexicana de Futbol le exigió a Kuri la garantía de un estadio, como sede oficial del equipo, para afiliar la franquicia. Mediante ese mecanismo, el gobierno fue presionado para que otorgara a la promotora la concesión del Luis Pirata de la Fuente, el nombre, los colores y el escudo del equipo. “Sin embargo, no se sabía que Fidel Kuri procedió a registrar la marca y el diseño ante el IMPI, por lo que hay que llamar al gobierno a que reclame los derechos e informe quién autorizó la entrega del nombre y del diseño a una empresa particular. El gobierno debe recuperar lo que le pertenece”, insiste el diputado. El espejo poblano Para funcionarios, extrabajadores del equipo y aficionados se corre el riesgo de que Kuri haga lo mismo que su amigo Ricardo Henaine. El empresario poblano, mediante una resolución judicial, despojó a la familia López Chargoy de la marca, mote, colores y distintivos del conjunto de futbol local, lo que significa que no pueden utilizar el nombre de “Camoteros del Puebla” o “El Equipo de la franja”, entre otras denominaciones con las que se le conoce al club. Si el gobierno de Yunes y el empresario rompen relaciones de manera definitiva, Kuri podría impedir que cualquier otro equipo juegue en el estado con el nombre de Tiburones Rojos de Veracruz, advierten las personas consultadas. Además de los problemas de marca que se avecinan, la franquicia padece serios problemas de descenso, y en el próximo torneo definirá su futuro en la máxima categoría del futbol mexicano. A Alejandro Zairick Morante, secretario de Desarrollo Económico y Portuario del estado, quien fue vocal de la Comisión de Juventud y Deporte del Congreso estatal en la Legislatura pasada, entre otros, le correspondió revisar y aprobar el Contrato de Promesa de Celebración de Comodato y Usufructo. Sin embargo, al igual que el diputado panista, desconocía los registros autorizados por el IMPI a Fidel Kuri. “La realidad es que muchos veracruzanos pensaban que el registro lo tenía el gobierno del estado, que ahora tendrá que investigar la situación real del registro autorizado por el IMPI. Si es propiedad de la empresa, se tendrá que asumir como tal.” Funcionario cercano a Yunes, Zarick reconoce que el caso no ha sido comentado en el gabinete del gobernador. ¿La razón? No “no es un tema que haya salido a la luz. En lo particular, yo lo desconocía, como estoy seguro de que muchos compañeros también lo ignoran. “Quien tenga la responsabilidad y la facultad dentro del estado, tendrá que realizar las investigaciones pertinentes, el acercamiento al IMPI e investigar que todo esté en regla”, advierte. Este reportaje se publicó el 24 de diciembre de 2017 en la edición 2147 de la revista Proceso.

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