"La historia del cuerpo es la de la humanidad misma": Adriana Guzmán, antropóloga

domingo, 21 de enero de 2018 · 09:36
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- A decir de la doctora en Ciencias Antropológicas, Adriana Guzmán Vázquez, la historia del cuerpo es la de la humanidad misma: “Fascinación. Obsesión. Admiración. Negación. Cancelación. Omisión… Desde siempre, el cuerpo ha despertado tórridas pasiones -para bien o para mal- y, sin embargo, paradójica y curiosamente, toda su carnalidad se vuelve un tanto inasible cuando se le busca en los textos, en los estudios, en las miradas…” Profesora de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), la investigadora se propuso estudiar el cuerpo a partir de su experiencia como bailarina de danza contemporánea y flamenca. El resultado es el libro Revelación del cuerpo. La elocuencia del gesto, de 401 páginas, que forma parte de la Colección Etnología y Antropología Social, editada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Sin embargo, va más allá de ese enfoque. Aborda en el estudio del cuerpo desde diversos puntos de vista, pero sobre todo como una construcción cultural. Explica en la introducción: “Siempre en el centro de la experiencia, en la construcción de toda cultura, el cuerpo ha sido punto constante de observación y reflexión, aunque la forma en la que se le ha interpretado, y por ende construido y vivido, ha variado tanto como las culturas que se han sucedido en el tiempo y en el espacio”. Cada cultura, dice, ha conceptualizado al cuerpo de manera particular, y por tanto no se puede generalizar ni dar por sentado nada, incluso la forma erguida de caminar, no puede asumirse como “natural”, puesto que hay estudios sobre los llamados “niños salvajes” (cita como ejemplo el caso de Amala y Kamala), quienes crecieron con lobos y caminaban en cuatro patas. Refiere asimismo que hablar del cuerpo puede significar cualquier cosa hasta “perderse en el sinsentido”. Muchos pensadores y desde diferentes disciplinas han abordado el tema. Por ejemplo, Santo Tomás, para quien era “lo terrenal, la fuente del pecado”, “la prisión del alma” que impide llegar a Dios, pasando por Sigmund Freud o Lacan, quien “estableció la fundamental importancia del cuerpo en la constitución del sujeto y su preponderante presencia en el perpetuo juego de los registros simbólico, imaginario y real”, o los “denominados freudiano-marxistas, como Wilhelm Reich y su teoría orgásmica del cuerpo, o Marcuse y su reivindicación de la presencia de Eros…” Aborda además la relación del cuerpo con las artes contemporáneas, desde la pintura hasta las artes escénicas. “…por ejemplo las propuestas del living theatre y del teatro de la crueldad de Artaud; las técnicas de formación del actor de Barba, Grotowski y Stanislavski; la renovación de la mímica de Barrault o de Marceau y la liberación de la expresión corporal de Béjart, Duncan y Graham y en la literatura véase la exaltación del erotismo, desde diferentes perspectivas, como la de Miller, Klossowski, Le Clézio o Bataille, para no entrar en los controvertidos terrenos cinematográficos”. El volumen se divide en tres capítulos: “El cuerpo… siempre el cuerpo”, donde se incluyen seis textos, entre ellos Del cuerpo y la cultura o del cuerpo en la cultura y la cultura del cuerpo, Del cuerpo que es sujeto o somos cuerpo, y De la experiencia del tiempo y el espacio. “El gesto… siempre el gesto” con cinco textos, como Del gesto, La gestualiad como sistema, Del dolor y La elocuencia del gesto: del dolor en la pintura. Y, finalmente “La danza… siempre la danza”, con un par de apartados, La danza como gestualidad y La elocuencia del gesto. Se incluye una presentación titulada Umbral: revelación del cuerpo, y una introducción, además de una vasta bibliografía y un índice de las imágenes en blanco y negro. Y adelanta la investigadora como una de sus premisas: “Ubicados en este contexto de trabajos, estudios y aproximaciones al cuerpo, habrá que entenderlo y tratar de dar cuenta de él partiendo del principio de que el cuerpo no es el dato material de la existencia, sino aquello que la posibilita, y no sólo en términos de vida, sino en todas sus dimensiones”.

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