La "amnistía" para Donovan

sábado, 3 de febrero de 2018 · 09:17
De ser por años el enemigo público número uno de la Selección Nacional, de burlarse de los mexicanos dentro y fuera de la cancha, de ser el verdugo del Tri (en 2002 anotó en el partido en el que Estados Unidos echó a México del Mundial), Landon Donovan pasó a figurar como la contratación bomba de la Liga MX. El León lo resucitó tras año y medio en el retiro. Si para la directiva, el californiano es un éxito que ha vendido tantas camisetas como Ronaldinho cuando vino al Querétaro, entre los Panzas Verdes está la duda sobre su rendimiento, temen que se trate de un cartucho quemado. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- “Quiero verlos de rodillas, quiero verlos humillados, quiero verlos llorando…”, esas frases incendiarias son de Landon Timothy Donovan, máximo goleador de la selección de futbol de Estados Unidos, quien con anotaciones y palabras hirió el orgullo del futbol mexicano. Hace un tiempo, el estadunidense, vehemente y punzante en la vida como en el terreno de juego, encarnó la figura de villano y enemigo público número uno de la afición nacional. Se mofó de los mexicanos en anuncios publicitarios: se disfrazó con una típica vestimenta, se puso bigotes y usó un sombrero de ala ancha. También protagonizó en 2004 un escándalo cuando se orinó en el estadio Jalisco, casa del Atlas, durante una sesión de reconocimiento de la cancha, antes de enfrentar a la Selección Mexicana. En 2002, en los octavos de final de la Copa del Mundo Corea/Japón, fue la figura y marcó uno de los dos goles con los que Estados Unidos eliminó a México, prologando el sueño del anhelado quinto partido. Nadie como él para desencadenar el enojo de la afición. Hoy, a sus 35 años, la exestrella del futbol estadunidense dejó el retiro tras un año y medio de inactividad, para fichar con el equipo León, de Grupo Pachuca, propiedad de Jesús Martínez Patiño. Consciente de su papel como mayor antagonista de la Selección Mexicana, Donovan decidió suavizar su imagen apenas se confirmó que jugaría con los llamados Panzas Verdes, el viernes 12. Sin negar que “alguna vez fui el enemigo”, aseguró que “ahora estoy aquí para ayudar al León a ganar el campeonato” y remató con “no creo en los muros”, en rechazo a la política migratoria del presidente de su país, Donald Trump. El legendario goleador de la selección y de la liga profesional de Estados Unidos (MLS) disputó 157 partidos con su representativo nacional. Nadie hizo tantos goles (57) ni tantas asistencias como él (58). Pese a esos números que quisiera cualquier extranjero venido al futbol mexicano, su contratación divide opiniones y reactiva la animadversión entre los aficionados que se dijeron sorprendidos porque un equipo de tradición, como los Esmeraldas, adquirió a un personaje que se burlaba del Tri. Como sea, la camiseta del León –que junto a la de los Pumas fue catalogada por el periódico francés L´Équipe como una de “las más feas del mundo deportivo”– se vendió como pan caliente. En cuestión de horas, se agotó un día antes de la presentación del ariete, el lunes 16. Consultada al respecto, Pirma, que patrocina al conjunto guanajuatense, aún no define si la alta demanda de la camiseta se debe a su diseño retro o al impacto mediático que genera el jugador estadunidense. Lo que es sorprendente, de acuerdo con información proporcionada por ejecutivos de la marca, es que esta venta de playeras es comparable con las que se comercializaron cuando el astro brasileño Ronaldinho fichó por el Querétaro, en septiembre de 2014. A finales de ese año, la agencia Mx Sports calculó que la presencia de ­Ronaldinho, quien fichó por 2 millones de dólares al año, le redituó al conjunto queretano ganancias por 8 millones de dólares, únicamente, por la venta de playeras. Con la figura del jugador brasileño como principal atractivo, el estadio Corregidora incrementó considerablemente la asistencia de los aficionados, que pasaron de 22 mil a un promedio de 30 mil por partido como local, pese al incremento en el precio del boletaje. Lo anterior, sin contar el impacto mediático que su fichaje en México significó a nivel mundial. Las nuevas camisetas del club León se venden en 850 pesos, aunque algunas sucursales de la marca deportiva en el país ni siquiera las han recibido, de acuerdo con un sondeo realizado por este semanario. Las dudas El anuncio de la llegada de Landon Donovan al futbol mexicano causó grandes expectativas. A su presentación en el estadio Nou Camp asistieron 8 mil aficionados que lo recibieron como un héroe, tal y como suele ocurrir en la liga española. Pese a lo anterior, aún está por verse su rendimiento en el torneo Clausura 2018 de la Liga MX. Hasta ahora, su contratación ha sido un éxito como estrategia de mercado. Iván Méndez, mercadólogo de la agencia T7Marketing, duda que Donovan, a sus 35 años y con año y medio de inactividad, responda en la cancha lo que el público exige de él. Por el contrario, plantea que sí puede ayudar al club a posicionarlo, a generar una buena imagen de confianza, atraer clientes y explotar el negocio. De acuerdo con Méndez, la directiva del León estaría haciendo lo que el Querétaro realizó en su momento con ­Ronaldinho: traer a un jugador que deportivamente no aportó nada en la cancha, pero que ayuda a tener nuevos patrocinios. “La pretensión de la directiva es ganar dinero. Como empresario quieres algún retorno de la inversión”. Si bien, el fichaje de Donovan ha tenido un efecto inmediato al agotar la venta de las playeras de su nuevo club, a corto y mediano plazos “el equipo le está impidiendo a un futbolista mexicano tomar una oportunidad para desarrollarse. En materia deportiva, por su edad e inactividad, él está ocupando un lugar que ya no le corresponde”, afirma el mercadólogo. “Si yo fuera aficionado del León, no estaría nada contento y tampoco pagaría un boleto para verlo, a menos de que se trate de un futbolista extranjero en plenitud y con deseos de aportar, más que venir simplemente a ganar dinero en su retiro”, agrega Méndez. Una mala broma En la semana, en la ciudad de León no se habló de otro tema que no fuera la llegada del refuerzo estelar. Algunos aficionados ya lucen sus nuevas playeras con el nombre de Donovan. Pese al revuelo por el estadunidense, la porra oficial de los Esmeraldas, Los de Arriba, no está del todo feliz con el fichaje. Incluso, algunos de sus líderes creyeron por algún momento que todo se trató de una broma de parte de la directiva. Adrián Ramírez, uno de los dirigentes de la porra esmeralda advierte que, por su historial, Donovan podría no ser bienvenido en las diferentes plazas del futbol mexicano. En lo personal, él no está feliz con la reciente contratación: “Landon ya forma parte del equipo y, como grupo de animación, sólo nos queda apoyar a los integrantes del club. “Eso no significa que estemos de acuerdo con su contratación. También hay que ver cuánto está ganando, si va a afectar al vestidor y, en específico, a algún elemento que sí juega, que le echa ganas y cobra la mitad, o quizás hasta menos, del sueldo de Landon.” Al respecto, extraoficialmente, el jugador californiano estaría cobrando 185 mil dólares mensuales con el León. Ramírez continúa con sus críticas a la directiva que encabeza Jesús Martínez Murguía, hijo de Martínez Patiño: “Desde que ascendimos ha hecho malas planeaciones con contrataciones de jugadores sobre la marcha, preferentemente de Grupo Pachuca, al grado de convertir al León en el laboratorio del Pachuca. Rara vez busca otras opciones. “Los resultados son evidentes, después del bicampeonato –Apertura 2013 y Clausura 2014– no hemos logrado nada más. No logramos trascender internacionalmente, fracasamos en la Concachampions y en las dos oportunidades que tuvimos en la Copa Libertadores, porque el plantel nunca fue renovado. Sólo se ha aceptado lo que envía el Grupo Pachuca de su principal equipo”, lamenta. Ramírez también considera que Donovan tiene muy poco o nada que aportar en la cancha. “Es una figura casi extinguida. Queda claro que lo contratan por una cuestión meramente de marketing”. Como aficionado, Adrián se dice engañado por el club. “Seguimos entrando en este mundo del futbol comercial, de marketing, y no tanto en lo deportivo. Nuestros jóvenes, al siguiente año de que debutan, se van a centroamérica o a la liga de ascenso. Este golpe mediático ayuda a que el equipo cambie ese chip de engrandecer a la ciudad, pero como porra no estoy de acuerdo, porque se están burlando de nosotros”. Eduardo Perrone, otro de los líderes de Los de Arriba, tiene a su cargo la organización de una base de 150 aficionados, considera que es sano que el club adquiera a jugadores mediáticos. Cree que con la llegada de Donovan puede mejorar la disciplina en el vestidor, cuyos jugadores frecuentemente protagonizan escándalos, como las parrandas de Carlos Gullit Peña (ahora jugador del Cruz Azul), de Leo López El Gallito y Luis Montes. “Ellos se marearon en las nubes y se sentían intocables”. El lunes 22, cuando Landon Donovan se presentó en los entrenamientos del equipo, Luis Montes subió una imagen con la estrella estadunidense en el vestidor. La fotografía causó polémica porque exhibió una lata de tequila que los jugadores “olvidaron” ocultar. “Su llegada al club sólo se compara con la de Rafael Márquez, con la diferencia de que el mexicano sigue en activo. A nivel nacional, Landon no es bien querido, pero esperamos que su llegada sirva para callar a sus críticos, porque muchos aseguran que el León compró a un muerto que acaba de resucitar”, agrega Perrone. Ángel Contreras es el Panza Verde de mayor edad, tiene 98 años. Su título está avalado por un mural con su imagen pintado en una de las paredes del Nou Camp, el estadio del conjunto Esmeralda. “Me molesta la contratación de Landon Donovan, me molesta que se haya burlado de los mexicanos. Ya está viejo y dudo que tenga algo qué hacer en la cancha, porque duró mucho tiempo sin jugar”, expresa. No obstante, aunque esté enojado con su equipo, el señor Contreras dice que sí irá al estadio para apoyar al club de sus amores. “Quiero ver si Donovan sirve, tuvo mucho futbol de calidad y pues vamos a ver si da resultados”. Sorprendido por el apapacho que los leoneses le dieron al estadunidense, el Panza Verde mayor dice tener curiosidad por ver cómo será recibido en la Ciudad de México, “cuando vaya a jugar en un lugar como el Estadio Azteca”. Aprendió con mexicanos Landon Donovan, quien fue bautizado por los aficionados de su país como el Capitán América, nació el 4 de marzo de 1982 en Ontario, California. Desarrolló sus habilidades futbolísticas con sus vecinos mexicanos del barrio. Su padre fue jugador semiprofesional de hockey sobre hielo y su madre, una maestra de pacientes con necesidades especiales. Con la selección de Estados Unidos ­disputó tres mundiales: Corea/Japón 2002, Alemania 2006 y Sudáfrica 2010. No fue considerado por el entrenador Jürgen ­Klinsmann para el Mundial de Brasil 2014. Se inició en las filiales del Bayer Leverkusen y después jugó en la Major League Soccer con el San José y con la Galaxia de Los Ángeles, donde fue goleador. Militó por algún tiempo en el Everton, de la Liga Premier de Inglaterra, y en el Bayern Múnich, en el futbol alemán. El futbolista se retiró por primera ocasión en 2014, desmotivado tras su exclusión del seleccionado nacional. Regresó a la actividad dos años después para jugar unos meses con la Galaxia, donde coincidió con Giovani Dos Santos. Se retiró de nueva cuenta en 2016. Ahora, el mayor antagonista de la Selección Mexicana salió nuevamente del retiro para jugar en el León. Todo surgió a principios de año, luego de que el club guanajuatense contrató a Giles Barnes, jugador de Jamaica, quien tiene el mismo agente de Donovan. La directiva no ­desaprovechó la ocasión de invitar al mítico futbolista estadunidense al estadio. Landon correspondió el gesto con un mensaje dirigido al presidente del club, Jesús Martínez hijo, que publicó en su cuenta de Twitter: “Presidente: me encantó la ciudad. Es la mejor afición. León es un equipo histórico y ganador. No creo en los muros, quiero ir a México, vestirme de verde y ganar trofeos con León. ¡Nos vemos pronto!”. Este reportaje se publicó el 28 de enero de 2018 en la edición 2152 de la revista Proceso.

Comentarios