Gran Bretaña: La amenaza rusa

sábado, 3 de febrero de 2018 · 09:20
LONDRES (proceso.com.mx).- La infraestructura energética y gasífera clave de Gran Bretaña está en peligro de sufrir un presunto ataque de Rusia, sostiene el Ministerio de Defensa del Reino Unido. El país cuenta con cinco interconectores de energía eléctrica subacuáticos que llegan a Holanda, Bélgica, Francia, e Irlanda, y planea para los próximos años crear otros seis, a Noruega, Dinamarca, Francia e Irlanda, debido a un importante aumento de la demanda energética. Pero de acuerdo con el Ministerio de Defensa británico, Rusia estaría incrementando sus actividades de espionaje en centrales eléctricas y de gas del Reino Unido, como también en las bases desde donde salen cables interconectores de electricidad, para así atacar esa infraestructura clave del país a partir de ciberataques, misiles o de actividades secretas submarinas, provocando de esa forma la muerte de miles y miles de británicos. El ministro de Defensa británico Gavin Williamson, que asumió su puesto en noviembre pasado y quien según varios analistas políticos se perfila como el sucesor político de Theresa May al frente del gobierno, informó públicamente el pasado 26 de enero que el objetivo de Moscú “es dañar la economía de Gran Bretaña atacando infraestructuras energéticas claves”. Las relaciones diplomáticas entre el Reino Unido y Rusia atraviesan el peor período desde la Guerra Fría. El deterioro comenzó en 2006 cuando el exespía de la KGB Alexander Litvinenko, crítico acérrimo del gobierno de Vladimir Putin, fue asesinado en un hotel del centro de Londres con el isótopo radioactivo polonio 210 por dos agentes rusos. En mayo pasado, la primera ministra May acusó al gobierno ruso de “agresión militar” por el frecuente sobrevuelo de aviones de guerra de ese país sobre el espacio aéreo británico; en tanto que el canciller británico, Boris Johnson, acusó a Rusia de haber “interferido” en elecciones generales de países occidentales. Por su parte, la Fuerza Aérea británica confirmó que interceptó en los últimos meses varios jets rusos que ingresaron ilegalmente al espacio aéreo del Reino Unido, con el fin de “poner a prueba” la respuesta de aviones ingleses. Mientras, el jefe del Centro Nacional de Ciberseguridad de Gran Bretaña, Ciaran Martin, sostuvo este mes que en el último año Rusia “ya lanzó ataques contra el sector periodístico, de telecomunicación y energético” del país, tratando de generar inestabilidad y caos. “El plan de los rusos no será desembarcar en la bahía de Scarborough (norte de Inglaterra) o en la playa de Brighton (sur del país)”, indicó Williamson al periódico conservador Daily Telegraph. “Lo que están pensando es ‘¿Cómo podemos causar el mayor daño posible a Gran Bretaña? Dañando su economía, destruyendo su infraestructura, causando miles y miles de muertes, creando un caos total dentro de la economía’”, agregó el funcionario conservador. Según Williamson, los servicios de Inteligencia británicos detectaron en los últimos meses que decenas de espías rusos han fotografiado y estudiado a fondo las centrales eléctricas del Reino Unido, especialmente la red de interconectores subacuáticos de electricidad: BritNed, que conecta el Reino Unido con Holanda; Nemo Link, con Bélgica; IFA, con Francia; Moyle con Irlanda del Norte y East-West con la República de Irlanda. Gran Bretaña cuenta además con cuatro interconectores gasíferos provenientes del continente europeo, que son claves para el suministro de la red energética al país. “¿Por qué siguen fotografiando y estudiando nuestras plantas eléctricas, por qué investigan nuestra red de interconectores que traen tanta electricidad y energía al país?”, se preguntó el Ministro de Defensa. Williamson dijo que la respuesta es simple: “Quieren generar un caos total en el sector nacional e industrial”. “Lo que planean es generar caos y después esconderse. Este es la verdadera amenaza que el país enfrenta en estos momentos”, continuó. “Divide y vencerás” Cuatro días antes de las incendiarias declaraciones de Williamson, el jefe del Ejército británico, Nick Carter, advirtió que el Reino Unido está teniendo problemas para mantenerse a la par de Rusia en materia de capacidad armamentística y militar. Para Carter, “Rusia es la mayor amenaza al Reino Unido desde los años de la Guerra Fría” y advirtió que las “hostilidades” por parte de Moscú podrían empeorar antes de lo estimado por los analistas. El jefe del Ejército hizo las declaraciones durante una conferencia especializada en el Instituto Real de Estudios Unidos (RUSI, en sus siglas en inglés), en la que indicó que Rusia planea además desestabilizar la OTAN. En su presentación, que duró 40 minutos, Carter mostró un video que enfatizó el creciente poderío militar ruso, gracias a la reciente compra de nuevos aviones, submarinos y armamentos de alta tecnología. “Rusia representa el desafío más complejo de seguridad que enfrentamos desde la Guerra Fría”, continuó. De acuerdo con el militar británico, el Reino Unido y el resto del Occidente deberían deducir a partir de las actividades recientes de Rusia “que ya no hay épocas marcadas de paz y guerra, sino series de etapas intermedias”. “El riesgo de esto es que esta situación se vuelva una enfermedad crónica y limite significativamente nuestra habilidad de actuar. Seremos los perdedores en esta carrera”, subrayó. Aunque el Reino Unido planea retirar gradualmente sus tropas de Alemania, Carter dijo que Londres considera mantener una base militar para que los soldados puedan regresar allí rápidamente “en caso de ser necesario”. Dicha base contará con tanques de guerra, combustible y otros materiales “para ayudar a desplegar más rápido las tropas”. Durante su ponencia, Carter advirtió que Rusia planea una serie de ataques cibernéticos contra el Reino Unido y países bálticos de la OTAN. “Rusia podría iniciar hostilidades antes de lo que esperamos. Lo más probable es que utilicen el sub-artículo 5 para erosionar la credibilidad de la OTAN y amenazar la estructura misma que garantiza nuestra defensa y seguridad- es la táctica de ‘divide y vencerás’, algo que la comunidad internacional está tratando de prevenir”, señaló Carter. El jefe del Ejército británico agregó que las nuevas armas de Rusia “no necesariamente incluirán aquellas que hacen ‘bang’”, sino más bien “ataques a la infraestructura energética, sobornos, prácticas corruptas, ciberataques, asesinatos, noticias falsas, propaganda e intimidación militar”. Carter destacó también que en los últimos meses Rusia multiplicó por 12 sus operaciones con misiles de largo alcance. “Esta no es una crisis, o una serie de crisis. Es un desafío estratégico”. A esas advertencias también se sumó el jefe de la Marina británica, el lord Alan West, quien dijo estar “absolutamente seguro” que Rusia está evaluando cómo atacar infraestructura clave del Reino Unido. Por su parte, el exministro de Defensa británico Sir Michael Fallon indicó que, ante semejantes amenazas, el presupuesto de Defensa debería aumentarse al 2.5% del PIB británico, que implicaría un incremento de siete mil 700 millones de libras esterlinas (10 mil 870 millones de dólares) al año. “Miedo mórbido” Tras las acusaciones, el Ministerio de Defensa ruso emitió un comunicado a través de la agencia de noticias RIA, en el que indicó que las declaraciones de Williamson “demuestran que el ministro perdió todo entendimiento de lo que es razonable”. “Es probable que haya perdido toda noción de racionalidad”, indicó el portavoz oficial del ministerio ruso, Igor Konashenkov. Para el vocero ruso, el “miedo mórbido” de Londres a las actividades rusas “pertenecen más a los libros de historietas para niños o a un episodio de (el programa humorístico inglés) Monty Python”. Konashenkov acusó a Williamson de tratar de asustar a la población británica “para tratar de obtener más dinero para las Fuerzas Armadas”. La controversia ocurre en momentos en que el Ministerio de Defensa británico está bajo mucha presión política para evitar recortes y ajustes presupuestarios propuestos por el Tesoro en el marco de la desaceleración económica en el país. El grupo parlamentario de Defensa le advirtió este mes a Williamson que una reducción en el número de tropas o capacidad naviera del país podría llevar a una “revuelta” de legisladores conservadores. En respuesta, el ministro de Defensa dijo que le pedirá al “Chancellor” del Tesoro, Philip Hammond, más dinero para su cartera. “Parece que, en su lucha desesperada por dinero para el presupuesto de Defensa, el ministro perdió todo contacto con el sentido común. Para información del ministro, los datos vinculados a la ubicación de plantas energéticas e interconectores en el Reino Unido es tan secreto como la ubicación de la Abadía de Westminster y el Big Ben”, sentenció Konashenkov. Lo cierto es que para varios expertos del sector energético la creciente dependencia de Gran Bretaña a interconectores para obtener el suministro de electricidad podría generar serios problemas al país en el futuro. Peter Atherton, analista de la consultora Cornwall Insight, sostuvo que si se corta toda la energía que proviene de los interconectores con algo de advertencia “el país seguiría con luz porque por ahora hay suficiente capacidad en el sistema”. “Pero cuando aumentemos de cuatro a siete u ocho gigavatios (de capacidad energética a partir de los interconectores) no habrá suficiente capacidad en el sistema en caso de cortes al suministro”, agregó. El especialista dijo además que un ataque más amplio al sistema energético de Gran Bretaña, que incluya a plantas de electricidad y la red eléctrica, “será devastador”. “Es una amenaza muy real porque todas las economías modernas son muy vulnerables a la pérdida de energía. La infraestructura energética cuenta con muy pocos nodos neurálgicos, y si se destruyen a partir de bombardeos o ciberataques, será muy peligroso”, dijo Atherton. Los expertos sostienen en todo caso que el impacto de un ataque ruso al suministro de gas proveniente de gasoductos que conectan el Reino Unido con la Unión Europea, podría ser muy dañino, aunque el efecto se limitaría más si los gasoductos que conectan el Mar del Norte con Noruega no se vieran afectados. Según Atherton, aunque Gran Bretaña podría importar gas en tanques en caso de una crisis militar inminente con Rusia, dichos tanques tardarían días en arribar al país, provocando una escasez de gas para millones de familias, empresas e industrias británicas. “La amenaza es real. Tenemos que estar preparados para cualquier eventualidad”, concluyó.

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