CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Octavio Romero Oropeza, director general de Pemex, detalló que el ducto Tuxpan-Tula, el cual fue reventado el 18 de enero en Tlahuelilpan, Hidalgo, tenía desde el 23 de diciembre sin operar. Sin embargo, ayer el ducto era empacado con gasolina Premium y otros componentes para la elaboración de combustible para que posteriormente reabriera y abasteciera a diversas regiones con normalidad. No obstante, desde el 23 de diciembre y hasta el 15 de enero, el ducto tuvo que detener su operación en al menos cuatro ocasiones por la presencia de tomas clandestinas. El funcionario detalló que la sección que fue perforada, de alrededor de 13 kilómetros- partiendo de la refinería de Tula al municipio hidalguense, transportaba 10 mil barriles de combustible, por lo que desde la explosión fue una tarea difícil sofocar las llamas. El ducto Tuxpan-Tula es uno de los más importantes de la región ya que transporta 70 mil barriles de combustibles y componentes químicos diarios y abastece al ducto de Salamanca, en Guanajuato, que a su vez lo distribuye al bajío.