Aleks Bugajski: los mariachis callaron

viernes, 21 de noviembre de 2008 · 01:00
MÉXICO, D F, 19 de noviembre (apro)- Fue en verdad muy doloroso para la sección cultural del semanario Proceso enterarnos del repentino fallecimiento del amigo periodista y traductor polaco Aleksander Bugajski (Cracovia, 1944-Ciudad de México, 2008), el pasado martes 21 de octubre En lo personal, me hubiese gustado haber gozado más de su amistad y contacto intelectual, fundamentalmente porque me unía a Aleksander no sólo el placer de conocer idiomas y culturas extranjeras, sino el gusto que ambos compartimos por la música Para recordar a su padre, sus dos jóvenes hijos mexicanos, Alejandro y Manuel Bugajski Díaz, publicaron una semblanza suya ("Aleksander Bugajski, infatigable", Proceso 1669), donde dicen: "Es en la etapa de su juventud cuando descubre con su entrañable amigo de la infancia Andrzej Nowak lo que marcaría de por vida: en el cine del barrio exhibían Pueblerina, película que inyectó en las venas la adrenalina de lo desconocido y lo enigmático "Todas las tardes se apresuraba para sintonizar en la vieja radio de bulbos de su casa la estación que presentaba a Miguel Aceves Mejía, entre otros, a quien debía escuchar con bajo volumen porque a sus padres no les gustaban semejantes ?aullidos?, haciendo referencia al Rey del falsete?" Aleksander Bugajski solía enviar traducciones a la sección cultural de Proceso (¡del polaco al español!), con reportajes y entrevistas a diversos personajes del arte mundial y de su natal Polonia; sin embargo, me sorprendió un escrito de él y quedé altamente impresionado con el texto que envió para publicarse durante nuestras fiestas patrias del año 2003, "Cuando los mariachis callaron" (Proceso 1402) Ahí, Bugajski emprendió una defensa a capa y espada, como pocas veces he leído, en favor de la música vernácula mexicana Convido al lector de Canto Rodado a recordar los fragmentos finales de aquellas palabras memorables de Aleksander: "Sí, señores y señoras: es menester hacer algo por rescatar la autenticidad y esplendor del verdadero mariachi jalisciense Pero, ¿cómo? Pues restableciendo, al lado del mariachi actual (que llamaríamos tentativamente "mariachi orquesta"), a un mariachi tradicional que en el lenguaje coloquial del gremio se conoce como "mariachi de antes", para que este último le haga competencia al anterior ¡y a ver quién gana! "No hay que olvidar que el mariachi se inició como un fiel exponente de la música popular, ejecutando melodías de la más pura inspiración campirana: corridos, rancheras, sones, valonas e incluso polkas, pasodobles, huapangos; mas no boleros mal llamados ?rancheros?, ni menos aún obras de corte clásico, tropical o moderno "Hay hermosas canciones de hondo sabor provinciano sepultadas totalmente en el olvido, sobre todo alegres sones abajeños: ?El peine de oro?, ?La chata?, ?El gallo jicote?, ?El son de los aguacates?, ?La venadita?, ?El pedregal?, ?El huizache?, ?El relámpago? y un centenar más "Y también: recuperar el auténtico sonido de los instrumentos con su original técnica de ejecución; sobre todo de la multicitada trompeta, que a lo largo de los años es la que mayor menoscabo ha sufrido en su forma de interpretación Cabe recordar que los excelentes trompetistas de antaño habían conferido a este instrumento tal grado de excelsitud, que aun tratándose de los grandes intérpretes de ayer, como Jorge Negrete, Miguel Aceves Mejía, Pedro Infante o El Charro Avitia, 50% del crédito se lo lleva el mariachi que los acompañó "Sí, señores y señoras? Ya es tiempo de rescatar la verdadera esencia y el esplendor del mariachi ¡Basta ya de mistificaciones! De otra forma, se perderá para siempre la identidad de la música campirana, que tanto brillo ha dado a México más allá de sus fronteras Todos juntos podemos lograrlo ¡Viva el mariachi!" La primera parte de dicha apología magnífica de Aleksander Bugajski se refiere al uso del arpa (jalisciense, no jarocha) en los grupos de mariachi originales, así como la transformación del sonido en las trompetas al aumentar tales instrumentos su número en los conjuntos después de los años gloriosos de Pedro Infante? Dos meses más tarde, Aleksander Bugajski redactó otro texto excepcional en el mismo tono casi omnisciente, como para demostrar la sinceridad de su amor por el arte sonoro de México El 23 de noviembre de 2003, apareció aquel escrito "30 años sin José Alfredo Jiménez" (Proceso 1412), donde nuestro amigo de siempre nos revelaba el siguiente espejo mexicanísimo: "En cierta ocasión, durante un ensayo en el teatro Blanquita, tuve la fortuna y el privilegio de ser presentado al insigne compositor José A Jiménez (ahora sí sabía cuál era su segundo nombre) Me presentó mi amigo Martín Luna, estupendo músico, cantante y arreglista, además de excepcional silbador, hoy lamentablemente ya fallecido (a los tres años de habernos hecho compadres) Eso fue a mediados de 1972, es decir, casi año y medio antes del trágico deceso del hijo predilecto de Dolores Hidalgo "Recuerdo ese día como ninguno José Alfredo, al instante, me causó una muy grata impresión por su gran sencillez y franqueza Pero lo que aún más me impresionó fue ver que llevaba bajo el brazo Cien años de soledad, de García Márquez Si lo remarco es, más que nada, por la pobre opinión que se tiene de los "folclóricos", en el sentido de que no hacen otra cosa más que dedicarse a lo suyo, a la música "Conversamos un buen rato y salió a colación el tema de mis inquietudes musicales (en esa época jugaba yo un poco a compositor de ranchero) Y sucedió algo que raras veces ocurre entre la gente del medio artístico: el cantautor, quizás en un gesto de solidaridad y recordando al parecer sus propios inicios, me dio una tarjeta de recomendación para que me hicieran una audición en su compañía disquera, oportunidad que nunca supe aprovechar" Durante aquella plática, Aleksander le preguntó sobre el origen de algunas de sus canciones "Entre ellas, ?Las ciudades?, de la cual me contó que en una ocasión él caminaba por Félix Cuevas, más o menos a la altura de un conocido centro comercial, cuando de pronto vio en la acera de enfrente a su esposa Paloma Gálvez, de la que por entonces se había separado Intentó cruzar la calle, pero el intenso tráfico se lo impidió; lo único que hizo después fue escribir: Te vi llegar y sentí la presencia de un ser desconocido, te vi llegar y sentí lo que nunca jamás había sentido "Pocas fueron, por desgracia, las oportunidades que tuve de restablecer contacto con José Alfredo, principalmente a causa de su enfermedad, que lo llevaría al hospital y, meses más tarde, lo precipitó a un fatal desenlace el 23 de noviembre de 1973 A los 30 años de su muerte, aún se recuerda al compositor con mucho cariño "Sin embargo, no faltan algunos detractores que siguen llamándolo ?cantor del alcohol? por el solo hecho de haber hablado de bebidas etílicas en algunas de sus canciones? José Alfredo seguirá siendo el rey por lo prolífico de su obra y por haber empleado un lenguaje sencillo y directo en sus letras, y aunque pasen y pasen los años, tendremos todavía a José Alfredo para un buen largo, largo rato" Anhelo muy pronto ver estos y otros documentos de nuestro inolvidable Aleksander juntos en un volumen, antología que ya elabora su familia para tenerlo siempre con nosotros

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