México, D F, 20 de marzo (apro)- La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) ratificó hoy la necesidad de que el Estado mexicano y, en el caso de la Ciudad de México, el Gobierno capitalino, garanticen su compromiso para erradicar la discriminación racial, a través de políticas públicas con perspectiva indígena y de derechos humanos En el marco del Día Internacional contra la Discriminación Racial, la cuarta visitadora de la CDHDF, María Alejandra Nuño Ruiz Velasco, sostuvo que la discriminación racial en el Distrito Federal se da a través de la exclusión "por el simple hecho de ser indígena" en rubros como la educación, la justicia, el trabajo, la vivienda y la recreación, entre otros satisfactores, por lo que llamó la atención sobre la necesidad de considerar sus formas ancestrales de organización, así como algunos usos y costumbres comunales Precisó que prejuicios raciales que persisten hacia las poblaciones indígenas originarias y de inmigrantes en el Distrito Federal y el resto de la Ciudad de México se refleja en su distinción, restricción y exclusión de los programas públicos que los "invisibilizan", a pesar de que cada vez la cuestión indígena es más un asunto urbano, donde se observa progresivamente la "pluriculturalidad" De acuerdo con el "Diagnóstico sobre la situación de los derechos humanos de los pueblos indígenas en la Ciudad de México 2000-20004", realizado por la CDHDF y el Centro de Derechos Humanos "Fray Francisco de Vitoria OP", AC, en el Distrito Federal viven aproximadamente 141 mil 710 habitantes que hablan alguna lengua indígena Lo anterior significa 24% de la población nacional y coloca a la capital del país entre las 10 entidades con mayor número de indígenas No obstante, algunas organizaciones hablan de casi 500 mil habitantes indígenas e inmigrantes originarios de los estados de Oaxaca, Puebla, Estado de México, Hidalgo, Veracruz y Guerrero, entre otros El estudio consigna que "originarios o inmigrantes, los grupos indígenas ven afectado su ejercicio y el respeto a sus derechos humanos, debido a la distorsionada valoración y el desconocimiento de su riqueza cultural, tanto económica como social, a la incomprensión sobre su cosmovisión, sus dinámicas e intereses colectivos, así como a la resistencia de los representantes políticos a considerarlos como ciudadanos legítimos" Por lo anterior, urgió a que una perspectiva integral de los derechos humanos y el principio de la no discriminación sean las bases indispensables de la relación armónica entre mestizos e indígenas para fomentar la convivencia en un contexto de tolerancia, reconocimiento y el diálogo, donde no quepan la desigualdad, el asistencialismo y la discriminación Sobre la migración internacional, el diagnóstico señala también que a diferencia de los extranjeros que habitan en el Distrito Federal (169% de los que han entrado al país), quienes pertenecen a alguna etnia o pueblo indígena no reciben el mismo trato por parte de las autoridades y de los habitantes de la ciudad" De esta manera, los 7 mil 400 indígenas que emigran anualmente a la capital del país en busca de mejores oportunidades de vida, son tratados como indocumentados en su propio país De acuerdo con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), 68 de las 85 lenguas que se hablan en todo el país son de uso en el Distrito Federal, entre las que destacan el náhuatl, otomí, mixteco, zapoteco y mazahua México ratificó la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial (CERD) que entró en vigor el 20 de marzo de 1975 Dicho instrumento define la discriminación como "toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar en reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad de los derechos humanos y libertades fundamentales" La CDHDF puntualizó que la discriminación y el racismo violan e inhiben el ejercicio de derechos como la dignidad, la libertad, la salud, la educación y el trabajo, entre otros Una sociedad democrática exige el ejercicio integral, interdependiente e indivisible de sus derechos humanos, respetando a cada ser por el simple hecho de serlo