Libros de texto gratuitos, la historia mutilada

lunes, 8 de agosto de 2005 · 01:00
* Ausentes, el 68 y el Jueves de Corpus del 71, deploran especialistas México, D F, 8 de agosto (apro)- Como una "grave omisión" y algo "injustificable en nuestros días", califican historiadores y estudiosos de la educación, el hecho de que los sucesos sangrientos del 2 de octubre de 1968 y el Jueves de Corpus del 10 de junio de 1971, no aparezcan aún en los libros de texto gratuitos editados por la Secretaría de Educación Pública A su juicio, la consecuencia de haber ocultado lo ocurrido hace 37 años en la Plaza de la Tres Culturas en Tlatelolco, ha ocasionado que las "nuevas generaciones" ignoren un capítulo que "marcó la vida de México" y que ha permitido el "clima de libertades que gozan hoy" --El tiempo ha pasado y no se justifica hoy esa omisión --dice Olac Fuentes Molinar, exsubsecretario de Educación --En las primarias, la historia de México sigue coja ?afirma Gilberto Guevara Niebla, crítico e investigador de los procesos educativos en México --Contar la verdad histórica implicaba que el Estado asumiera su responsabilidad en los crímenes que ha cometido ?acusa Salvador Martínez della Rocca, presidente de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados --Mi propuesta es independizar del gobierno la comisión encargada de los libros de texto ?señala Enrique Florescano Mayet, quien en 1992, junto con un grupo de historiadores, elaboró el único libro de texto de Historia, que incluía una mención sobre el 2 de octubre del 68, el cual fue retirado rápidamente de la circulación Florescano no olvida aún la "tormenta" que se desató a fines del sexenio de Carlos Salinas de Gortari, cuando esa mención generó protestas de "distintos sectores" y, según versiones, de los mandos del Ejército Mexicano, institución a la que se responsabilizó de la matanza --¿Por qué se retiraron esos libros? ?se le pregunta a Florescano, coordinador nacional de Proyectos Históricos del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) --Porque hubo una tormenta? El libro, en el que había otros asuntos políticos, resultó afectado, como ha pasado con la mayoría de los libros de texto, los cuales no han sido criticados por su contenido mismo, sino por su vinculación con los asuntos políticos de cada sexenio "Confluyeron varias cosas: que se tratara el tema del 68, la gestión de Salinas de Gortari y que se revalorara a Porfirio Díaz; es decir, que se hiciera una revisión más a fondo para tratar de desmitificar la historia mexicana Eso afectó a distintos sectores, principalmente a una parte de la izquierda mexicana" Florescano, entrevistado vía telefónica, demanda "desconectar totalmente" del gobierno a la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito (Conaliteg), dependiente de la SEP "¡Eso es clarísimo; hay que hacerlo! De otro modo, cada sexenio, con motivo de cualquier asunto, ahora que vivimos en una sociedad plural, democrática, vamos a tener problemas con algo tan serio como son los libros de la enseñanza de la historia nacional Eso sería gravísimo" Florescano destaca la calidad del grupo historiadores que elaboró esos libros de Historia, en el que figuraban Jean y Lorenzo Meyer, profesores e investigadores de El Colegio de México, UNAM, INAH y otras partes del país Y cuando se le pregunta si cree necesario que esos hechos figuren en los libros de texto, Florescano dice, molesto: --Mire: si estuviéramos en un país realmente avanzado, cualquier cosa podría tratarse si hubiera una comisión independiente de historiadores, pedagogos y maestros que hagan esos libros En Francia y en Estados Unidos, todo el tiempo están incorporando los asuntos recientes y no hay problemas El historiador insiste en la necesidad de crear "una comisión nacional" para revisar esos libros, conformada por historiadores, pedagogos, maestros y padres de familia "Los padres de familia no figuran en esto, como si a ellos no les importara la educación de sus hijos", añade El milagro mexicano El historiador Héctor Aguilar Camín, quien en 1992 formó parte de ese grupo de especialistas, escribió el 2 de octubre de 1995 en este semanario: "Una de las presiones menos ruidosas y más efectivas contra los libros de texto de historia en 1992, fue la del Ejército Mexicano, por la mención que ahí se hacía de su participación en los hechos sangrientos del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco" (Proceso 987) La mención sobre el 68 decía: "En el verano de 1968, la agitación estudiantil apareció en México, ante el nerviosismo de un gobierno preocupado por la imagen de México en los Juegos Olímpicos El gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970) actuó con dureza, pero en lugar de resolver el movimiento estudiantil, lo hizo crecer Se sucedieron manifestaciones concurridas y acciones severas del gobierno en respuesta En septiembre, el Ejército ocupó la Ciudad Universitaria y las instalaciones del Politécnico Nacional en la ciudad de México El 2 de octubre, días antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos, un mitin estudiantil fue disuelto por el Ejército en Tlatelolco Corrió la sangre y la ciudad se estremeció No se sabe cuántos murieron El milagro mexicano parecía llegar a su fin" En su artículo "El Ejército y Tlatelolco", Aguilar Camín contó: "La molestia de los militares era que el pasaje no dejaba suficientemente claro que el Ejército había actuado por órdenes del mando civil, en estricto cumplimiento de sus deberes institucionales Tenían razón: no salieron de sus cuarteles a reprimir estudiantes por decisión propia, sino porque así se los ordenó su comandante en jefe de entonces, el presidente Díaz Ordaz El párrafo impugnado no hacía con claridad ese deslinde, aunque creo que es claro en él que el Ejército no actuaba por propia iniciativa" Al respecto, Gilberto Guevara Niebla, exlíder del movimiento estudiantil del 68, dice a Proceso: "En realidad, se cuestionaron dos cosas: un pequeño párrafo, donde por primera vez se hablaba del 2 de octubre del 68, y otro breve párrafo, en el que se aludía al programa Solidaridad y a las realizaciones del gobierno de Salinas de Gortari Ambas menciones, hechas durante el sexenio salinista, generaron una serie de descalificaciones" Explica: "En los libros se trataba de aportar una visión moderna de la historia de México durante casi todo el siglo XX, empezando con las críticas de Vasconcelos en su breve historia de México Reiteradamente, se señalaron debilidades que presentaba la versión escolar de la historia de México, como su poca objetividad y un exceso en lo relativo a los mitos Si bien es cierto que todas las naciones se construyen sobre la base de mitos y creencias compartidas sobre su pasado, en una sociedad moderna es deseable disminuir al máximo la mitología" Al señalar que esos libros fueron retirados de las primarias tres o cuatro meses después, cuando el ciclo escolar ya había empezado, González Guevara acusa al entonces secretario de Educación, Ernesto Zedillo, de haber "intervenido personalmente" en ello "Como secretario, Zedillo mostró siempre mucha sensibilidad ante presiones políticas", dice, y agrega: "A mi juicio, hubo dos problemas: primero, la necesidad de revisar la historia de México que se enseña a los pequeños, sobre todo a la luz de la modernización y de la idea de crear generaciones más inteligentes No se puede desarrollar la inteligencia o el sentido crítico con base en mitos históricos Y, segundo, las dificultades que hay para debatir seria y públicamente un asunto de importancia nacional" Para el catedrático de la UNAM y director de la revista Educación 2001, la polémica de esos libros "forma parte de un debate muy oscuro y muy rico en cuanto a la participación política, pero muy difícil en lo que se refiere a sus conclusiones, un tema para la agenda del futuro, para que se vuelva a discutir" Añade: "Lo cierto es que, en primaria, la historia de México sigue coja? Son los libros deficientes porque ofrecen una historia que se `corta`, antes del sexenio del presidente Díaz Ordaz, para que no haya problemas Pero es erróneo que no podamos hablar de una experiencia nacional, dramática, de la que todavía hay memoria, sobre todo en los sectores ilustrados" El silencio Por su parte, Olac Fuentes Molinar, subsecretario de Educación Básica y Normal en el gobierno de Ernesto Zedillo, explica que esos libros de historia "se modificaron de inmediato", al recordar que hubo otra polémica versión en esos ejemplares, "en los que no aparecían Los Niños Héroes y `El Pipila`, lo que, sin embargo, no ocasionó un debate público similar" Se pregunta: "¿Qué pasa con hechos relativamente recientes en los que no hay consenso entre los historiadores? En esos casos, sobre todo pensando en los libros de primaria para niños de 11 y 12 años, es necesario plantear las diferentes versiones, tratando de ser objetivos "Es claro que el 68 fue un movimiento fundamentalmente estudiantil, de enormes efectos democratizadores en el largo plazo, pero en el caso del 68 aún tenemos versiones encontradas" Admite que, en 1992, no era conveniente incluir esos hechos en los libros de texto Insiste: "Entonces, cuando había un debate más intenso, era más conveniente no llevar un debate al seno de la escuela, tratándose de niños Sin embargo, hoy yo tendría otro criterio En todo caso, lo que me preocupa es que usemos los libros para dirimir diferencias entre los adultos No se trata de eso, sino de poner al alcance de los niños, con sencillez y claridad, la descripción de ese proceso tan importante" --A su juicio, ¿es grave la omisión? --Es algo que tenemos que corregir El tiempo ha pasado y hoy no tiene razón de ser Y aunque hay varios criterios al respecto, no metamos a niños de esa edad en un debate en el que tenemos versiones encontradas Pero si pensamos en la necesaria reforma en secundaria, ahora deberían hacerse esas modificaciones A estas alturas, mantener el silencio no lo adecuado Para el filósofo y estudioso de la educación, al gobierno del presidente Vicente Fox no le pareció "prioritario" incluir esos acontecimientos en los libros de texto, "porque, además, iba a ser cuestionado" Reconoce, empero, que las "nuevas generaciones" ignoran lo ocurrido en 1968 y el 10 de junio de 1971 "Nosotros, los que vivimos esa época, somos los únicos que sabemos de eso", agrega Consultado al respecto, el diputado perredista Salvador Martínez de la Rocca dice: "La consecuencia de haber ocultado esos hechos, es que las nuevas generaciones no saben lo que pasó ni la historia de las libertades de las que actualmente gozan" El exdirigente estudiantil añade: "En el 68, nosotros luchábamos por las libertades de expresión y de agrupación, para que todos los mexicanos tuvieran derecho a manifestar sus preferencias políticas, ideológicas, religiosas, partidistas, sexuales, y no fueran reprimidos por eso Realmente, nuestra lucha era para que se respetara la Constitución y los derechos humanos" --¿Por qué ocultar la historia? --Porque contar la verdad histórica implicaba que el Estado asumiera su responsabilidad en los crímenes que ha cometido y, desde luego, los culpables tendrían que haber ido a la cárcel Digamos que serían delincuentes confesos Por eso, ahora exigimos que la historia del 68, del 10 de junio y de la guerra sucia, figure en los libros de texto

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