BUZÓN DE APÓCRIFOS: Hermandad

jueves, 8 de agosto de 2002 · 01:00
México, D F (apro)- Respetados y queridísimos humanos: ¡nuestra más calurosa y fraternal felicitación por ser tan parecidos a nosotros, los cangrejos! Sí, no ignoramos que ustedes, los humanos, creen que están más cerca de los monos y hasta de ciertos pájaros parlantes que de nosotros, por lo que admitimos que posiblemente tal descubrimiento los sorprenda, pero esperamos que el mismo en sí les llene de alegría, como lo hizo con nosotros en la magna asamblea cangrejil en la que se nos hizo evidente: Fue tal el entusiasmo que nos generó, que esa misma asamblea generosamente los reconoció, adoptó y los proclamo solemnemente como la especie más afín, más hermana de la nuestra Puede que su merecido título de "rey de la creación", sople sobre su vanidad para que impugne y rechace, alegando imposible compatibilidad, nuestro generosos reconocimiento igualatorio, pero antes de que eso hagan, humildemente les pedimos que lean nuestros argumentos y reflexionen sobre los mismos Ni que decir tiene que nuestra fraterna y liberal declaración de parecidos, de afinidades, muy poco tiene que ver a lo que se refiere a la figura, a la apariencia Conscientes estamos que a diferencia de ustedes, hombres, que lo tienen oculto, nosotros somos animales que llevan su esqueleto al descubierto La analogía, las semejanzas que nos aproximan, según nuestro cangrejo leal y saber y salvo, claro, su mejor opinión, más bien se encuentra y está principalmente en el ser y el actuar Vean: para empezar no pueden negar que, por lo general, sus ideas son tan duras, firmes y poco flexibles como el caparazón que envuelve y configura a nuestra especie, los cangrejos, como tampoco pueden negar que esas mismas características de solidez, de resistencia al cambio de sus ideas, no pocas veces, como nos ocurre con nuestros caparachos, han sido y son un serio y grave obstáculo para su desarrollo, para su crecimiento, tanto en lo individual como para su especie; que para lograrlo, comúnmente, como igualmente nos pasa a nosotros con nuestra cubierta, tienen que deshacerse de ellas, cambiarlas por otras También tienen que admitir que en esos procesos de cambio suelen caer en el desánimo y que los dominan los sentimientos de debilidad, indefensión y hasta de miedo y que no se recuperan de los mismos hasta que sienten que las nuevas ideas son otra vez firmes, resistentes y duras, que es lo mismo que nos ocurre a nosotros en las frecuentes mudas de caparacho que tenemos que llevar a cabo si queremos crecer Por otra parte, es innegable que así como lo sólido y rígido del caparazón es imprescindible para nuestra existencia, a no pocos individuos de su especie, hombres, esas mismas características les ha servido y sirve de concha, para desarrollar toda una filosofía de ser, el llamado "conchudismo", gracias al cual se les ha hecho más soportable la vida Por si eso fuera poco, hay que añadir otras peculiaridades que nos hermanan Son los modos de acercarnos a lo que nos interesa, las maneras de apartarnos de lo que consideramos peligroso Así como la mayoría de los de nuestra especie se aproxima a los objetos de su interés y huye de los que los espantan caminando de lado y hasta los hay que lo hacen moviéndose hacia atrás, en reversa, lo que no pocas veces les lleva a "tropezar con pared", de la misma manera entre ustedes, hombres, no faltan y más bien sobran (en lo mental, claro, como ya señalamos) los que se acercan a lo que despierta su interés de manera sesgada y se alejan de lo que les desagrada o atemoriza caminando hacia atrás, dando la espalda al camino de posible salvación, lo que les ha llevado y lleva a que no en pocas ocasiones también "tropiecen con pared", a estrellarse Y luego está que sus muy particulares intereses, su ambición y codicia, generadoras de frustraciones, resentimientos, envidias y hasta odios, progenitores de divisiones, los asemeja a cangrejos en cubeta, que cuando quieren salir de la misma otros los jalan, dificultando y hasta impidiendo que lo logren Esta triste realidad, imposible de negar, ya se ha agravado y amenaza volverse más extrema con la necesaria competencia que exige esa su nueva idea de vida que llaman globalización ¿O no es así? Ustedes tienen la palabra Respetados y queridísimos humanos: esperamos, como les decíamos al inicio de la presente, que a pesar de todo les entusiasme y reconozcan sin resquemores el descubrimiento que tuvo lugar en la magna asamblea cangrejil: el de las afinidades que nos hermanan a ustedes y nosotros Con esa esperanza y un fraterno atenazador abrazo, quedan de ustedes sus seguros servidores LOS CANGREJOS

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