* Edgar Morin recibe el Honoris Causa en la UV Veracruz, Ver , 5 de noviembre (apro)- Una de las opciones que tienen las naciones pobres para hacer frente a la embestida de la globalización y especialmente al intento de los países pobres para unificar criterios, cultura, política y hasta religión, en aras de fortalecer sus mercados, “es unirse ante la peligrosidad de que la economía se domestique a la política”, consideró el filósofo francés, Edgar Morín El investigador, quien recibió el doctorado Honoris Causa por la Universidad Veracruzana (UV), consideró que en la actualidad, además de la crisis de paradigmas ideológicos, el mundo se enfrenta al riesgo de que la economía se domestique a la política, imponiendo el predominio de los mercados sobre el hombre, las cuentas sobre las razones y las causas sociales El también director emérito del Centro Nacional de Investigación Científica de París y presidente del Instituto Internacional por el Pensamiento Complejo, entrevistado a su arribo al aeropuerto “Heriberto Jara Corona” subrayó que el “calcular quiere someter al pensar y todo lo que no se puede calcular será ignorado” Ante el panorama mundial actual, opinó que la crisis de paradigmas ideológicas en el mundo es hecho en el proceso para que el comercio se convierta en la guía moral de las sociedades Pese a que no se puede concebir un mundo separado donde las actividades económicas no tengan nada que ver con la cultura, la religión y la política, señaló, “vemos que dicha estabilidad se está rompiendo” La economía, afirmó el filosofo francés, actualmente se pretende erigir como un mecanismo supremo en el mundo, “domesticando al resto de las actividades humanas y formas de pensamiento” Es decir, explicó, “hoy en día pareciera que la economía ha domesticado a la política y el modo de calcular y contar impide ver las cosas humanas como el amor, la pasión, las relaciones de respeto entre los pueblos”, y todo lo que no se puede calcular como son las ganancias, costos o monedas, “es ignorado” El predominio de la economía sobre la política y los aspectos humanitarios, subrayó, “solo refleja la parte negativa de la llamada globalización”, por lo que se ha convertido en el reto más importante de la humanidad para retomar el balance de las cosas y controlar la agresividad de los mercados que intentan imponerse sobre las personas En este sentido, consideró que frente a la embestida de los países ricos contra las naciones pobres, por medio de la globalización económica y apertura de fronteras, “se deben ensayar nuevas formas de alianzas estratégicas locales, regionales y continentales” Opinó que “es imperante la necesidad de unirse, establecer una interconexión muy fuerte”, no sólo para dialogar con los poderosos, “sino para salvaguardar la diversidad cultural, la identidad particular de cada país, rescatar los valores humanitarios que caracterizan al sur del Continente Americano de la unificación que se intenta levantar en aras de un libre mercado” Al respecto, refirió que hay intentos de una resistencia pacífica a los embates de la globalización deshumanizada y, especialmente, América Latina puede considerarse como la región donde han surgido líderes que ayudan a la cohesión de las naciones subdesarrolladas para defenderse de las potencias comerciales Aunque, aclaró que esto no es una certidumbre porque es muy difícil combatir la pobreza eliminar el hambre, “pero hay esperanzas” como el caso del presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, que intenta mantener a su país en una economía globalizada, “sin descuidar la responsabilidad social y la necesidad de elevar la calidad de vida de los pobladores”