La elección del Edomex, bajo supervisión rigurosa

lunes, 31 de enero de 2011 · 01:00

Las elecciones en el Estado de México, cuya complejidad supera a las de Guerrero, estarán sometidas a un minucioso escrutinio por parte de un proyecto de observación impulsado por Bernardo Barranco, exconsejero electoral de esa entidad y que cuenta con el apoyo de casi 200 organizaciones ciudadanas. Se busca, afirma Barranco, evitar que las trapacerías y corruptelas se conviertan en moneda de cambio durante este proceso, antesala de la elección presidencial de 2012; asimismo, generar condiciones de equidad y limpieza que posibiliten el voto ciudadano libre, consciente e informado en una entidad plagada de cánceres políticos y sociales.

MÉXICO, D.F., 31 de enero (Proceso).- "El Estado de México está marcado por una palabra contundente: Corrupción. Es una corrupción histórica y endémica asociada a la clase política que tiene fórmulas suaves, elegantes y condescendientes, pero que es –también– una de las más primitivas del país”, diagnostica Bernardo Barranco, exconsejero electoral de esa entidad. 

Sin embargo, aclara, el dinero subterráneo, las prebendas, el maiceo, la lógica de facción y todas las fórmulas de una “cultura política siniestra” legada por Carlos Hank González, no son exclusivas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), sino que han permeado a todos los partidos. “El PRD y el PAN tienen también, trágicamente, la marca de la corrupción”. 

Y a unas semanas de iniciado el proceso electoral para relevar al gobernador Enrique Peña Nieto, cuyo desenlace gravita en su aspiración presidencial, Barranco prevé un escenario más convulso que el de Guerrero. “Vamos directo a la balcanización electoral, donde el que juegue más sucio, el que sea más rudo y el que esté más impugnado es el que va a ganar”.

Por eso, ante tal escenario, el sociólogo ha dado forma a un inédito y ambicioso proyecto de observación electoral que involucra un abanico plural de alrededor de 200 organizaciones, con el fin de “evitar que las trapacerías se conviertan en el modus operandi de los actores políticos” durante este proceso, antesala de la sucesión presidencial de 2012.

“Frente a la corrupción en el Estado de México, hay que reivindicar una ética social, una ética que sólo puede darse desde los ciudadanos”, subraya Barranco, quien explica que el proyecto trasciende la tradicional observación electoral en la etapa de emisión del voto para convertirse en un verdadero contrapeso de la clase política durante todo el proceso.

“El observador no puede ser sólo un mirón, un vouyerista electoral, sino un actor que, sin violentar la ley, tenga un rol mucho más protagónico, porque en los recientes años el órgano y el tribunal electorales han dado pasos regresivos –hay una involución absoluta–, y esto obliga a que el ciudadano tenga una participación mucho más decidida y calificada.”

Apoyado en redes de organizaciones como Alianza Cívica, Incide Social, Sociedad en Movimiento, Tendiendo Puentes, y en personajes como José Antonio Crespo, Alfonso Zárate, Alejandro Martí y Sergio Aguayo, Barranco adelanta a Proceso el proyecto que busca reactivar en el Estado de México la movilización cívica de la década de los ochenta para generar condiciones de equidad y limpieza que posibiliten el voto ciudadano libre, consciente e informado.

El plan prevé cinco grandes campos de escrutinio ciudadano: comportamiento cualitativo de los medios de comunicación, vigilancia sobre el uso de recursos de los tres órdenes de gobierno y de procedencia criminal, actuación de las autoridades y de los poderes fácticos, análisis jurídico de las resoluciones de los órganos electorales, recepción y canalización de denuncias ciudadanas.

La información que se genere será ampliamente difundida a través de los propios medios, de expertos y aun de una página de internet, para generar un verdadero contrapeso ciudadano: “Con esta apuesta mediática seguiremos, paso a paso, el proceso electoral desde un punto de vista crítico, imparcial y crudo. Digo crudo, porque no vamos a tener pelos en la lengua”.

Como consejero del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) organizador de tres procesos electorales, desde que Peña Nieto fue candidato a gobernador –en 2005– hasta 2009, aclara que “Dictamen ciudadano de vigilancia electoral Estado de México 20011” –como se denomina el proyecto– no tiene dedicatoria: 

“No es contra Peña Nieto ni contra el PRI. Va contra una estructura que ha tenido la desfachatez de apoderarse de los espacios ciudadanos, como los organismos de derechos humanos, los electorales y los tribunales, mediante la lógica de cuotas partidistas. No creo que para la clase política sea muy popular este proyecto.”

 

IEEM, “historia negra”

 

Un augurio de lo que se anticipa durante los primeros seis meses del año en el Estado de México fue lo que se presentó en el IEEM el domingo 2, cuando formalmente se inició el proceso electoral: los partidos intercambiaron duros reproches, PAN y PRD amagaron inclusive con considerar su participación.

Pero en esa sesión también se exhibió el talante del Consejo General del IEEM, uno de cuyos consejeros, Juan Carlos Villarreal, reprodujo, casi de manera textual, el discurso del PRI y del gobierno de Peña Nieto, que controlan a cuatro de los siete consejeros.

“Las reglas las hacen los que hoy se quejan, el diseño institucional fue impulsado por los que de nuevo descalifican su propia obra”, reclamó a la oposición. “¿Por qué algunos actores políticos le quieren colgar a la autoridad el saldo de sus incapacidades o el temor de sus fantasmas?”.

Villarreal, exasesor del secretario de Gobierno de Peña Nieto, Luis Miranda Nava, es uno de los cuatro consejeros vinculados al PRI. Los otros son José Martínez Vilchis, exrector de la Universidad Autónoma del Estado de México; Jesús Jardón Nava, exmagistrado del Poder Judicial, y Policarpo Montes de Oca Vázquez, exvocal del IEEM.

El PAN, por su parte, impulsó a Abel Aguilar Sánchez y Arturo Bolio Cerda, mientras que el PRD lo hizo con Jesús Castillo Sandoval, exmagistrado que preside el Consejo General.

En el Tribunal Electoral del Estado de México (TEEM), el PRI también controla tres de los cinco magistrados: el presidente, Jorge Muciño, quien fue consejero electoral de 2005 a 2009 –junto con Barranco–, así como Luz María Zarza y Raúl Flores Bernal.

Pero aunque el PRI logró el control de ambos organismos electorales gracias a la correlación de fuerzas que derivó de la elección de 2009, cuando arrebató a la oposición sus bastiones municipales y ganó la mayoría en el Congreso, la lógica partidaria no es nueva.

“El IEEM está marcado por una historia negra que forma parte de la cultura política del Estado de México”, sentencia Barranco, sociólogo especializado en el estudio de las religiones, quien se convirtió en consejero tras uno de esos escándalos de corrupción, en 2005, en el ocaso del gobierno de Arturo Montiel.

“Mi consejo entró por un accidente político, por una crisis de corrupción que en la época de Montiel llegó a tal grado que impactó al instituto”, rememora Barranco, quien recuerda que la compra de material electoral por aproximadamente 70 millones de pesos, cuando su costo no pasaba de 15 millones, obligó a la disolución del órgano electoral a 40 días de las elecciones.

Junto con José Núñez Castañeda, presidente, Gabriel Corona, Norberto López y él, dice, se trató de recomponer el IEEM, en medio de ataques de los partidos y de los otros tres consejeros.

“En ese entonces ya había lo que denominé consejero de consigna, pero ahora lo podemos llamar consejero representante partidario. Los partidos ya no necesitan representantes, porque tienen a los consejeros que claramente manejan su lógica, son disciplinados y su voto es tremendamente predecible.”

En septiembre de 2008, inclusive, el Congreso nombró presidente del IEEM a Norberto Hernández, militante del PAN. “Para tomar posesión tuvo que renunciar oficialmente a su militancia panista. ¡Pero no pasó el examen de conocimientos básicos en materia electoral! ¡Esto significa que estamos en un momento de descaro político por parte de los partidos!”.

–¿Se replica la integración partidaria del IEEM a nivel distrital y municipal?

–Claro. Históricamente hay una casta de personas que son las mismas que concursan por las plazas de consejeros, de vocales, y luego se cambian. Los partidos tienen sus clientelas ciudadanas, entre comillas, y sus funcionarios. No es un grupo pequeño. ¡Son entre 4 mil y 5 mil personas! Es una especie de nata de grupos que en cada proceso son los mismos y cada uno tiene un signo político.

En los recientes 12 años, dice Barranco, había un equilibrio a tercios entre PRI, PAN y PRD. “Entonces, en la lógica de tres, el que quedaba en primer lugar tenía la presidencia, el segundo el vocal de organización y el tercero el de capacitación”.

Al cambiar en 2009 la correlación de fuerzas, el PRI reclama a nivel municipal y distrital las dos primeras posiciones y puede vetar o palomear al tercero a través de su aliado el Partido Verde, con lo que garantiza el control. “Hay una casta que está viciada y ha viciado todo el Instituto Electoral en términos de su código no escrito de cuotas”.

Por ello, el exconsejero electoral advierte que, por la relevancia del proceso que trasciende a la elección de gobernador y marca una pauta hacia 2012, es que se crea “Dictamen ciudadano”, porque “la clase política no puede estar sola” en este proceso.

“Entonces estamos en un panorama complejo en el que sí se justifica plenamente que haya una intervención ciudadana que sirva de contrapeso, que sea un polo que diga: ‘Señores, no están ni se manejan solos, hay un proyecto mayor, se deben a los ciudadanos, hay un bien común, ustedes deberían representar a los ciudadanos y no a camarillas.’”

 

Hacia el colapso

 

Vecino de Ciudad Satélite, a Barranco lo acompañan en el proyecto de observación electoral los exconsejeros electorales José Núñez Castañeda, Gabriel Corona, Norberto López, Álvaro Arreola; académicos como Roberto Blancarte, Alfonso Iracheta y Teresa Jarquín, y empresarios como Alejandro Martí, entre otros muchos personajes.

“Desde principios de enero he hablado con por lo menos 200 personas. Todas me han dicho que están dispuestas a colaborar. Hay mucha insatisfacción y necesidad de participar, y en ese sentido va a ser muy buen ejercicio.”

Y así como se han comprometido a participar la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), también las organizaciones que forman parte de la Red de Defensa de Derechos Humanos a través del sacerdote Miguel Concha, defensores de minorías y de derechos reproductivos, así como sectores de la Iglesia católica, como grupos de pastoral social.

“La idea es tener un abanico muy grande de pluralidad ciudadana, que refleje lo que son los ciudadanos. Lo que nos une no son los temas ideológicos y las acciones de desarrollo, sino la preocupación de una clase política que parece sentirse sola en la sociedad”, puntualiza.

Ante la falta de recursos –“no tengo un solo peso”–, las organizaciones se harán cargo de los gastos en el campo de acción que les corresponda y la base será de voluntarios, como los miembros de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, de la UNAM, que por ejemplo tienen a su cargo la página de internet que se lanzará a mediados de febrero, con el fin de proveer de la vasta información que generará el proceso.

El primer campo de observación será el de los medios de comunicación para documentar el tratamiento cualitativo de partidos y candidatos, pero también el “mercado negro” de propaganda que se contrata, en radio y televisión, burlando la prohibición legal, y aprovechando la característica geográfica de la entidad. 

Otro campo es el financiero: vigilar el financiamiento de las campañas y detectar si se hace uso de recursos públicos de los tres órdenes de gobierno o de dinero criminal. Con la participación de contadores se trabaja en el diseño de un modelo matemático para identificar los flujos atípicos.

El tercer aspecto es el análisis del comportamiento de los principales actores políticos ante el proceso electoral, así como de los poderes fácticos como el empresariado, la Iglesia, los sindicatos y las asociaciones.

El cuarto es el jurídico: que juristas de prestigio como el ministro en retiro Genaro Góngora Pimentel analicen los acuerdos, resoluciones y sentencias más relevantes del IEEM y del TEEM para determinar si actuaron conforme a derecho. “La idea es que la opinión pública conozca la calidad jurídica de las instancias que están llevando el proceso electoral”.

 Y en quinto lugar se integrará un grupo de no menos de 60 voluntarios para la recepción y canalización de denuncias ciudadanas desde los principales distritos electorales sobre conflictos, coacción y presión a electores o cualquier irregularidad que, de inmediato, se difundirá.

Para ello también se ha diseñado una estrategia de comunicación que prevé el uso de una página web para periodistas, redes sociales Facebook y Twitter, foros, conferencias de prensa y relación directa con líderes de opinión.

Esta intervención de la ciudadanía, dice Barranco, es indispensable por la tensión entre los contendientes, la desconfianza en los órganos electorales, el papel de los medios –como Televisa con Peña Nieto– y la trascendencia que tiene para 2012, una conflictividad que puede hacer crisis y colapsar si el resultado es muy cerrado.

“El gran drama que se presenta es que si el nivel de votación es muy cerrado, como se está configurando desde ahora, el proceso electoral puede colapsarse. Se judicializará el proceso y probablemente pueda haber mayores consecuencias.”

Advierte que lo que más conviene, en términos de la tranquilidad, es un proceso holgado con un claro y definitivo ganador. “Si no, con el IEEM con poca autoridad y un Tribunal Electoral también marcado por el signo de las cuotas de poder, y ambos por la corrupción, entonces hay un riesgo muy grande de colapso”.

El desenlace de la elección es incierto, porque ni siquiera está definido cuántos contendientes habrá. “No es lo mismo que haya una coalición PAN-PRD que tres coaliciones. Va a depender mucho de qué tan unidos lleguen el PRD y el PAN, pero también en el PRI, en el que aparentemente hay mucha unidad, esto es fachada, al interior hay jaloneos muy fuertes”.

–¿No está escrito que gane el PRI?

–No, aunque veo mucha ventaja hacia el PRI por la estructura, por los años y sobre todo por el voto duro. La única posibilidad que veo de la oposición sería vía coalición.

Aunque ve remota esta hipótesis, no la descarta hacia 2012. “El proceso del Estado de México no es sólo Peña Nieto, sino también pasa por el tipo de articulación que se pueda dar entre el PAN y el PRD a futuro. Esto hace a este proceso particularmente complejo y apasionante”.

Pero insiste en que lo verdaderamente relevante es que los ciudadanos sometan a riguroso escrutinio a los partidos políticos y a los gobiernos, por ahora en el Estado de México: 

“Esta clase política carece de un proyecto de largo plazo. Hay sólo proyectos de grupos de interés y de facciones muy corruptas. Por eso es más que indispensable este proyecto no sólo para este proceso electoral, sino para después. La clase política no puede estar sola.” 

 

 

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