MÉXICO, D.F., 9 de junio (apro).- La misión investigadora enviada a Libia por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), concluyó que el presidente Muamar El Gadafi y sus seguidores cometieron crímenes de guerra “como parte de un sistemático ataque” lanzado contra los civiles. Luego de presentar las conclusiones de la misión al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Cherif Bassiouni, presidente de la comisión, señaló que “lo que empezó como protestas pacíficas en demanda de democracia, se encontró con la violenta oposición del gobierno y la situación degeneró rápidamente en una guerra civil”. A partir de ese momento, añadió, las fuerzas gubernamentales “cometieron actos en contra del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos, como asesinatos, detenciones ilegales, torturas, desapariciones forzosas y otros como parte de un sistemático ataque contra los civiles”. Según el informe, el régimen cometió crímenes de guerra como “ataques deliberados a civiles o al personal sanitario” que, al principio, se lanzaron desde el aire, pero “cuando entró en vigor la zona de exclusión aérea se hicieron con tanques y artillería”. En específico, señala el informe, se emplearon misiles Grad y francotiradores contra los civiles. También se confirmó que hubo algunos crímenes cometidos por los rebeldes pero, según Bassiouni, no se trató de una política sistemática y deliberada. El presidente de la comisión investigadora indicó que aún hay acusaciones pendientes de investigar, como el supuesto empleo de mercenarios o de niños-soldado, así como violencia sexual, por lo que pidió al Consejo de Derechos Humanos de la ONU que prorrogue la misión del grupo. La respuesta del gobierno libio vino casi de inmediato para rechazar las acusaciones de que las fuerzas del régimen cometieron crímenes de guerra y contra la humanidad. Por el contrario, reviró el diplomático Mustafá Shaban al Consejo de Seguridad de la ONU, el gobierno de Gadafi es “víctima de una agresión generalizada”, y responsabilizó a los medios de comunicación extranjeros, a la oposición y a mercenarios extranjeros de las violaciones a los derechos humanos.