MÉXICO, D.F.- (apro).- A 40 años de la matanza de estudiantes, el jueves de Corpus de 1971, el reclamo de justicia sigue vigente: “Halcones nunca más, juicio a Luis Echeverría”, se leía en la manta con la que Jesús Martín del Campo, Raúl Álvarez Garín y Ana Ignacia Rodríguez, La Nacha, encabezaron la marcha conmemorativa. Un contingente con unas 200 personas salió del Casco de Santo Tomás a las 17:00 horas con la demanda de que se reabran los expedientes del caso para que se sancione a los agresores y homicidas del Halconazo. Al contingente se sumaron estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN), así como miembros del Movimiento de Aspirantes Excluidos de la Educación Superior e integrantes del Movimiento Proletario Independiente (MPI). En total participaron unos 500 manifestantes Caminaron por las calzadas México-Tacuba, Puente de Alvarado, Balderas, Juárez y calles del Centro Histórico para dirigirse al Zócalo capitalino, a donde llegaron aproximadamente a las 19:30 horas. Un grupo de autonombrados anarquistas realizó pintas durante el trayecto de la marcha en edificios, bancos, mobiliario urbano y negocios, por lo que se registraron conatos de bronca con los dueños de algunos locales. No hubo informes de detenidos y la marcha estuvo todo el tiempo custodiada por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública. Un grupo de 200 granaderos custodió el Palacio Nacional y policías preventivos se encargaron de la sede del Gobierno del Distrito Federal (GDF). El jefe de gobierno del DF, Marcelo Ebrard, llevó a cabo una ceremonia conmemorativa por la muerte de al menos 22 estudiantes –42, según líderes del movimiento– el 10 de junio de 1971. “La ciudad hoy quiere recordar y rendir tributo a todos los jóvenes que hace cuatro décadas enfrentaron un régimen autoritario y nos legaron derechos y libertades que tenemos”, expresó Ebrard. Comentó que la matanza es un episodio de la historia de la capital que ha hecho que “sea muy distinta hoy a lo que fue hace 40 años y muy distinta a muchas de las ciudades del país”. Pidió recordar a los estudiantes que fueron agredidos y los que perdieron la vida por defender “esas libertades y esos derechos” y alentar con su memoria para que “el país tome otro rumbo”, que no sea el de la violencia y la desesperanza. Por su parte, la UNAM hizo un pronunciamiento público en el que recuerda que la represión no debe repetirse nunca más. “Nuestra sociedad debe rechazar cualquier forma de autoritarismo, robustecer nuestro sistema de valores laicos, contribuir al fortalecimiento de la democracia y expresarse con fuerza frente a la injusticia”, señaló. El 10 de junio de 1971, día de Corpus Christi, estudiantes de la UNAM y el IPN salieron a las calles de la capital para exigir al entonces presidente Luis Echeverría libertad política y la democratización de la enseñanza. La manifestación fue reprimida por el grupo paramilitar Los Halcones, con un saldo de decenas de muertos y heridos. Por esos hechos, Echeverría fue acusado por la extinta Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femossp) por el delito de genocidio. Sin embargo, la justicia desestimó el cargo y eximió al expresidente, funcionarios y jefes militares implicados en la causa.