Partidero

sábado, 6 de agosto de 2011 · 20:02
¿Y si ahora que vengan los del PRI a gobernar de nuevo a Jalisco –porque no se ve por dónde el PAN pueda retener la gubernatura, salvo un cambio radical de estrategia y un verdadero milagro, pues no valdrán los electoreros mea culpa ni los arrepentimientos ni los propósitos de enmienda– deciden que por donde transita el Macrobús lo haga mejor una tercera o cuarta línea del Tren Ligero? Podría ser la mejor decisión, toda vez que ese sistema de BRT o autobuses articulados no ha sido lo que prometieron las autoridades panistas. Su servicio es cada día más deficiente en cuanto al tipo de unidades, frecuencia de corridas y cupo. Además, han resultado muy chocones. Están muy lejos de tener la seguridad en sus recorridos que sí tiene el tren, pese a tener carriles exclusivos y bastante amplios, al grado de que en algunas zonas se comieron la totalidad de la calzada Independencia-Gobernador Curiel, por donde transitan. Si no, que hablen los usuarios más frecuentes.     A propósito de vialidades, para los XVI Juegos Panamericanos y los posteriores juegos Parapanamericanos se tiene programado aislar decenas de kilómetros de carriles especiales en las principales avenidas y calzadas de la ciudad, incluido el saturadísimo Periférico, para que por ahí transiten las comitivas de los atletas y funcionarios del evento a sus anchas. No me quiero imaginar el caos de tránsito que habrá, principalmente por la carencia de rutas alternas y particularmente por el muy deficiente transporte urbano que tenemos en la zona metropolitana tapatía.   u       u       u Más que en cualquier otro municipio de Jalisco en donde se ha dado la alternancia de partidos políticos, en el de Cocula es ya cosa común que haya limpia de empleados cada trienio. No pocos de quienes, habiendo laborado en administraciones anteriores, se identifican con la ideología contraria a la del ayuntamiento en turno, son despedidos de inmediato sin liquidarlos conforme a la ley, así tengan muchos años como empleados de base. Eso ocurrió, por ejemplo, en los periodos de 2001 a 2006, cuando gobernaron sucesivamente los panistas Gustavo Cabral González y Antonio Vázquez. Sobre todo el primero echó del ayuntamiento a trabajadores que laboraron con priistas y perredistas. Luego, al regreso del PRD (2007-2009), el alcalde Arturo Facundo Ramírez despidió a un buen número de burócratas panistas, entre ellos a algunos de sus correligionarios, quienes pusieron su demanda laboral ante el Tribunal de Escalafón y Arbitraje, que falló a su favor. No obstante, Facundo tardó mucho tiempo para pagarles (Proceso Jalisco 249). No fue sino hasta que el Tribunal dictó su separación sin goce de sueldo, ya cerca del final de su periodo, cuando cumplió con la sentencia y pagó a los despedidos. Al regreso de Acción Nacional al ayuntamiento coculense el año pasado, el presidente municipal Héctor Jesús Castillo Andrade despidió a alrededor de una veintena de burócratas con las mismas tácticas de sus antecesores. Los afectados demandaron y ganaron el laudo. El mismo Tribunal de Arbitraje y Escalafón falló al menos a favor de las 16 personas defendidas por el abogado Carlos Eugenio Arriola Pérez, y el 26 de julio pasado ordenó, por cuarta ocasión, hacer efectivo un apercibimiento a todo el cabildo por incumplimiento del pago a exempleados municipales, algunos ya fallecidos, pero cuyas viudas e hijos están a la espera de la liquidación. El Tribunal de Escalafón impuso al alcalde y a sus 10 regidores una multa equivalente a 100 días de salario mínimo y giró un oficio a la Secretaría de Finanzas del estado para que haga efectiva la sanción. Al cierre de esta edición todo seguía igual y la ya millonaria deuda con los despedidos seguía en ascenso.  l   fcobian@proceso.com.mx

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