MONTERREY, N.L. (apro).- Una de cada tres familias regiomontanas reportó que al menos un integrante de la misma fue víctima de un delito en el área metropolitana durante el segundo trimestre del año, revela un estudio dado a conocer por el Tecnológico de Monterrey. El estudio, efectuado mediante encuestas telefónicas, destaca que la inseguridad ha acabado con la vida nocturna de la ciudad, pues 84% de los encuestados declaró que se retiraba a su casa al caer el sol. En el reporte, elaborado por la Escuela de Graduados en Administración Pública (EGAP), se establece que, debido al temor, 92% de los habitantes del área metropolitana han cambiado sus hábitos, pues han disminuido sus salidas por carretera o ya no llevan objetos de valor cuando salen a la calle. El sondeo fue efectuado al azar entre personas mayores de 18 años durante los meses de junio y julio de este año, en los municipios de Monterrey, Guadalupe, San Nicolás de los Garza, Apodaca, Escobedo, Juárez, Santa Catarina, García y San Pedro Garza García, donde se concentra 90% de los 4.4 millones de nuevoleoneses. El estudio refiere que 12.9% de los regiomontanos declara que él o algún integrante de su familia fue víctima del delito en el segundo trimestre del año, y 34.3 de los encuestados y parientes que vivan o no en su mismo hogar, lo fueron en el mismo lapso. Cerca de 41.2% de los encuestados que declararon haber sido víctimas de un delito (ellos o algún miembro de su familia que vive en su casa) señalaron que fueron objeto de asalto o robo; 18.8 fue despojado de su vehículo; 9.4 fue extorsionado; 8.2, que robaron su casa, y 4.7, que fue víctima de un secuestro o un rapto exprés. Y 91.8% de los entrevistados declaró que cambió al menos uno de sus hábitos a consecuencia de la inseguridad en la zona citadina. Cerca de 86% ha dejado de llevar consigo objetos de valor; 84.6 ha dejado de salir de noche; 77.3 ha limitado a otros miembros de su familia las salidas de noche, y 75.1 ha disminuido o eliminado los viajes por carretera. La actividad que menos cambios ha sufrido en cuanto a sus hábitos tradicionales es la forma de abordar taxis o transporte público, con 58.1%. Por una aparente desconfianza con el sistema de justicia, 57.6 de los delitos que sufrieron los regiomontanos en el segundo trimestre del año no fue denunciado; el porcentaje crece a 68.1 si se calcula sin los robos de vehículos, que es el delito con mayor porcentaje de denuncia, con 87.5. El delito menos denunciado es el asalto o robo, con 22.9; seguido por la extorsión, 25.0; después el robo a casa-habitación con 42.9% y, finalmente, el secuestro, donde sólo se denuncia la mitad de los casos. De las denuncias presentadas, en 40% de los casos éstas no procedieron o no pasó nada; 3.3 no sabe qué sucedió; 43.3 está en trámite, y sólo en 13.3 logró la recuperación de los bienes hurtados. Cerca de 24.5% de las víctimas de delito que no presentaron denuncia dijeron que no lo hicieron porque tienen desconfianza en las autoridades o no cree que éstas vayan a dar seguimiento al caso; 14.3 por temor o por amenazas, y 4.1% por recelo a las autoridades. La investigación la encabezaron Olivia Carrillo G. y Tomás Sánchez C., profesores investigadores del Departamento de Matemáticas del Tecnológico de Monterrey, y Jesús Cantú Escalante, profesor investigador del mismo campus. En entrevista, Cantú Escalante señala que la encuesta, sin presentar un índice de criminalidad, sí revela la alta incidencia de delitos entre los regiomontanos en la zona metropolitana. “Este trabajo muestra cómo se ha extendido el delito cada vez más cerca de la población regiomontana, pues hay 34% de la población que dice que algunos de sus familiares ha sido víctima. Uno de cada tres regiomontanos ha sido víctima o tiene un familiar que ha sucumbido al delito”, dice. Luego consideró que este trabajo arroja información valiosa para la comunidad y para que las autoridades procesen estos datos. “El 58% de los ciudadanos no denuncia los delitos, es decir, que por cada delito que se denuncia hay dos que se dejan de denunciar, y 40% de ilícitos que no se denuncian es por falta de confianza en las autoridades o porque no creen que las autoridades resuelvan. Hay indicadores para que la autoridad trabaje y adopte políticas públicas para dar confianza al ciudadano”, concluye.