La narcosupervía

martes, 11 de octubre de 2011 · 19:42
Tal vez se convierta en la obra de infraestructura más grande e importante del sexenio: es una supervía que permitirá enlazar el norte del país de costa a costa para, según los propósitos de las autoridades, detonar el desarrollo económico de esa zona. Pero la magna obra –cuyo costo estimado será de 20 mil millones de pesos y está licitada a algunas compañías españolas– tiene un defecto: se quiera o no, facilitará el trasiego de estupefacientes, especialmente en el área conocida como Triángulo Dorado. DURANGO, DGO.(Proceso).- Actualmente en construcción, la supercarretera Durango-Mazatlán formará parte de un gran corredor interoceánico con el que las autoridades buscan detonar el desarrollo económico de siete estados de la República, pues cruzará todo el norte del país: del Pacífico al Golfo, hasta desembocar en el puerto de Tampico. Pero también beneficiará a los grupos de la delincuencia organizada que siembran mariguana y amapola en la parte de la Sierra Madre Occidental conocida como el Triángulo Dorado, que abarca zonas de Durango, Sinaloa y Chihuahua. Y como ya se han abierto numerosas brechas y caminos de acceso, por ahí ya empezó el trasiego de enervantes, toda vez que la obra afectó algunos predios donde opera el cártel de Sinaloa. Entre el 6 y el 9 de septiembre, Proceso recorrió varios tramos de la supercarretera en construcción y constató que esa organización delictiva mantiene una estrecha vigilancia y control sobre la vía. Como parte de esas obras se construye El Baluarte, el puente atirantado más alto de Latinoamérica y el tercero del mundo, con 152 cables de acero. Permitirá cruzar con seguridad los precipicios y barrancos de los que está llena la zona conocida como El Espinazo del Diablo. A este corredor que conectará Sinaloa, Chihuahua, Durango, Zacatecas, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas se le considera el más peligroso del país porque en cada una de estas entidades los cárteles de Sinaloa, del Golfo, de los Beltrán Leyva y Los Zetas luchan por el dominio de las plazas y controlan las carreteras. Secuestran, roban, extorsionan o ejecutan a muchos de quienes transitan por ellas. Buena parte de la vía está en obra negra. En 2005 se abrió a la circulación un tramo de 55 kilómetros que va de la capital de Durango a El Salto, municipio de Pueblo Nuevo. El kilómetro cero se cuenta a partir del aeropuerto de Durango y hasta el kilómetro 40 la vía tiene condiciones aceptables. A partir del 60 es necesario eludir algunos baches y en el 82 éstos se transforman en zanjas infranqueables. Las condiciones de la carretera son tan malas ahí que es imposible disfrutar del panorama que publicitan los spots del gobierno federal que invitan a adentrarse en la Sierra Madre Occidental usando los puentes panorámicos de La Noria, El Indio o El Otinapa. Durante una gira en marzo pasado, Felipe Calderón y los gobernadores de Durango, Jorge Herrera Caldera, y de Sinaloa, Mario López Valdez, se tomaron una foto en El Otinapa. También visitó El Baluarte, donde aseguró que antes de concluir su sexenio inaugurará la autopista de 230 kilómetros que contará con 57 puentes y 64 túneles.   Cara e inacabada   La construcción de esta vía comenzó en el sexenio de Vicente Fox y los primeros 55 kilómetros se sufragaron con fondos federales. En 2009 se canalizaron 5 mil millones de pesos a un fideicomiso creado para darle continuidad a la obra. Estos recursos provenían de la venta de un paquete carretero del Fideicomiso de Apoyo para el Rescate de Autopistas Concesionadas. Hasta ahora se han invertido 11 mil millones de pesos de un total estimado de 20 mil millones que costará la obra, cuyo avance a la fecha se estima en 80%. Para adentrarse en las brechas que llevan a diversos tramos de la autopista se necesitan vehículos de doble tracción. A partir de El Salto, el recorrido se complica y es necesario conocer los caminos de terracería para no tomar uno equivocado y toparse con plantíos de mariguana. Desde el inicio del recorrido, varias personas le advierten a la reportera que evite pasar por Los Negros y por Las Adjuntas. Le aconsejan que tome precauciones porque en esos lugares suelen asaltar. El año pasado, en el puente La Pinta, los delincuentes colocaron retenes para detener a los viajeros y robarles los vehículos, le informan. En 2007, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) otorgó a la empresa Omega la concesión para construir la autopista a partir de El Salto. En el tramo a cargo de esta compañía se localiza el primer túnel, Lambederos, el único que hasta ahora se puede recorrer. Aunque se han abierto tres más, no se les puede usar porque aún no están concluidos. Para llegar a los túneles, un joven que presuntamente trabaja como halcón para el cártel del Pacífico da indicaciones a los enviados a fin de que no se pierdan en el laberinto de brechas. También toma nota de los vehículos y de los pasajeros. En este punto del recorrido está El Coscomate, donde los ejidatarios ofrecen cabañas ecoturísticas en renta. En una de ellas viven los encargados de la obra de la compañía Omega; los trabajadores se alojan en campamentos. Los constructores de la autopista se hallan frecuentemente con miembros de los grupos criminales. Uno de los trabajadores cuenta: “Diario nos topamos con ellos; mantienen una vigilancia constante. En una ocasión nos detuvieron varios hombres que viajaban en camionetas y portaban armas largas. Nos pidieron identificación y credencial del trabajo para dejarnos pasar. Ahora ya lo conocen a uno y nomás nos dicen adiós. No molestan”. Afirma que en ocasiones piden que les regalen despensas o que les presten mangueras para que los lugareños rieguen sus sembradíos de mariguana y amapola. Desde el lugar en que se encuentran regresan a dormir a la ciudad de Durango. Al día siguiente pueden ordenarles que se trasladen a puntos más distantes, como Chavarría Viejo. En este sitio, la obra está a cargo de las empresas españolas Aldesa y Proacom. La primera se hace cargo de puentes y terracerías, la segunda se especializa en túneles.   Inseguridad   Chavarría Viejo es un pueblito aislado, con un solo acceso; pero en las azoteas de casi todas las casas pueden verse antenas de televisión vía satélite. Aquí hay trituradoras de cemento de Cemex y Apasco y tiraderos y bancos de material. También está el campamento de los trabajadores de Aldesa y Proacom. Estas compañías son las que mejor trato y seguridad brindan a sus empleados. El año pasado, antes de ser expulsados de la zona, unos zetas asaltaron el campamento de Aldesa y se llevaron varias camionetas, cuentan los trabajadores, quienes pararon las obras y exigieron que se les brindara seguridad. Ahora, aseguran, Los Amigos –como son conocidos los integrantes del grupo de Sinaloa– ocasionalmente les piden de 5 mil a 10 mil pesos a las constructoras, además de cerveza y combustible. De vez en vez ponen retenes, piden “prestados” los vehículos y los regresan tres o cuatro días después. –¿Qué uso les dan? –se le pregunta a uno de los ingenieros. –No sé. Quizá para una mudanza –responde irónico. Los constructores dicen que ahora las cosas son diferentes pues Los Amigos les proporcionan seguridad: “Nos saludan y nos dicen ‘oiga jefe, si alguien lo molesta, nos avisa’”, comenta el encargado de abrir las terracerías. Luego de un recorrido de hora y media se llega al puente El Botijas, donde la reportera y el fotógrafo pudieron ver tres sembradíos de mariguana con matas de hasta un metro. Rumbo al puente Los Magueyales, los enviados de Proceso se topan con otro plantío de mariguana al cuidado de dos hombres. Es peligroso continuar y se toma el camino de vuelta a Chavarría. Con frecuencia, aseguran, los trabajadores se encuentran esos cultivos. Sin embargo, la construcción de la autopista ha obligado a mover los sembradíos para ponerlos fuera de la vista de “extraños”. Pese a todo, cuando se transita por las brechas, en las laderas de los cerros sobresalen plantas de mariguana mezcladas entre la vegetación. Aldesa tiene a su cargo la construcción de los puentes Pueblo Nuevo (ya acabado), Leoneras, Verde y Magueyal (al 95%). Se trabaja en el Paso de Piedra, Cantil y Botijas. Por su parte, Proacom perfora los túneles Leoneras II, Alacranes, Chavarría Nuevo III, Chavarría, Magueyal, Pino Gordo, Fresnos, Piedra Colorada, Tortuga, Frijolar y Picachos. Los empleados de estas empresas son accesibles pues aseguran que no tienen nada que esconder. Permiten que la reportera y el fotógrafo recorran los amplios comedores que tienen dispuestos para sus empleados, con abundante bufet y varios platillos a la carta. Tienen habitaciones limpias, con aire acondicionado y calefacción, y servicio de lavandería.   Favoritismo   A pesar de que los trabajos de la autopista son considerados de alto riesgo, asegura una fuente que pidió el anonimato, en más de un año, la Secretaría del Trabajo y el Instituto Mexicano del Seguro Social no han realizado ninguna supervisión o auditoría. Aunque los encargados de las constructoras Omega y Tradeco negaron a este semanario el acceso a sus obras, la reportera pudo recorrer las áreas donde trabajan. Para llegar a El Baluarte fue necesario hacer un recorrido de dos horas y media desde Chavarría. La edificación de este puente está a cargo de Tradeco, que en noviembre de 2006 ganó la licitación. Aunque Ingenieros Civiles Asociados se inconformó con el fallo, la delegación Durango de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes ratificó la decisión. Tradeco pertenece a Federico Martínez, exfuncionario de Pemex, quien desde la paraestatal enriqueció a su empresa en la época en que Felipe Calderón era secretario de Energía. Este personaje ha sido el más beneficiado con la asignación de obra de infraestructura en este gobierno (Proceso 1786). El Baluarte pasa sobre el río del mismo nombre y está en los límites entre Durango y Sinaloa. El puente, de mil 124 metros, tiene cuatro carriles suspendidos a una altura de 390 metros. Inicialmente su costo se estimó en mil 280 millones de pesos y quedaría concluido en 2010. En la actualidad, este monto se disparó a 2 mil 35 millones de pesos, cifra que casi iguala el presupuesto anual de Durango. A diferencia de otros puentes de la supercarretera, en El Baluarte es necesario estar sobre su estructura para ver a los trabajadores. A lo lejos parece una obra abandonada. Sin embargo, una vez en él es posible ver hombres vestidos con overoles anaranjados que bajan y suben por los elevadores, inmersos en una actividad febril. De la parte correspondiente a Durango pende una estructura horizontal de dos carriles que en su punto medio se encontrará con otra igual proveniente de Sinaloa. En ambos lados del puente, sobre lo que será la carretera, hay comedores, albergues y letrinas. Los responsables de la obra piden a la reportera que muestre una autorización de la SCT para estar en ese sitio. No cuenta con ella porque el delegado de la dependencia en Durango se negó a recibirla cuando le solicitó una entrevista. Proceso pidió a la oficina central de la Secretaría que explicara el motivo de la cerrazón. En respuesta, la dependencia prometió que enviaría información documental. No cumplió. Finalmente el encargado de Tradeco permitió que la reportera subiera al puente, pero le advirtió que no debía hacer entrevistas. No obstante, uno de los obreros comentó que a él y a muchos de sus compañeros les daba temor trabajar a grandes alturas. También mencionó que el año pasado murió uno de ellos. Para llegar al tramo de 73 kilómetros que corresponde a Sinaloa hay que bajar al río El Baluarte para subir de nuevo y llegar al otro extremo del puente. A partir de este punto, el traslado de personal se realiza en camiones. Se pasa por varios túneles, entre ellos El Carrizo, La Quemada II, Laguna II y III. En este estado se construye El Sinaloense, el más largo de todos los puentes de esta vía, de casi 3 kilómetros de longitud.   Beneficio para los cárteles   En Sinaloa basta un día para recorrer la obra negra de la autopista. Desde una brecha se puede apreciar la mayoría de los túneles y puentes. En el kilómetro 212 está el puente La Cascada donde, a las 21:30 horas del lunes 5, fallecieron dos trabajadores y ocho más quedaron heridos. Empleados de Tradeco informaron que los empleados colaban los 2.5 metros cúbicos de concreto de la parte media que faltaban para unir los dos extremos del puente; la estructura metálica sobre la que estaban no soportó el peso y se derrumbó. Esta empresa y Omega son las que más accidentes mortales y heridos han tenido durante la construcción de la carretera. La autopista llega al municipio de Concordia. Al circular por la carretera libre en el poblado Santa Lucía hay otro puente panorámico. En una población llamada El Candil, un túnel pasa por debajo de la carretera libre. A partir de Las Mesillas comienza el tramo abierto de la autopista Durango-Mazatlán y en 20 minutos se llega al puerto. La supercarretera permitirá reducir de seis a dos horas y media el recorrido entre ambas ciudades. La autopista será la ruta más corta y más eficiente para el tránsito de mercancías entre el Pacífico y el Atlántico y formará parte del gran corredor económico interoceánico que conectará los mercados de Asia, desde Mazatlán, con los de la zona del TLC a través de la frontera de Estados Unidos y el puerto de Altamira, Tamaulipas. Esta macrorregión representa un mercado de 20 millones de personas, concentra más de 60% del flujo de comercio de América del Norte y genera más de 22% del PIB nacional. Pero con la autopista Durango-Mazatlán se concreta un corredor interoceánico que también podría beneficiar a los cárteles de la droga. “No podemos negar que será en beneficio de la delincuencia organizada; finalmente son una empresa, ellos están en todo”, afirma Pablo Rivas, representante en Durango de la Cámara Mexicana de la Industria y la Construcción. “Calderón deberá implementar un programa de seguridad especial para evitar que esos grupos tomen el control de la autopista”, acepta el secretario de Finanzas de Durango, Carlos Emilio Contreras Galindo.

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