Dime con cuántos te acuestas y te diré quién eres

martes, 18 de octubre de 2011 · 13:58
MÉXICO, D.F. (apro).- La comedia estelarizada por Anna Farris y Chris Evans es una obra inusual en cuanto a temática se refiere: por un lado, parece apoyar a las mujeres de “cascos ligeros”, como dirían las abuelitas, y por otro, muestra una cara un poco conservadora. Si tuviéramos que aterrizar el título de Contando a mis ex (What´s your number, EU-2011) con un slogan, a manera de ejercicio publicitario, diríamos que éste sería: “Las mujeres fáciles también pueden conseguir marido”. Contando a mis ex cuenta la historia de Ally Darling (Anna Faris), una güera medio boba que intenta hacer con su vida lo que su madre espera de ella. Al parecer, todo le ha funcionado, excepto que no ha encontrado al hombre ideal. De hecho, los estándares de la sociedad, según lo que dice una revista femenina, la colocan como una chica que está a punto de rayar en la promiscuidad. Y es que se ha acostado con 19 hombres, cuando el promedio es de 10.5. Es importante saber que esto ocurre en la víspera de la boda de su hermana menor, y que la madre de Ally es bastante conservadora. Preocupada por no acostarse con el veinteavo, lo cual, según la revista, implica que no encontrará marido, comienza a buscar a sus exnovios con la idea de que quizá algunos de ellos era el indicado y ella lo dejó ir. Y si se llega a acostar con uno de ellos, pues qué importa, total, ya no contará como uno más en la lista. Ally realizará la tarea anterior apoyada por su vecino, un músico guapo y mujeriego llamado Colin Shea (Chris Evans), que de manera inesperada, bueno, para los protagonistas, comienza a conectar con Ally. Contando a mis ex no cae en la fórmula de “la pareja dispareja”, aunque contiene algo de esa esencia, pero sin tanto conflicto; de hecho, el conflicto principal es interno, y al parecer sólo es de Ally, lo que genera un problema: al no haber conflicto en la pareja, la película se vuelve aburrida, pues todo recae en situaciones sosas en donde Ally se topa con pared. La cinta posee un par de momentos divertidos, cargados de humor ácido, pero no son suficientes para mantener el interés del espectador. Por otro lado, tampoco se explota el conflicto interno de Ally y su relación familiar, todo problema se trata por encimita. Faris y Evans no hacen tan mal trabajo, pero con un guión deficiente, poco importa.

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