MÉXICO, D.F. (apro).- El presidente del Grupo Financiero Banorte, Guillermo Ortiz, se pronunció hoy por un Impuesto al Valor Agregado (IVA) generalizado como una medida para que el país deje de depender de los ingresos petroleros. Durante su participación en la novena edición de la Cumbre de Negocios, realizada en Querétaro, Querétaro, Ortiz señaló que México necesita “un IVA generalizado, relativamente alto; simplificar enormemente el tema de pago de impuestos; aumentar la base fiscal, flexibilidad en la parte laboral y desregulación”. El exgobernador del Banco de México (Banxico) agregó que “todo esto nos daría unos tres o cuatro puntos del Producto Interno Bruto (PIB), una buena reforma que nos permita despegarnos de Pemex”. “Hay que destetar al sistema fiscal de la operación de Pemex”, sugirió Guillermo Ortiz, quien recordó que el energético tiene sólo 10% de valor agregado, representa el 15% de las exportaciones y el 35% de los ingresos del país. Por otra parte, el banquero reconoció que el acceso a los servicios financieros en el país es deficiente. “El sistema financiero mexicano está bien y es sano en lo general, pero esto debe traducirse en más y mejor crédito. Por ejemplo, dijo, en Chile el 90% de las empresas tienen acceso a crédito, mientras que en México sólo lo tiene el 20%”, precisó Ortiz. El exgobernador de Banxico argumentó que en los últimos 10 años se ha querido desaparecer a la Banca de Desarrollo; además, la banca privada no ha hecho su trabajo y se refleja en la baja penetración de los servicios financieros. Ortiz insistió en la aprobación de las reformas estructurales que permitan abatir el rezago en el crecimiento del país. “México tiene un rezago respecto al resto del mundo, pues mientras el PIB per cápita del país presentó un crecimiento de 2% en los últimos 50 años, en las naciones asiáticas se reportó una tasa de 7% e incluso en el conjunto de los países de Europa que hoy tienen problemas tuvo un alza de 3%”, dijo. No obstante, el director de Banorte, reconoció que el país sale bien calificado en la mayoría de los informes internacionales en materia macroeconómica, pero mal en cuanto a instituciones.