Operación acarreo: ofrece Peña Nieto en Monterrey combate a inseguridad

domingo, 15 de enero de 2012 · 14:39
MONTERREY, N.L. (apro).- Miles de priistas de Nuevo León fueron acarreados esta mañana para participar en la concentración de precampaña de Enrique Peña Nieto quien, en su discurso, se comprometió a ofrecer resultados inmediatos en el combate a la inseguridad. Ante unas 7 mil personas reunidas en el Centro Internacional de Negocios (Cintermex), y con la presencia de la plana mayor del priismo nacional y estatal, el mexiquense estuvo acompañado de Rodrigo Medina, gobernador de la entidad, y su esposa Angélica Rivera. El evento, que inició a las 11:45 horas y que duró apenas una hora, fue empleado para que Peña Nieto le tomara protesta a la estructura territorial del PRI en la entidad. Al tomar la palabra, el priista dijo que represará como candidato formal a firmar los compromisos que haga ante los mexicanos. “Estoy recogiendo sus inquietudes y regresaré en campaña a partir del 30 de marzo para firmar los compromisos que aquí vamos captando y reafirmarlos el día de mañana, comprometiéndome, siendo gobierno”, dijo. Afirmó que el combate al crimen organizado es una tarea general y únicamente a un partido político, en referencia a la tarea que le corresponde al país hacer en caso de que él acceda a la Presidencia de la República. “El PRI va a hacer del combate a la inseguridad una tarea prioritaria y un  compromiso donde se verán resultados de una manera pronta y eficaz para los mexicanos”, dijo ante los aplausos de los presentes, que no consiguieron entusiasmarse durante el breve encuentro. La visita de Peña Nieto a Nuevo León estuvo marcada por el acarreo pero también por el desorden. Los organizadores dispusieron cinco accesos con tres arcos detectores de metales cada uno, pero mientras en algunas entradas las personas se apelotonaban en espera de ser revisadas, en otras los guardias permitían que los tumultos ingresaran sin revisión para agilizar el acomodo en el interior. Al finalizar a las 12:45, el candidato se fue como llegó, caminando por entre la multitud, pisando sillas para ubicarse por encima de todos y resguardado por una nube de escoltas. En el exterior, los acarreados rápidamente subieron a alguno de los autobuses en los que llegaron.

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