Arte: Las "Raíces" de Rivelino

lunes, 20 de febrero de 2012 · 21:19
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Audaz en la concepción, eficaz en la gestión y lamentable en la resolución formal, la intervención urbana Raíces del artista Rivelino que se exhibe en el Distrito Federal se ha convertido en una excelente metáfora de la carencia de rigor y sumisión ante el capital que caracteriza a la gestión gubernamental –tanto local como federal– del arte contemporáneo en México. Creador, en sus inicios, de esculturas y relieves en papel y cerámica que manifestaban una clara influencia de las estéticas oaxaqueñas y la iconografía del afamado pintor Francisco Toledo, José Rivelino Moreno del Valle (Jalisco, 1973) desarrolló, a partir del 2000, una propuesta de bidimensiones intervenidas con estructuras geométricas, grafías y figuras tridimensionales relacionadas con vocabularios ancestrales. Emparentado en su figuración con las esculturas mesopotámicas, Rivelino generó una poética basada en contrastes matéricos: cerámica y metal, superficies lisas y rugosas, incisiones y aplicaciones de figuras semiabstractas. Notoriamente exitoso en cuestión de ventas, el artista se posicionó en un segmento de mercado indiferente a las preferencias museísticas. Ajeno al grupo de creadores subvencionados con becas del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) o promovidos por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), el escultor itineró internacionalmente a partir del 2009 con una exposición de arte público monumental que, bajo el título de Nuestros silencios fue apoyada por la Secretaría de Relaciones Exteriores. Presente en Lisboa, Madrid, Bruselas, Postdam, Roma, Londres, Rotterdam, Moscú, San Petersburgo y la Ciudad de México, las enormes y numerosas esculturas no sólo fortalecieron la cotización de su firma, también demostraron que un artista se puede legitimar políticamente al margen del Fonca y el INBA. Invitado, propuesto o aceptado por la misma secretaría para participar, con una breve ponencia, en el Foro Económico de Davos, el protagonismo de Rivelino es ambivalente. Apoyado por el Gobierno del D. F., a través de la Secretaría de Cultura que dirige Elena Cepeda, el artista expone hasta el próximo 29 de febrero su polémico proyecto Raíces. Certera en su construcción conceptual, Raíces es una propuesta fallida debido a la impertinencia de la resolución formal. Significada como el testimonio de una raíz social que recorre la historia manifestando sus cambios, laceraciones y adaptaciones, la propuesta se debilita debido a su exagerada expansión y mediocre resolución. Realizada con una longitud de mil 200 metros que, en fragmentos, se arrastra alrededor de los vestigios prehispánicos de Tlatelolco y la Plaza de las Tres Culturas, invade la fachada del exconvento de Corpus Christi y se trepa por edificios emblemáticos como el que ocupa El Centro Cultural Tlatelolco y el Museo Nacional de Arte, entre otros, la gigantesca raíz lo que delata y representa es la profunda mediocridad que existe en la gestión gubernamental de la cultura. Cortesanos del gran capital, los funcionarios aceptan proyectos prefinanciados sin evaluar la calidad de sus propuestas visuales. Convenientes para los artistas y coleccionistas que lo patrocinan debido al incremento de la cotización de la firma, estos eventos son una consecuencia de la excesiva homogeneidad, exclusión y endogamia que caracteriza al sistema artístico institucional. Abiertos a la promoción de otros nombres pero, a la vez, seguidores de la repetitividad autoral que identifica al INBA, el gobierno de Felipe Calderón incrementa los espacios culturales manteniendo los vicios del sistema: en noviembre de 2011, la Secretaría de Economía inauguró su galería de arte con una muestra de Rivelino que todavía está en cartelera.

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