Economía mundial aún enfrenta riesgo de una recaída: G-20

MÉXICO, D.F. (apro).-  La economía mundial, en particular la de la zona euro, si bien muestra “cierto grado de estabilización”, aún enfrenta riesgos de una recaída y, lo peor, “todavía no sale de la zona de peligro”. Ese saldo de optimismo mesurado fue el que arrojó la primera reunión de ministros de finanzas y gobernadores centrales de los países integrantes –y varios invitados–  del G-20, bajo la presidencia de México, que se celebró aquí el sábado y el domingo. Acompañados de los responsables de los principales organismos financieros multilaterales –FMI, Banco Mundial, OCDE– las autoridades económicas de esos países, que concentran más del 80% del Producto Interno Bruto mundial, coincidieron en que la tenue recuperación económica que se ha venido registrando en el mundo, no se descarriló gracias a las políticas  tomadas por el Banco Central Europeo en diciembre y en la cumbre europea de enero, junto con los programas de apoyo que se ofrecieron a los países con los problemas financieros más graves, como Grecia, Italia y España. Fueron Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, y Timothy Geithner, secretario del Tesoro de Estados Unidos, los que, en sendas conferencias de prensa, se encargaron de relatar lo acontecido en la encerrona que se dieron los encargados de las políticas fiscal y monetaria de los países con las economías más grandes del planeta. Y fue así, porque los anfitriones mexicanos –José Antonio Meade y Agustín Carstens, secretario de Hacienda y gobernador del Banco de México, respectivamente, de los que se esperaba una relatoría detallada, con información precisa, sobre las discusiones y acuerdos de aquellos, no hicieron más que un recuento en extremo soso de lo que allá pasó, tanto que más de uno del centenar de periodistas, nacionales y extranjeros, allí congregados, expresaron su molestia ante la nula información ofrecida por los mexicanos. La dirigente del FMI relató algunos de los planteamientos, opiniones y coincidencias expresadas por ministros y banqueros centrales. “Primero. El sector financiero sigue frágil, endeble. En la zona del euro, el Banco Central Europeo sigue apuntalando a muchas instituciones financieras para que puedan tener liquidez. “La segunda fragilidad identificada, es un alto nivel de endeudamiento tanto público como privado en la mayoría de las economías avanzadas de la eurozona. “Y un tercer componente, que se ha agudizado recientemente, son los precios de hidrocarburos, del petróleo, que es una gran amenaza para el crecimiento en todos los países y no solamente en las economías industrializados. “Como resultado de lo anterior –resumió Lagarde–, el crecimiento sigue siendo débil,  moderado en algunos mercados emergentes, mientras el nivel de desempleo sigue siendo excesivamente alto en algunas economías, principalmente en las más industrializadas.” Según Lagarde, el papel del FMI fue debatido ampliamente en la reunión ministerial. “Recibimos un mensaje claro y contundente de que nuestra función de supervisión multilateral tiene que ser reforzada. Esto lo reconocieron los miembros del G20 como parte de esta cooperación mutua.” Hubo en el encuentro, dijo, “una solicitud de que el FMI mejore su  análisis de los efectos de las medidas tomadas recientemente para contener la crisis europea, así como mejorar sus facultades de supervisión, para controlar más de cerca el desempeño y las medidas que vayan tomando los países apoyados. Otro gran resultado del encuentro, dijo, fue la coincidencia de que el FMI debe contar pronto con más recursos, para que pueda desembolsarlos de manera expedita. Dijo la francesa: “Sugerimos un incremento de 500 mil millones de dólares”, y “estamos muy alentados por la reafirmación que se escuchó para que se cumpla el propósito”. Pero aclaró no tener “una fijación” (obsesión) con los 500 mil millones de dólares. “Obviamente la cifra es resultado de un análisis de la crisis de la economía mundial en las últimas semanas. Hay que ser flexibles, si las cosas empeoran, la cantidad puede ser mayor, y si mejoran es menos. Pero pensamos que los  500 mil millones es un rango adecuado para lograr el cometido, que resultó de un análisis concienzudo y pormenorizado.” Expresó que “ninguno de los países del G-20 dijo que esto no fuera idóneo, apropiado y necesario”. Por el contrario, coincidieron los ministros, habría que seguir con el ímpetu que se cuenta en este momento para lograrlo. Pero también, señaló Lagarde, prevaleció la idea de que dotar de mayores recursos al Fondo debe seguir cierta secuencia. “No hay oposición de dotar al FMI de recursos necesarios, pero igualmente,  la necesidad de trabajar en secuencia, por pasos. Informó Lagarde que en abril, tanto en una nueva reunión ministerial del G-20, como en la reunión de primavera del FMI y el Banco Mundial, se volverá a abordar el tema de los recursos del Fondo. Un mes antes, empero, se tomarán decisiones y compromisos concretos luego de que se analice el desempeño de las economías de los países europeos socorridos recientemente. A diferencia de los mexicanos Meade y Carstens, que contaron con una mesa, sentados hicieron sus comentarios y contaron un equipo de prensa para conducir la conferencia, Lagarde se paró sola frente al atril y ella misma dirigió el encuentro con los periodistas; decidía a quién darle la palabra y pedía al de la voz que se identificara con nombre, medio y país. Igual pasó con el secretario Geithner, del Tesoro norteamericano, quien –como Lagarde– informó más que los mexicanos. Dijo que los ministros y banqueros centrales coincidieron en que las medidas que se han estado tomando y las que se tomarán para darle estabilidad a la economía mundial, deberán tener como fin último el crecimiento económico. Es decir, que se debe ir más allá de las medidas de austeridad, de saneamiento de las finanzas públicas, y apostar al crecimiento y la generación de empleos. En la reunión, agregó, se revisaron los esfuerzos para reforzar los sistemas financieros. “Hemos hecho grandes avances en las convergencias en cuanto a estrategias de supervisión en el mercado de derivados. Ha habido un proceso de consulta entre la Reserva Federal con otras entidades sobre cómo reaccionar a las crisis financieras o a bancarrotas de instituciones financieras importantes”. En relación a su país, Geithner dijo que “este es un año importante para Estados Unidos. Esperamos establecer las bases con nuestras reformas financieras…Estados Unidos ha ido creciendo 2.5%, hemos tenido contratiempos, pero avanzamos con exportaciones e inversión privada, nuestra productividad se ha visto incrementada, el déficit fiscal se ha reducido; aunque el mercado de la construcción, sobre todo la de vivienda, está debilitado todavía.” “Nosotros hemos aprendido de las crisis financieras anteriores, la urgencia de tomar medidas pertinentes para tener credibilidad.” Por la parte mexicana, el secretario Meade hizo gala de la típica actitud de los funcionarios mexicanos, de hablar mucho y no decir nada: “Con estas reuniones de trabajo se han consolidado compromisos concretos y se ha establecido el marco de acción para los siguientes meses”. Nunca dijo cuáles eran esos “compromisos concretos” ni detalló el “marco de acción. En el bostezo, los periodistas le escucharon a Meade leer que “durante las reuniones de ministros y gobernadores las discusiones se centraron en: analizar la situación económica actual; reflexionar sobre la necesidad de establecer compromisos adicionales que permitan un crecimiento fuerte y sostenible; tomar los pasos necesarios para salvaguardar al sistema financiero global y evitar escenarios adversos; analizar el progreso de las reformas en el sector financiero, incluyendo una agenda ambiciosa de  inclusión financiera, y revisar el Plan de Trabajo en materia de Energía y el mercado de productos básicos. Cero información, pues.

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