El Papa Benedicto XVI viene a México por todo

sábado, 10 de marzo de 2012 · 19:21
Benedicto XVI viene al país en año electoral, no obstante el escenario de violencia descontrolada, porque viene por todo: las reformas que le garanticen a la lglesia católica poder y capacidad de acción absolutos. No es coincidencia, por tanto, que la visita ocurra cuando el Senado se apresta a revisar las reformas al artículo 24 de la Constitución en materia de libertad religiosa. En entrevista exclusiva con Proceso, el nuncio apostólico en México, Christophe Pierre, confirma la intencionalidad política de la visita al respaldar las exigencias del clero mexicano para que se eliminen las restricciones constitucionales que le impiden impartir educación, intervenir en política y poseer medios de comunicación Ante la próxima visita del Papa Benedicto XVI, su nuncio apostólico en México, Christophe Pierre, confirma que uno de los temas prioritarios en la agenda papal es conseguir “libertad religiosa” plena en el país, lo cual implica cambios constitucionales que garanticen la instrucción religiosa en las escuelas públicas y la posesión de medios de comunicación masiva por la jerarquía eclesiástica, entre otros puntos. La confirmación que hace el nuncio –el quinto en los 15 años de historia de las relaciones diplomáticas entre México y El Vaticano– desmiente las declaraciones del gobierno de Felipe Calderón en el sentido de que la visita papal no tendrá tintes políticos, pues establece claramente la posibilidad de incidir como nunca antes en la naturaleza misma del Estado mexicano, laico por definición constitucional. Christophe Pierre dice estar “muy consciente de la historia de México”, marcada por “luchas y confrontaciones” entre la Iglesia y el Estado, pero señala que “no podemos ser prisioneros de la historia” sino construir una verdadera sociedad democrática. Y recomienda: “No debería partirse del miedo de que el clero o la Iglesia ‘tomen el poder’ o ejerzan poder político. En la actualidad esto, en mi opinión, nace más del prejuicio que de una amenaza real”, pues aclara que la jerarquía no pretende “obtener privilegios” con los cambios legislativos. Enfatiza: “La libertad religiosa es un derecho de todos los ciudadanos, sin excepción, y no una concesión otorgada por el Estado”. Tal derecho –prosigue– es reconocido por varios tratados internacionales, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de 1948. De cualquier forma, agrega que en México hace falta “una tarea de orden cultural” para alcanzar la libertad religiosa. Por lo anterior, dice, la misión que le confió Benedicto XVI es el “diálogo, con paciencia y sin cansancio, para disminuir los prejuicios y favorecer la mutua comprensión”. Sobre el encuentro que el Papa sostendrá con el presidente Calderón en la ciudad de Guanajuato el 24 de marzo, el diplomático considera que ambos sabrán aprovecharlo “para abordar temas importantes y de verdadero interés para el país y para la Iglesia”. (Extracto del reportaje que se publica esta semana en la revista Proceso 1845, ya en circulación)

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