Josefina y la sabiduría del rey Salomón para gobernar

viernes, 30 de marzo de 2012 · 17:46
MÉXICO, D.F. (apro).- De las luces de colores, confeti, cohetones y música al arranque de su campaña presidencial, una parafernalia parecida a la que creó para el reality Big Brother el productor Pedro Torres –justo uno de sus publicistas–, Josefina Vázquez Mota pasó a la austeridad de la vivienda en la que nació, hace 51 años, en la populosa colonia 20 de Noviembre, muy cerca de la excárcel de Lecumberri. “Aquí comenzó la historia”, dijo la candidata al reportero cuando llegaba, pasaditas de las 8 de la mañana, a esa casa de un solo nivel pintada de verde limón, donde sus propietarios e inquilinos le ofrecieron un desayuno y le obsequiaron la Biblia para que como a Salomón, rey de Israel, le sea dada sabiduría para gobernar. En ese regreso a sus orígenes, la candidata del Partido Acción Nacional (PAN) asistió a la escuela “Mi patria es primero”, en la colonia Petrolera, donde estudió la primaria y donde un hombre, identificado como Francisco Hernández, irrumpió en el salón donde ella dialogaba con niños del segundo B. “¡La UNAM no es un monstruo!”, le gritó el individuo, supuestamente egresado de la carrera de Derecho, quien levantó una cartulina con la frase que le gritó a la candidata y un agregado que aludía a Felipe Calderón: “El monstruo es Fecal”. Personal de logística de Vázquez Mota y elementos del Estado Mayor Presidencial (EMP) se arrojaron sobre el manifestante, censurado también por algunos padres de familia. “¡Déjenlo, déjenlo! ¡Por supuesto que la UNAM no es un monstruo!”, coincidió la candidata cuando Hernández era conducido, a empellones, hacia la salida del plantel, donde se encontraban otros cuatro manifestantes. Dos de ellos portaban, también, cartulinas. Una decía: “Doce años en el poder, doce años de no poder”, y la otra: “Cincuenta y dos millones de pobres, 60 mil muertos y el PAN quiere seguir en el poder”. El incidente con el manifestante inquietó al personal de seguridad, pero también a la candidata que, en su mensaje ante los niños y los padres de familia, se refirió a la UNAM, a la que, efectivamente, tildó de “monstruo” en su tesis para titularse de economista. Egresada ella misma de instituciones de educación públicas, hasta el nivel medio superior, la panista expresó su “respeto y mi profundo reconocimiento” al Instituto Politécnico Nacional (IPN) y a la UNAM que, dijo, “nos han permitido no sólo aprender mejor, sino nos han permitido la paz social y la gobernabilidad”. Y añadió: “Como secretaria de Educación Pública acudí en varias ocasiones a la UNAM, fortalecimos su presupuesto y aprecio enormemente la tarea que los rectores con quienes compartí: Juan Ramón de la Fuente y el doctor Narro, por quienes tengo un profundo respeto y aprecio. Y por si fuera poco dentro de mi partido, quien fundó nuestro partido, Gómez Morín, fue rector de de la máxima casa de estudios.” El propósito de despejar dudas sobre lo que piensa hoy de la UNAM ha causado impacto en el panismo. Ahí mismo, mientras Vázquez Mota dirigía un mensaje a los niños, una mujer, militante del PAN, le decía a un asesor de la candidata que esto sí ha afectado su labor de proselitismo: “Cuando invito a la gente al PAN, lo primero que me dicen es: ‘Mira lo que dice tu candidata de la UNAM. Así no’. ¿Y qué les digo?”. Mientras tanto, Vázquez Mota emite su mensaje que, según sus allegados, sería contundente contra Elba Esther Gordillo, la cacique del magisterio, pero se queda en la ambigüedad. “Ha llegado el momento de una educación diferente”, dice y parece perfilar una definición atrevida. “Necesitamos menos política y más calidad en la educación. No podemos seguir igual”, toma vuelo. “Es importante que se transparenten las aportaciones federales a todas las organizaciones de maestros, es importante que se impulse la creación de un padrón de maestros, una lista con nombres y apellidos accesible a través de Internet con información sobre el número de profesores en activo y en comisiones especiales. Y es muy importante también institucionalizar la relación entre la SEP y el sindicato a los ámbitos de competencia y atribuciones de la representación de los trabajadores.” Nada más. El resto es un mensaje motivacional para los niños, que desde ayer salieron de vacaciones, pero la visita de la candidata los regresó por un rato. Hasta ensayaron porras de animadores panistas. “Los sueños se hacen realidad”, le dice a los niños y a los padres de familia reunidos en ese plantel, y luego, después de ofrecer aumentar una hora más a las escuelas de tiempo completo –que ahora van de las 8 a los 16 horas–, hace una pregunta a la comunidad. –¿Les gustaría estar más horas en la escuela? –¡Nooooo!” –responde el chiquillerío al unísono. Se va contenta Vázquez Mota de su escuela primaria, a la que entró a los cinco años de edad, recién llegada a esa colonia de la delegación Azcapotzalco y ocuparon una vivienda a tres cuadras de ahí, en la calle Lago Azul, donde haría su primer acto de campaña. Eso informó su equipo, la noche del martes, pero ayer por la noche ella misma dijo que su primer acto sería en la casa donde nació, en la colonia 20 de Noviembre, en la delegación Venustiano Carranza, y atribuyó la confusión a que la calle de ésta “también se llama Petrolera”. Pero no: La casa donde dice Vázquez Mota que nació, el 20 de enero de 1961, está en la esquina de las calles Choferes y Tipógrafos, a dos cuadras de la avenida Eduardo Molina, que habita la familia Hernández desde 1967, poco después de que los padres de la candidata la deshabitaron. “Ellos eran inquilinos”, asegura el señor Hernández, dueño de la casa y quien ofreció el desayuno a Vázquez Mota y su esposo, Sergio Ocampo: Café soluble, jugo, huevo con jamón, chilaquiles y pan dulce. Vázquez Mota departió con la familia durante más de una hora, mientras que algunos vecinos, atraídos por el tumulto de vehículos y periodistas, se aproximaban curiosos. “¡Ahora resulta que esa señora aquí nació! ¡Quién se la cree!”, dijo uno de ellos, mientras otros, incluidos los más viejos, admitían no recordar a la familia después de casi medio siglo de haber vivido ahí por breve lapso. Como muestra de gratitud por la acogida, Vázquez Mota obsequió a la familia tres ejemplares de su libro Nuestra oportunidad y recibió, en reciprocidad, un ejemplar de la Biblia. El anfitrión le dijo que “si es voluntad de Dios que sea usted presidenta va a tener mucha carga sobre sus hombros”, y le leyó enseguida un pasaje de Salomón, en el que Dios le ofrece concederle todo lo que pida y él, rey de su pueblo, sólo le solicita sabiduría y conocimiento. “Ahora, oh Jehová Dios, sea confirmada tu palabra dada a mi padre David, porque tú me has constituido rey sobre un pueblo tan numeroso como el polvo de la tierra. Ahora pues, dame sabiduría y conocimiento, para que yo pueda salir y entrar delante de este pueblo. Porque, ¿quién podrá gobernar a este tu pueblo tan grande?” Unas horas antes, apenas en los primeros minutos de este 30 de marzo de 2012, la candidata presidencial del PAN encabezó su arranque con el boato que acostumbran los panistas y con un tibio discurso, aunque con énfasis en el priismo que encabeza el candidato Peña Nieto. “No volveremos a ser súbditos del autoritarismo”. –¡Muera Peña Nieto, muera Peña Nieto! –gritaron varios jóvenes. –¿Por qué muera? –le preguntó el reportero a uno de ellos. –No, gritamos “fuera Peña Nieto” –se escabulló Pablo Sánchez, excandidato al PAN juvenil. Luego de que inauguró el “Pinabús”, con el que hará los recorridos de su campaña, Vázquez Mota desveló un espectacular multimedia frente a la sede nacional del PAN. “Josefina diferente”, es el lema junto a una foto de la candidata. Y sí, es diferente: Vázquez Mota viste un saco de color rojo, característico de los priistas...

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