Calderón perdió a Mario Arturo Acosta Chaparro, su narconegociador

sábado, 21 de abril de 2012 · 19:58
Conocedor de los secretos más oscuros de los aparatos de Estado priistas y panistas e insistentemente señalado como colaborador del crimen organizado, el general en retiro Mario Arturo Acosta Chaparro fue ejecutado la tarde del viernes 20, en pleno fragor de las campañas presidenciales. Prácticamente toda su vida estuvo al servicio de un sistema que, ya fuera en su constitución priista o panista, necesitó siempre de sus habilidades sórdidas. Muchas facturas debía; se las cobraron… El gobierno de Felipe Calderón ha perdido a su narconegociador predilecto… “Héroe” para el Ejército, asesino y torturador para sus víctimas, el general brigadier retirado Mario Arturo Acosta Chaparro Escápite, de 70 años, fue ejecutado el viernes 20 en la populosa colonia Anáhuac de la Ciudad de México mientras servía al gobierno de Felipe Calderón bajo la cobertura de consultor de seguridad. “Estaba trabajando”, investigando varios asuntos por encargo de su amigo el secretario de la Defensa Nacional, general Guillermo Galván Galván, quien lo mantenía como operador para asuntos de narcotráfico, grupos subversivos y “casos especiales de seguridad”, dijeron a Proceso fuentes cercanas al militar asesinado. Se había reincorporado a ese trabajo a finales de 2010 después de que fue objeto de un atentado el 18 de mayo de ese año cuando empezaba a investigar la desaparición de Diego Fernández de Cevallos, secuestrado poco antes. Luego de medio año de convalecencia y depresión por lo que consideró un abandono del gobierno de Calderón, el militar se reincorporó a su empresa de seguridad y a sus actividades de “asesoría” al secretario de la Defensa. Asociado con uno de los hijos del general Jesús Gutiérrez Rebollo –quien fue procesado por su presunta protección al Cártel de Juárez, cargo por el cual el propio Acosta Chaparro también fue encausado judicialmente–, el corpulento general en retiro, originario de Chihuahua, murió la tarde del viernes 20 cuando era trasladado al hospital de la Cruz Roja de Polanco. Fue emblema de la Guerra Sucia en México, como uno de los jefes de la temida Brigada Blanca, la organización paramilitar que operó en los años setenta y ochenta del siglo pasado a fin de erradicar a los grupos guerrilleros. Su compañero en ese cuerpo integrado por miembros de instituciones militares y policiales, Miguel Nazar Haro, falleció en enero pasado, a los 84 años. (Extracto del reportaje principal que aparece esta semana en la revista Proceso 1851, ya en circulación)

Comentarios