Manuel Bartlett se decide a hablar... a medias

sábado, 21 de abril de 2012 · 20:07
Aunque lleva medio siglo de militancia en el PRI –“sólo lo abandonaré cuando me corran”– Manuel Bartlett aspira ahora a una curul de senador arropado por el Movimiento Progresista. Pragmático y de “izquierda”, el controvertido político poblano, criticado por sus correligionarios y aun por los lopezobradoristas, relata a Proceso los problemas que tuvo con el establishment político y con Cuauhtémoc Cárdenas a raíz de la “caída del sistema” en 1988. Cuestionado por este semanario en relación con ese hecho y con otros pasajes negros de su paso por Gobernación, Bartlett insiste en dar su versión exculpatoria, y en contraparte arremete contra un personaje al que sirvió, “un broker del poder inmensamente rico, de una influencia infinita”: Carlos Salinas de Gortari. Manuel Bartlett Díaz es el único candidato de la izquierda que sigue siendo priista. Lejos de negarlo, argumenta que su posición es comprensible si se toma en cuenta que él comparte con Andrés Manuel López Obrador y con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano el nacionalismo y una animadversión a Carlos Salinas de Gortari, “el verdadero operador de la campaña de Enrique Peña Nieto”. El político poblano milita en el PRI desde hace más de medio siglo; conoce a la perfección las entrañas del sistema creado por su partido. Durante ese periodo ha ocupado cargos de relevancia: fue secretario de Gobernación durante el sexenio de Miguel de la Madrid y estuvo al frente de la SEP con Salinas; en 1993 llegó a la gubernatura de su entidad natal, donde estuvo hasta enero de 1999, y en 2000 obtuvo una curul en el Senado, al que quiere regresar. La inclusión de Bartlett en las listas de candidatos del movimiento progresista que encabeza López Obrador molesta a muchos de los seguidores del tabasqueño; algunos incluso le reclaman por darle juego, sobre todo por los escándalos en los que el político priista ha estado inmerso, en particular el fraude de 1988, cuando se le acusó de ser el responsable de la “caída del sistema”. –¿Cómo es que, sin renunciar al PRI, ahora se lanza como candidato de la izquierda? –se le pregunta en su casa de campaña montada en el centro de Puebla. –No es difícil explicar que siendo un priista que se desprende del partido sea ahora un candidato de la izquierda. –¿No es pragmatismo cínico, como ahora se dice? –No. Si tomamos en cuenta mi desempeño de los últimos años, no hay ninguna sorpresa. Yo he tenido una profunda diferencia con las dirigencias del partido y del Congreso desde hace muchos años. (Extracto del reportaje que aparece esta semana en la revista Proceso 1851, ya en circulación)

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