Partido dividido, personajes incómodos, candidato atribulado

sábado, 9 de junio de 2012 · 19:42
El mexiquense Enrique Peña Nieto llegó al segundo debate presidencial atribulado por los problemas que han erosionado su campaña en las últimas semanas. Su popularidad se ha visto afectada no sólo por la oleada juvenil del movimiento #YoSoy132, sino por los problemas que envuelven a su propio partido por los presuntos vínculos de dos exgobernadores con el narcotráfico. Y aun cuando la cúpula priista acordó mantener unido al partido, algunos personajes de su entorno le están resultando muy incómodos. El candidato del PRI-PVEM Enrique Peña Nieto, que el 6 de mayo último tenía una holgada ventaja de 20 puntos sobre su más cercana competidora, la panista Josefina Vázquez Mota, cuando asistió al primer debate presidencial, llega desfondado al segundo encuentro de este domingo 10. En sólo cinco semanas los integrantes del movimiento #YoSoy132 y las acusaciones contra varios exgobernadores de su partido, el PRI, por presuntos vínculos con el narcotráfico, le han restado popularidad. Su caída generó desavenencias al interior del priismo, cuya dirigencia llegó incluso a proponer un “cambio de candidato”, comentan a Proceso varios militantes que piden ocultar su identidad. Al final, dicen, el PRI recapacitó y sus líderes optaron por la “unidad” y por dar más juego en la campaña del mexiquense a personajes que se habían mantenido al margen. Peña Nieto trae a cuestas las averiguaciones previas abiertas por la Procuraduría General de la República (PGR) contra los exmandatarios de Tamaulipas, Tomás Yarrington Ruvalcaba y Eugenio Hernández Flores. El PRI y el equipo de campaña temen una nueva embestida contra otros exgobernadores, cono el coahuilense Humberto Moreira. “Si el gobierno hace nuevos señalamientos contra él o algún exgobernador del centro del país o se amplían las acusaciones contra Moreira, el PRI simplemente pierde la elección”, dice uno de los militantes consultados. (Extracto del reportaje que se publica esta semana en la revista Proceso 1858, ya en circulación)

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