Insiste Josefina con el "cuchi-cuchi"; ahora en Veracruz

sábado, 16 de junio de 2012 · 15:04
TANTOYUCA, Ver. (apro).- “Que levanten la mano todas las mujeres de esta región que están en Oportunidades, en el Seguro Popular, en 70 y más, que son programas que seguiremos adelante para las mujeres y los hombres de Tantoyuca”, convoca Josefina Vázquez Mota y la mayoría de los asistentes responde alzando la mano. Hasta aquí han llegado campesinos e indígenas huastecos a bordo de autobuses y taxis, que nadie sabe quién pagó pero que según la candidata presidencial del PAN, no son acarreados. Suman unos 5 mil que resisten los cerca de 40 grados Centígrados que evaporan el humedal heredado de los chubascos nocturnos. En esta ciudad de poco más de 90 mil habitantes, la mitad de los cuales son indígenas, la candidata presidencial del PAN afirma que 20 mil familias son beneficiarias. Tal vez por eso, ha decidido echar mano del programa gubernamental Oportunidades y la respuesta es notable por el número de beneficiarios que alegres levantan la mano. Ella les presume que fue quien impulsó el programa y que ahora que sea presidenta “en 15 días” hará mucho más. Además promete créditos a las mujeres y ampliación de Oportunidades, guarderías y otros beneficios. Como ocurre en todos los lugares a los que llega, sus anfitriones buscan expresiones ingeniosas respecto a su condición de mujer. A veces hacen juegos de palabras respecto a su falda y los pantalones. Ayer en Tampico, la alusión fue sobre los huevos que tienen las gallinas y no los gallos, picaresca más o menos regular en una campaña cuyo grito de batalla es: “Mi gallo es gallina, se llama Josefina”. Aquí, en Tantoyuca, la expresión ingeniosa fue del maestro de ceremonias: “con Josefina, las mujeres de la cocina a la oficina”. Pero sobre todo, el maestro de ceremonias insistirá a lo largo de su preámbulo en el programa Oportunidades. “Josefina es diferente, por eso las mujeres de Tantoyuca son las que reciben Oportunidades” y como la hará después  la candidata, el maestro de ceremonias arranca de un mayoritario público, vivas y porras. El acarreo de los alcaldes Llegaron de la sierra desde temprano y, aunque el acto está convocado para las 11:00 de la mañana, a las 10:00 horas las calles del centro de esta ciudad están atestadas. La candidata llegará una hora después, a las 12:00, pues la impuntualidad ha sido regla en su campaña que este día no fue excepción. Nadie explica dónde está Josefina que en su agenda pública informó de éste como el primer evento. En esta entidad, los conflictos internos se han prolongado y, a dos semanas de la elección, los diferendos entre el candidato al senado Julen Rementería del Puerto y el dirigente nacional Gustavo Madero Muñoz, no cesan. Por eso, aunque Madero casi nunca acompaña a Josefina en sus giras, no pasa desapercibido que guste de apersonarse en Veracruz. El pleito es porque el comité nacional optó por imponer a Fernando Yunes, hijo de Miguel Ángel Yunes, como candidato al Senado en el primer lugar. Si pierda el PAN y queda en segundo lugar, sólo Yunes será senador. Yunes y Rementería aparecen junto a Josefina, pero entre sí, son distantes aun cuando realizan una breve caminata por la ciudad, a manera de marcha del triunfo. En esa marcha, cientos de personas acompañan a la candidata y los candidatos. Inclusive, Josefina le regalará su reloj a una niña y saludará amablemente  a todo el que se le acerca, esos ciudadanos que no son acarreados sino ciudadanos a los que no se puede comprar el voto. Sería el propio candidato panista, Fernando Barrios, quien le agradece a los alcaldes de la región que hayan llevado gente. Metafísica electoral Para recibir a la candidata presidencial del PAN, los encargados de logística escogieron el cruce de las calles Independencia y Allende al que los panistas locales le atribuyen una especie de metafísica electoral: fue donde encabezó un mitin Vicente Fox en el 2000 y ganó la Presidencia. Por ello repetirán que es el crucero de la victoria. Las referencias a Vicente Fox en esta campaña escasean desde que el expresidente pidió votar por el priista Enrique Peña Nieto. Por lo tanto, las recurrentes menciones a Fox, parecen fuera de contexto. No es lo único fuera de lugar. El acto es amenizado con un conjunto norteño que canta bolero y rancheras aunque para ser la Perla de la Huasteca, no hubo interés en alguna expresión vernácula más asociada a la región, ni un guapango ni un son. La selección musical se compone de Gema, Flor de Capomo, Puño de Tierra... La propaganda es ad hoc. La gente manotea por conseguirse un abanico o un sombrero, naturalmente, lo que abunda son las consabidas banderas y camisetas estampadas. El reparto cesa cuando la música norteña se suspende, para empezar a transmitir a través de las bocinas enormes, las melodías de campaña de Vásquez Mota que arriba al lugar a través de un sendero cercado, por donde camina, saludando a un lado y otro a sus simpatizantes. Militares y cuchi-cuchi Josefina luce hoy un vestido ligero con rayones blancos sobre negro, atigrado. El vestido fluye y campanea, cuando ella empieza a dar de brinquitos, con sus pies muy juntos, al ritmo de su canción de campaña. Lleva en la mano, a la usanza de las mujeres de este lugar, un pañuelo para secarse el sudor de los bochornos. Y es que la temperatura sigue subiendo. “Le damos las gracias al Ejército Mexicano y a la Marina. Que queremos a nuestro Ejército y a nuestra Marina. A diferencia del candidato del PRI, que trae a un extranjero, yo sí creo en ustedes, en las Fuerzas Armadas, como creemos todos los mexicanos”, dice Josefina a un general que está en el templete y no identifica por nombre, aunque su equipo de campaña afirma que se apellida Betancourt. El general, hombre entrado en años, parece decir que no con las manos de frente a Josefina. –¿Le está diciendo que no? –pregunta un dirigente empresarial local a otro. –No, creo que así saluda –le responden. Josefina sigue adelante en su alocución. “(Las Fuerzas Armadas) no se van a ir de Veracruz, vamos a enfrentar a este crimen que tanto dolor ha provocado y vamos también a bajar la violencia”. Para lograr todas sus propuestas y cumplir sus compromisos, Vázquez Mota pide el voto. –Levántense bien temprano, traigan a su marido o traigan a su pareja. Y el señor que no venga, no habrá cuchi-cuchi en un mes. Un mes sin cuchicuchi ¿ya se fijaron bien? Un mes sin qué? -Sin cuchi-cuchi –responde el público con cierto letargo. -¿Un mes sin qué? –insiste la candidata. -Sin cuchi-cuchi –le responde ya con energía. Entonces se explica: “México tendrá un mes sin cuchi-cuchi, así para que todos los hombres vengan a votar, de eso se trata esta elección”.

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