MÉXICO, D.F. (apro).- Desde hace pocas semanas viene circulando el nuevo libro del cronista musical, historiador y periodista Antonio Malacara Palacios Sub versión de los hechos. 200 bandas de jazz (Conaculta y otros editores, 326 páginas), catálogo discográfico selectivo con varias generaciones de grupos y solistas del jazz mexicano, a través de las últimas décadas. Durante la presentación de Subversión de los hechos… hace un mes, en el Foro 81 de la capital, el crítico y promotor decano del género jazzístico en nuestro país, Germán Palomares Oviedo, destacó: “Con textos redactados por los mismos músicos o con conceptos extraídos de revistas, el libro no sólo es de consulta, como el anterior de Malacara Palacios (Catálogo casi razonado del jazz en México), sino también una forma de desatar los recuerdos de pasados lejanos o cercanos pero siempre felices. “Son más de 300 caras en las que mediante textos o fotografías de portadas ofrece el resultado de muchos años de investigación, disciplina y devoción por la música y por los músicos... Hay un enorme porcentaje de músicos jóvenes y lo sé porque nunca antes como en esta época se han producido tantos discos en México.” Malacara, quien lleva escribiendo por tres lustros su columna de jazz en el diario La Jornada, es autor asimismo de varios volúmenes musicales más que incluyen Viaje al fondo del jazz. Coloquio memoria o las biografías de Eugenio Toussaint (Las tangentes, el jazz y la academia) y de Juan José Calatayud. Modelo para armar. También, De la libertad en pequeñas dosis. Notas del rock nacional (2002). “Cuando cerramos la edición, sabíamos que faltaban varios músicos y grupos por incluir en el cuerpo del libro. Pero había que entregarlo y, ni modo, click: enviamos el texto a los diseñadores (Lisa Björk e Israel Miranda). Ellos, amablemente nos contestaron un día después. Con el texto enviado tendríamos que publicar un libro de 600 páginas, pero sólo teníamos autorizadas 320”, escribe Malacara en la “introindución” (sic): “La tijera cibernética hizo su aparición y, sin asomo de misericordia, cortó de tajo casi la mitad de una investigación que –por optimista y emocionada-- se le derramaba a borbotones. Salieron volando fichas y entrevistas. Esta introinducción se sacrificó con otros tantos párrafos. “Luego entonces, ésta no es una versión muy holgada de los hechos. Es sólo la sub versión, honesta y hasta meticulosa, pero sub versión al cabo. Ya habrá tiempo y espacio para que el jazz y los jazzistas (y los puntos circunvecinos) de este país puedan hablar y escribir con mayor magnitud.” Además de Conaculta, Sub versión de los hechos. 200 bandas de jazz contó con los apoyos de la delegación Azcapotzalco de la Ciudad de México, Music frontiers, El convite y Musitec para su edición y aparición en librerías.