IXTEPEC, Oax. (apro).- El cierre temporal de la Casa del Migrante “San Juan Diego”, ubicada en Tultitlán, Estado de México, es una muestra de que el gobierno del priista Eruviel Ávila está “ausente, es irresponsable y no cumple con sus ciudadanos”, señaló aquí la secretaria ejecutiva de la Dimensión Pastoral de Movilidad Humana del Episcopado Mexicano, Leticia Gutiérrez Valderrama. “No es momento de que tengamos la puerta abierta (de la Casa del Migrante), porque el encono social y la violencia de los vecinos puso en preocupación a la Iglesia de que puedan agredir y tuviéramos sangre y muerte”, justificó. Agregó: “Por el momento cerramos, porque no queremos muerte, no queremos sangre, y la realidad es que ahí tenemos una impunidad y una falta de interés del gobierno priista de Tultitlán y de Eruviel Ávila”. Gutiérrez Valderrama destacó que aunque la Casa del Migrante ha sido cerrada, “la realidad migratoria va mas allá y es una situación de política pública y social que el gobierno y municipio tienen que atender”. Después de acompañar al padre Alejandro Solalinde hasta el albergue “Hermanos en el Camino”, la religiosa sostuvo: “Nosotros no generamos violencia, no generamos alcoholismo, otra cosa es que el gobierno no cumpla con que los vecinos ya no tengan agua, no tengan seguridad”. E insistió que la Iglesia no tiene el mínimo interés de cerrar las más de 54 casas de migrantes que tiene, “y muestra de ello –dijo– es que el padre que estaba en Lechería ahora se encuentra apoyando a los migrantes que pasan del centro al norte del país y que permanecieron varados por la suspensión del servicio del ferrocarril en el sur de México”.