MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Los ataques que han sufrido recientemente los casinos en Monterrey no han logrado alejar a los clientes de estos centros de juegos. De acuerdo con una nota que publica este domingo el diario Reforma, tras el atentado ocurrido el viernes pasado en el casino Revolución, cientos de personas llenaron ayer el lugar sin importarles lo ocurrido un día antes, con toda normalidad y sin seguridad extra. Otras casas de apuesta de Monterrey también tuvieron una considerable afluencia. El viernes pasado, un comando disparó y lanzó una granada, que no estalló, al casino Revolución de esta ciudad, sin que se reportaran lesionados. La agresión ocurrió a casi un año de la masacre en el casino Royale, al poniente de la ciudad, donde un grupo de zetas provocó un incendio que ocasionó la muerte de 52 personas. El vocero de Seguridad estatal, Jorge Domene, confirmó que el ataque se produjo a las 15:30 horas en el centro de apuestas ubicado en la avenida Revolución, cerca de Morones Prieto, en la colonia Buenos Aires. Reforma cita el caso de una mujer a quien su hija le ruega que ya no acuda a este tipo de lugares, pero ella argumenta que lo seguirá haciendo porque es su único pasatiempo. La seguridad en estos establecimientos es nula, ya que a la entrada de los estacionamientos los vehículos que ingresan no son inspeccionados, con excepción del casino Folliati, que cuenta con caseta de vigilancia. En Nuevo León hay unos 63 casinos, sin que el gobierno federal haya precisado, hasta ahora, cuántos operan con la documentación en regla.