Batman: Violencia, instituciones y el poder del pueblo

martes, 7 de agosto de 2012 · 20:20
MÉXICO, D.F. (apro).- No hay que esperar mucho para saber que la trilogía de Christopher Nolan sobre Batman estará dentro de las listas de las mejores películas de todos los tiempos por lo menos en los próximos cinco años. Existen tres factores principales: Primero, el fenómeno masivo que representa Batman, impulsado por la maquinaria de marketing hollywoodense; segundo, la temática que gira en torno al monopolio de la violencia y la función de las instituciones, y por último, el evento desafortunado, ocurrido cerca de Denver, durante la premiere de la cinta, donde un sujeto entró fuertemente armado y asesinó a varios miembros de la audiencia. La situación anterior desató, por enésima ocasión, la discusión sobre el control de armas y por supuesto puso en el reflector la cultura de la violencia existente en Estados Unidos. La cinta Batman: El caballero de la noche (EU-2012), de Nolan comienza con una mentira: Ciudad Gótica rinde homenaje a Harvey Dent, el fiscal intachable que luego de haber sufrido a manos de The Joker (El Guasón), se transformó radicalmente en un criminal. La versión oficial es que Dent fue asesinado por Batman, convirtiéndose así en un mártir que trajo beneficios en cuanto a seguridad pública se refiere. Se convirtió en el héroe que la Ciudad Necesitaba. Batman lleva ocho años desparecido, al igual que Bruce Wayne (Christian Bale), cuyas empresas comienzan a irse a pique. En el contexto anterior, se urde un extraño complot que involucra a un súper criminal llamado Bane (Tom Hardy) que parece no detenerse ante nada. Por otro lado, tenemos a un par de accionistas de las empresas Wayne, muy interesados en el futuro de la compañía, entre ellas una ricachona llamada Miranda (Marion Cotillard) y a una elegante y guapa ladrona Selina Kyle (Ann Hathaway). Afortunadamente, Batman no está solo cuenta con su fiel mayordomo Alfred (Michael Cane), el comisionado Gordon (Gary Oldman), su brazo derecho en empresas Wayne, Lucius Fox (Morgan Freeman) y un oficial de policía llamado Blake (Joseph Gordon Levitt). La situación que se avecina requiere el resurgimiento de Batman, pero existen muchas dudas al respecto, de entrada, Batman no está en óptimas condiciones lo cual lo pone en riesgo, por otro lado surgen dudas existenciales al respecto: ¿Es imperante que Batman se sacrifique por Ciudad Gótica? ¿Sólo él puede hacer algo? A estas preguntas se irán sumando cuestionamientos sobre las instituciones, los caudillos radicales que buscan el cambio, el uso de la fuerza, el poder del pueblo y la figura del héroe. Las conclusiones son interesantes, y quizá no muy populares para alguien con visión política de izquierda, pero más allá de toda visión política Batman: El caballero de la noche entretiene, emociona y lo más importante, conmueve, y no lo hace con argumentos baratos.

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