MONTERREY, N.L. (apro).- Otilio Cantú González, cuyo hijo fue muerto por militares el año pasado en esta ciudad, rechazó la propuesta del presidente Felipe Calderón de erigir un memorial para recordar a las víctimas en la guerra contra el crimen organizado. El médico de profesión advirtió que no permitirá que el nombre de su hijo, Jorge Otilio Cantú Cantú, sea inscrito en la obra escultórica que el gobierno federal pretende instalar en terrenos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). “No sé qué querrá hacer el señor presidente. El memorial será para él, para acordarse de todos los muertos que hubo en su sexenio. ¿Quién le está pidiendo un memorial? Y menos en un terreno militar. A mí me dijeron que si quería que el nombre de mi hijo estuviera ahí, y yo no lo voy a aceptar de ninguna manera”, aclaró. El pasado 30 de julio, un jurado designó al ganador de una convocatoria abierta para construir dicho proyecto que estará ubicado sobre el Paseo de la Reforma, en un terreno anexo al Campo Militar Marte, sede de las Fuerzas Armadas del país, con una inversión de 22 millones de pesos. Cantú González dijo que no quiere que el nombre de su hijo se asocie con la obra propuesta por el arquitecto Ricardo López Martín. “No aceptaré que esté en terrenos del Ejército a menos de que le pongan ahí: ‘Asesinado cobardemente por el Ejército Mexicano’. Si le ponen esa leyenda, sí, pero si lo van a poner como un ‘daño colateral’ más de esta guerra del señor Calderón, no lo aceptaré, de ninguna manera”, afirmó. Cantú Cantú fue asesinado de más de 20 balazos el 18 de abril de 2011 en la colonia Las Brisas, al sur de la capital, por fuerzas especiales del Ejército que hacían trabajo de policías estatales y que, aparentemente, lo confundieron con pistoleros a los que perseguían. El rechazo de Cantú González se suma al del poeta Javier Sicilia, líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, quien repudió el proyecto. Dijo el activista que el memorial será un “monumento a la barbarie”, y cuestionó que sea construido en terrenos militares, pues son los soldados los responsables, en parte, de los asesinatos ocurridos durante la guerra de Calderón contra el crimen organizado.