Cine: Zombies tropicales

viernes, 14 de septiembre de 2012 · 14:29
MÉXICO, D.F. (Proceso).- El argentino Alejandro Brugués revela que la idea de hacer Juan de los muertos (España-Cuba; 2011) surgió mientras veía pasar gente en La Habana: “Podríamos hacer una película de zombies y no necesitaríamos maquillaje.” Admirador de La noche de los muertos vivientes (1968), la película de culto de George Romero, que ademásCNN en América Latina Florence Toussaint El modesto canal noticioso de cable establecido por Ted Turner hace 25 años se ha convertido, en conjunción con el grupo Time-Warner, en un poderoso sistema informativo que está presente en todos los países de la región con una versión en castellano y noticiarios que abordan los problemas de cada país, programas especiales de entrevista, comentarios y análisis. Hay variedad de enfoques, reportajes profundos y equilibrados pero, en general, la tendencia es a mirar a los latinoamericanos con lente conservador, desde el imperio, favoreciendo las posturas políticas de mayor apoyo a los gobiernos estadunidenses. Los tiempos electorales favorecen la toma de postura, hacen más abiertas las definiciones, exacerban las críticas a los gobiernos de izquierda, dan más espacio a los opositores. Después de la mexicana, sigue la elección en Venezuela en octubre, en febrero de 2013 toca a Ecuador. Estos dos casos y la reelección de Cristina Kirchner en Argentina están siendo blanco de los conservadores, que quisieran ver destruido el prestigio de los gobiernos de izquierda para que la derecha retorne al poder. Siguiendo el reciente modelo mexicano, los opositores de Hugo Chávez están dando a conocer, alentados por conductores de programas de CNN en español, estudios y encuestas que señalan el retroceso de la popularidad chavista y el aumento del contrincante Capriles. Al estilo Gea-Isa Milenio dan como irreversible la tendencia que afirma que el opositor gana en todos los estados salvo uno que le quedaría a Chávez. De esa manera la presidencia está perdida para la opción de izquierda. Se apoyan también en las propias declaraciones del mandatario, quien afirmó que estas elecciones serán más complicadas que las anteriores. Por otro lado, el mismo programa de la cadena norteamericana resalta los cacerolazos en Argentina, debido a que la presidenta ofende a los medios privados y a la población al insistir en sus cadenas nacionales para difundir información y propuestas de interés nacional. Aún no le perdonan que rescate, allá sí para el interés público, el espectro radioeléctrico e intente redistribuirlo de manera equitativa entre todos los sectores. En Ecuador, la prensa pro-empresarial ecuatoriana, y en el ámbito de internet sitios como yahoo y youtube difunden videos a través de los cuales se manifiesta el rechazo a la política de Rafael Correa por incongruente, dicen: concede asilo a Assange protegiendo así a la libertad de expresión, pero reprime a sus propios compatriotas que se expresan a través de los periódicos. Sucede que Correa ha tratado de nivelar el espectro abriendo medios públicos radio-televisivos e impuso una multa millonaria y cárcel –pena que le fue conmutada– a un empresario periodístico que lo difamó, quien ahora vive en Estados Unidos. Una a una se engarzan las cuentas que al final forman una cadena propagandística apoyada por el dinero. de revolucionar el género expone la actitud de la sociedad americana durante la guerra fría y la guerra de Vietnam, Brugués pretendió abarcar la realidad cubana cincuenta años después de Fidel en el poder. Sólo era cosa de fabricar una alegoría que cualquiera entendiese; una crítica tan caradura cuyo título alternativo podría ser “El emperador va de zombi”. Un extraño mal aqueja a Cuba, la gente se vuelve violenta y se atacan unos a otros; Juan (Alexis Díaz de Villegas), cuarentón bueno para nada, junto con su amigo Lázaro, otro vago como él, caen en cuenta que se trata de una plaga de zombies, habrá que aprovechar la situación y ganar dinero ofreciendo sus servicios para ayudar a las familias a eliminar a esos seres queridos contaminados por el virus. A manera de propuesta estructural, Brugués revela que Juan de los muertos utiliza el patrón que, según él, persiste en el cubano típico de seguir con su vida como si nada pasara, hacer negocio con lo que salga, y echarse al mar (dirección Miami). En el cine cubano hay buenas comedias, el humor es cachondo, y el pícaro continúa la línea de su ancestro el clásico español; Juan de los muertos, sin embargo, no es una comedia, es una farsa negra, el fondo es patético, mera desesperación y angustia, la risa queda en el mero concepto político, se atora en el cerebro. Estos zombies tropicales acusados de agentes del imperialismo sí que dan lástima; habrían, sin duda, muchos guiños de ojo que sólo un cubano, o residente en la isla, podría captar, pero desde afuera da pena y enojo. Se supone, por ejemplo, que es graciosa la imagen de una señora gorda a la que hay que ayudar empujándola por el trasero para salir de un elevador descompuesto, pero ocurre a diario porque la pobre no puede subir por las escaleras; si fuera ruptura de código daría risa, pero el código es la burocracia y el desaliento total. El conflicto de esta farsa negra tampoco es gracioso; debatirse, como lo hacen Juan, su hija y amigos, entre el exilio de la bella isla, o quedarse a luchar, sin posibilidad de ganar, para no convertirse en zombie (en el fondo dos maneras de morir), es trágico. En cuanto crítica política, Juan de los muertos es despiadada, una subversión total; todo está ahí, Angola, el Período Especial, la intolerancia a cualquier forma de crítica so pena de ser acusado de imperialista o iconoclasta; justamente el primer ataque de zombies ocurre durante un Comité de Defensa de la Revolución; el Apocalipsis, entre el Malecón y la Plaza de la Revolución.

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