Vázquez Raña decide: Mena, a la Conade

lunes, 12 de noviembre de 2012 · 15:15
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- La tarde del 27 de septiembre en las instalaciones de Organización Editorial Mexicana (OEM) el cacique del deporte mexicano, Mario Vázquez Raña, reunió a todos los miembros permanentes y federados del Comité Olímpico Mexicano (COM) en una comida donde dio muestras de su poder. En un salón contiguo a su oficina, cuyas paredes están cubiertas con decenas de fotografías de Vázquez Raña acompañado de líderes políticos y religiosos del mundo, había mesas que fueron dispuestas más cerca o lejos de la principal dependiendo del afecto de “don Mario” por sus invitados. El propio presidente vitalicio del COM y director general de OEM dio la bienvenida en la puerta a sus invitados. Vázquez Raña repartió sonrisas, abrazos, besos y uno que otro apapacho a quienes iban llegando. En la mesa principal con Vázquez Raña se sentaron el secretario general del COM, Ricardo Contreras; el entonces todavía presidente del COM, Felipe Muñoz; Carlos Padilla Becerra; los medallistas olímpicos Daniel Aceves y Jesús Mena; su yerno Antonio Aguilar Darriba; el tesorero del COM, Jaime Cadaval; su secretaria Jimena Saldaña; el presidente de la Federación Mexicana de Futbol, Justino Compeán; y uno de los miembros permanentes del COM, Antonio Murrieta. Sin levantarse de la mesa, después de la comida, Vázquez Raña tomó un micrófono. Y comenzó con su discurso de megalomanía. Dijo que sabe que no le queda mucho tiempo de vida, lo cual no le preocupa pues él y toda su familia son “ricos” y no tienen nada de qué preocuparse en lo económico. “Soy un chingón”, soltó. Explicó como acomodaría sus piezas en el ajedrez del deporte: “A Felipe Muñoz ya le dije que no se haga pendejo, que renuncie al COM”. Volteó a verlo y le dio la instrucción: “quiero que renuncies el lunes”. ¿A qué estamos el lunes?”, preguntó. Alguien gritó: “primero de octubre”. “Ah, pues ese día Felipe”. Muñoz asintió con la cabeza. “Felipe va a operar en la comisión del deporte como diputado”, añadió. Al estilo del PRI, Vázquez Raña anunció luego: “en este salón está sentado el próximo ministro del deporte”. Antonio Murrieta no se aguantó el comentario: “¿Quién es?” Con el índice derecho, Vázquez Raña hizo varios círculos entre Daniel Aceves y Jesús Mena. “Y en este salón también está quien se quedará con el cargo que hoy tiene nuestro futuro ministro del deporte”, dijo con la misma desfachatez con la que en sus diarios publicó que Enrique Peña Nieto tuvo “éxito” en la Universidad Iberoamericana donde fue correteado y hasta tuvo que esconderse en el baño. “El próximo presidente del Comité Olímpico va a ser Carlos Padilla. Y si alguien tiene algún problema con eso que me lo diga”, retó. Con la confianza de quien habla delante de sus mejores amigos, Vázquez Raña usó malas palabras e insultos para calificar a quienes se le venían a la mente en su desordenado discurso. Frente a sus más de 150 invitados refirió: “En este país mando yo y seguiré mandando yo. Con Felipe Calderón se han hecho puras pendejadas”. Cuestionó que el presidente no haya tenido la capacidad de solventar el adeudo multimillonario que generó la organización de los Juegos Panamericanos en Guadalajara. Después fustigó a Carlos Andrade Garín e Ivar Sisniega por los “malos manejos” y la “mala organización” de ese evento al que definió como el mejor de la historia. Los tildó de ladrones y sentenció que él no meterá las manos para pagar el adeudo de más de mil millones de pesos que no han sido comprobados. Andrade Garín se hizo pequeño en su silla, una de las más alejadas de la mesa principal. Su casi invisible presencia contrastaba con la soberbia que enseñó mientras fungió como el máximo responsable de la organización de los Panamericanos. Sisniega no asistió a la comida. El presidente vitalicio del COM acusó que Ivar Sisniega se ha portado muy mal, que ya cayó de su gracia, pero matizó que ya los perdonó a ambos porque son “buenos muchachos”. Vázquez Raña pidió unidad. “El COM es sagrado”. Y enfatizó que “debemos buscar otra vez los cargos directivos internacionales” que se perdieron cuando en marzo de este año renunció a todos sus cargos en el Comité Olímpico Internacional (COI), Solidaridad Olímpica y como presidente de la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales (ACNO) a escasos tres meses de cumplir 80 años, edad límite para ocupar cargos en el COI. El pasado martes 30 de octubre, “don Mario” invitó a otra comida en el mismo lugar al coordinador del deporte del equipo de transición, el sonorense Ernesto de Lucas. Estuvieron presentes el director del Instituto Mexiquense de Cultura Física y Deporte (IMCUFIDE), Jesús Mena; Fernando Platas, Carlos Padilla, el presidente de la Federación Mexicana de Natación, Kiril Todorov, y el director de la Conade, Bernardo de la Garza. El encuentro fue para seguir dando órdenes. Le dijo a De Lucas que Jesús Mena dirigirá la Conade, que Kiril Todorov se hará cargo del Instituto del Deporte del Distrito Federal (IDDF) y Fernando Platas se quedará al frente del IMCUFIDE. El propio Platas no ha tenido empacho en comentar por todos lados, que de hecho, ya despacha en la oficina de Mena. Bernardo de la Garza vio caer en pedazos sus aspiraciones de continuar como responsable del deporte nacional. En su desesperación por continuar al frente de ese organismo solicitó el apoyo de atletas y entrenadores a quienes pidió que firmaran una carta -redactada por él mismo y dirigida a Enrique Peña Nieto- en la que sugerían que por su extraordinario desempeño y apoyo a los deportistas lo ratificara en el cargo. Mario Vázquez Raña le dio una lección de poder.

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