Coatzacoalcos y el Cristo de las calamidades

sábado, 22 de diciembre de 2012 · 19:34
Dos obras inconclusas tienen entrampado al gobierno municipal de Coatzacoalcos. Una es un Cristo monumental que está deshaciéndose por la corrosión; la otra es el túnel sumergido que luego de ocho años de retrasos y accidentes mortales sigue en construcción. Los habitantes del municipio están enojados porque las dos obras dieron al traste con la actividad de la zona comercial del puerto y sobre todo porque el manejo de los recursos, como lo detectó la Auditoría Superior de la Federación, ha sido muy irregular. El monumento religioso –que se planeó para ser un atractivo turístico– sólo ha traído calamidades al municipio. COATZACOALCOS, Ver. (Proceso).- En Coatzacoalcos, donde está uno de los puertos más importantes del sureste mexicano y que es el segundo municipio con más presupuesto de Veracruz, las obras públicas del estado, de la federación y de la alcaldía no “van hacia adelante” –como reza el eslogan del gobierno del priista Javier Duarte– y sólo han traído afectaciones a la población. Un inconcluso Cristo monumental en la localidad de Villa Allende –intento de réplica del de Corcovado en Río de Janeiro– y el túnel sumergido de Coatzacoalcos son obras que tienen el signo del llamado Grupo Coatza del PRI veracruzano. Las principales cabezas de este grupo son Marcelo Montiel Montiel, dos veces presidente municipal de Coatzacoalcos y hoy encargado del programa Adelante y secretario estatal de Desarrollo Social; Joaquín Caballero Rosiñol, exdirector de Obras Públicas de este ayuntamiento y ahora diputado federal y Marcos Theurel Cotero, actual alcalde y exsecretario de Comunicaciones en el gobierno de Fidel Herrera. El Cristo y el túnel sumergido son obras que se emprendieron en Coatzacoalcos, que implicaron partidas millonarias y que al cabo de varios años siguen inacabadas ante la irritación de la gente, las críticas de políticos de la oposición y las severas afectaciones al sector comercial. En Villa Allende, población ribereña a la que se llega en lancha o panga, está el Cristo monumental inconcluso, cuya estructura ya está deteriorada por la corrosión y el abandono. La inversión de la primera etapa fue de cinco millones de pesos. Los recursos erogados en la segunda no se han podido precisar pues en la Dirección de Obras Públicas y Desarrollo Urbano de Coatzacoalcos ha habido tres cambios de titular y nadie se hace responsable de dar esa información. Y según el alcalde Theurel se necesitarían otros ocho millones de pesos si se pretendiera concluir el monumento. Pero la falta de un estudio de mecánica de suelo y la improvisación en su planeación hicieron que la obra no acabara, resume el exregidor panista de Coatzacoalcos, Claudio Cahuich, quien responsabiliza de esos yerros al entonces director de Obras Públicas, Joaquín Caballero Rosiñol, hoy aspirante a la presidencia municipal de este ayuntamiento. El proyecto fue abandonado hace dos años y ni siquiera se empezó la construcción con un “cilindro de concreto y acero” que sostendría al Cristo. “Falta por construir el cilindro que será el manto del Cristo, por ello sólo estamos trabajando en el tallado de cabeza y torso”, dijo en enero de 2011 el entonces director de Obras Públicas y Desarrollo Urbano de Coatzacoalcos, Agustín Zamudio Ruiz, quien incluso prometió que el monumento quedaría concluido en julio de ese año; 18 meses después sigue abandonado y el funcionario municipal ya fue despedido. Cahuich, regidor en la administración de Marcelo Montiel, dice que la falta de planeación y no contar con un recurso etiquetado dio al traste con esta obra; el proyecto original situaba la base a un lado de la franja costera, pero el fuerte oleaje que golpeaba la cimentación obligó a cambiar de lugar sobre la marcha. Esto hizo que la introducción de pilotes causara fisuras en las paredes de las viviendas contiguas: “La culpa fue de la improvisación. Nunca hicieron la mecánica de suelo. Cuando empezaron a construir se presentaron hundimientos, tuvieron que reforzar con pilotes pero no repararon en que habría daños a las casas aledañas”, remata Cahuich. Sueños cariocas En Coatzacoalcos la clase política y empresarial habla de la vida de lujos de Montiel Montiel. Se compró un rancho agrícola y ganadero cerca de Curitiba, Brasil, que él mismo presume entre sus allegados; esa información ha sido filtrada a la prensa local y retomada por diversos columnistas de Veracruz. Por sus constantes visitas a Brasil, a Montiel se le ocurrió hacer una réplica del Cristo de Corcovado en Coatzacoalcos: “Y ahí está lo que construyeron: uno de tamaño ridículamente menor al del original... y hueco; resultó ser una estatua chafa y que como obra pública resultó un fraude, quedó inconclusa y hasta donde ha trascendido, hubo desvío de recursos”, señala el periodista Vicente Martínez Blanco. Pero además de que el Cristo monumental no se concluyó, tampoco se elaboró un proyecto de infraestructura para la congregación de Allende, que no tiene zona comercial y en cuyos accesos carreteros hay varias calles sin pavimentar. “Es una lástima, fue dinero tirado a la basura, con tanta necesidad que hay”, comenta Fermín, uno de los pescadores de la zona. La estructura de acero de 12 niveles está inconclusa, por la falta de mantenimiento se aprecian piezas ya oxidadas y dañadas por la corrosión. Las manos del Cristo ya tienen laceraciones y hay perforaciones de salitre en sus acabados. La cabeza del Cristo tiene un enorme agujero y hay rayaduras en la parte baja; la muestra real del desinterés de las autoridades es que la cabeza está tirada en un pastizal, zona de tránsito de perros callejeros y área donde los pescadores descansan y toman cerveza. Los deterioros del Cristo son justificados por Theurel Cotero, quien asegura que Coatzacoalcos es el segundo lugar más corrosivo del mundo, por encontrarse frente al mar, por el complejo petroquímico de la zona y por la alta salinidad. “Si lo continuamos así como está, esa estatua no aguantaría ni diez años”, puntualiza Theurel en entrevista. Agrega que es un tema “complejo” y “delicado” pues no hay recursos para la obra y una cancelación definitiva de la misma podría malinterpretarse en el ámbito político. “Estoy a favor que se haga. Ya están los cimientos, la base y fue un compromiso ciudadano; soy católico y veo una imagen positiva en el Cristo Monumental de Villa Allende; además sería un atractivo turístico y a nivel local daría identidad a sus pobladores. Sin embargo no lo podemos construir con recursos federales y tampoco del ramo 33, de un Fondo Metropolitano podría ser, aunque habría que hacerlo de nuevo”, resume Theurel. (Fragmento del reportaje que se publica en Proceso 1886, ya en circulación)  

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