La situación de las víctimas, peor

lunes, 1 de abril de 2013 · 12:47
A dos años del asesinato de su hijo, el poeta Javier Sicilia, fundador del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, insiste en el tema de la construcción de un memorial para las decenas de miles de víctimas de la guerra calderonista y propone que se le dé ese uso a la Estela de Luz. El también colaborador de Proceso va más allá y sentencia: Las reformas constitucionales del nuevo gobierno “no van a tener frutos si no hay un país en paz, si no se recupera el tejido social”. MÉXICO, D.F. (Proceso).- El asesinato de su hijo Juan Francisco hace dos años forzó a Javier Sicilia a meterse en las entrañas de la violencia que durante el gobierno de Felipe Calderón causó 70 mil muertes y la desaparición de más de 25 mil personas. La llegada de Enrique Peña Nieto a la Presidencia generó expectativas optimistas en ciertos sectores de la sociedad, especialmente con la aprobación de las reformas en educación y telecomunicaciones y por la detención de Elba Esther Gordillo. Pero para las víctimas de la guerra contra la delincuencia organizada las cosas han empeorado: En los tres primeros meses del gobierno priista hubo 3 mil 157 homicidios dolosos, 73 más que en el peor trimestre del calderonismo, según las cifras dadas a conocer por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong en su informe mensual del pasado viernes 8. Ante el optimismo gubernamental y empresarial por las llamadas reformas estratégicas, Sicilia señala: “Todas estas reformas no van a ser posibles, no van a tener frutos si no hay un país en paz; si no se recupera el tejido social; si no encontramos a los desaparecidos; si sigue habiendo muertos, asesinados y ciudadanos en estado de indefensión. La base está en la paz y la justicia, sobre todo en un país con una tragedia humanitaria tan grande y honda como la que tenemos”. La noche del jueves 28, a dos años del asesinato de Juan Francisco Sicilia, que dio origen al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), nuevamente se escucharon las demandas de los familiares de los muertos y desaparecidos no sólo durante el sexenio de Calderón, sino también en el de Peña Nieto. Tras demandar que la Estela de Luz sea transformada en el Memorial de las Víctimas, en su discurso Sicilia dijo que México es un país desgarrado y sangrante donde no hay lugar para el festejo ni la felicidad mientras no haya justicia y paz. Y como en mayo de hace dos años lo gritó en el Zócalo capitalino –tras la Marcha por la Paz que llegó a la Ciudad de México tres días después de haber comenzado en Cuernavaca, Morelos– lo repitió: “Les decimos, criminales y gobernantes, que continuamos hasta la madre y que mientras no veamos aplicarse la Ley General de Víctimas, mientras no veamos volver a casa a los miles de desaparecidos, mientras un solo muchacho, una sola muchacha, un solo niño, una sola niña, una sola mujer y un solo hombre estén amenazados y no haya paz, estaremos en vigilia”. En entrevista con Proceso el poeta acusa a Calderón de no haber asumido su responsabilidad frente a las víctimas y la tragedia nacional que provocó su declaración de guerra contra el narcotráfico, pese a que en los dos encuentros que hubo en Chapultepec se comprometió a hacerlo. Acerca de Peña Nieto advierte que hay señales de un cambio en la estrategia de combate al reconocer la importancia de la recomposición del tejido social, pero que no da señales de cómo piensa realizar este trabajo, que llevará años de esfuerzos y presupuesto. “Creo que sí está cambiando; por lo menos Roberto Campa ha planteado una estrategia de poner más énfasis al tejido social. Pero no hemos visto cómo lo van a hacer. Nosotros insistimos en ese punto y en hacer una estrategia ciudadana y humana para combatir el crimen organizado, porque la que estableció Calderón no está teniendo resultados. “Tampoco nos dicen qué alternativa hay para detener la guerra más allá de rehacer el tejido social, algo que es a largo plazo. Nosotros necesitamos elementos en lo inmediato que nos permitan ver que desciendan la violencia y las muertes. “Lo grave es que no están descendiendo sino que se han mantenido y hasta han crecido; esto ha provocado la aparición de los grupos de autodefensa como un síntoma de que el Estado no está controlando esta realidad, que está rebasado, cooptado, corrompido y por eso los ciudadanos han tenido que salir a decir: ‘Si ustedes no pueden, nosotros hemos salido a defendernos’, lo cual es muy peligroso.” Desaparecidos A dos años del surgimiento del MPJD, Sicilia señala que han sido tres los aspectos fundamentales en los que se avanzó: La visibilización de víctimas, que el Estado asumiera su responsabilidad y la creación de la Ley de Víctimas. Pero también que se haya sacado a la luz el problema de los desaparecidos durante la guerra contra el crimen organizado declarada en 2006 por Calderón, de los que hasta el momento no hay una cifra exacta pero que rebasa los 26 mil, según datos oficiales. Sicilia sostiene que la violencia, muertes y desapariciones que siguen en el país reflejan que el Estado mexicano ha sido rebasado y que es hora de que se piense en atender llamados como el de la Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas, que ha dicho estar dispuesta a venir a México a trabajar en un protocolo de identificación de personas encontradas en fosas clandestinas con un banco de ADN creado con los familiares. En una entrevista con Marcela Turati en Sarajevo (Proceso 1876), sede de esa comisión, su directora, Kathryne Bomberger dijo que estarían dispuestos a venir a México siempre y cuando el gobierno federal los invite a hacer ese trabajo. Hoy, sostiene Sicilia, es tiempo de que el gobierno de Peña Nieto no anteponga principios trasnochados de soberanía nacional y acepte la ayuda de expertos en protocolos de identificación de desaparecidos, como esa Comisión Internacional formada en 1996 en la antigua Yugoslavia y que tiene científicos que han creado bases de datos de ADN cuyo índice de exactitud en la identificación de restos humanos es de 99%. “El de los desaparecidos es un tema tremendo; por lo menos ya se reveló que hay una lista de desaparecidos que se tiene que depurar, porque se están cruzando con otras listas de organizaciones de desaparecidos y no están todos. Urge que se tenga una base de datos confiable y real, construir protocolos y dotar a las Procuradurías de bancos de ADN, porque no los hay”. –¿Es tiempo de que Peña Nieto acepte esta ayuda? –Ese es un camino y hay que presionar al gobierno de México para que acepte la llegada de esta Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas porque ya urge. México no tiene estos protocolos ni el banco de datos. Esta administración ha mostrado buenas intenciones pero no basta con eso, necesitamos realidades y creo que si la Comisión Internacional está dispuesta a venir, sería fundamental que aceptaran su ayuda, su asesoría para construir los protocolos y apoyarla en la construcción del banco de datos de ADN. –Podrían argumentar que no se puede aceptar porque se viola la soberanía nacional. –La tragedia nacional no es un asunto de soberanía sino de seres humanos y además el mundo ya está globalizado. México no es un lunar en medio de la globalización. Los desaparecidos son el rostro más claro de lo que está sucediendo y seguirá ocurriendo si no lo detenemos con conductas de reconstrucción del tejido social, de paz y de protocolos de búsqueda con los países que ya tienen experiencia para encontrar a los desaparecidos. No podemos estar jugando a un nacionalismo trasnochado. Fragmento del reportaje que se publica en Proceso 1900, ya en circulación.

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