Identifican a uno de los seis cuerpos exhumados en fosas en Chihuahua

miércoles, 19 de junio de 2013 · 14:10
CHIHUAHUA, Chih., (apro).- Las autoridades ministeriales identificaron a uno de los seis cuerpos –tres hombres y tres mujeres-- que fueron encontrados el pasado fin de semana, enterrados en fosas clandestinas, en las inmediaciones del basurero municipal de Rosales. Se trata de quien en vida llevó el nombre de Miguel Gándara Ortiz, un trabajador de una granja que fue levantado hace 14 meses. La víctima era familiar del reconocido periodista de Delicias, Manuel Gándara Samaniego, quien, con este caso, se atrevió a romper “el esquema tradicional” con el medio que dirige, Código Delicias, de cubrir sólo los hechos cuando se trata de asuntos de carácter policiaco. En entrevista con la reportera, Manuel Gándara explica las razones de la política editorial que sigue con el manejo de la “nota roja”. “Recuerdo cuando asistí a un diplomado de periodismo en la Universidad Autónoma de Juárez impartido por personal de la Procuraduría General de la República y de la Fiscalía Estatal… los conferencistas en turno nos hacían notar los peligros que se corren cuando manejas la nota roja. Incluso se habló del cambio de redacción en las notas policiacas, donde se nos recomendó --y a la fecha así se maneja por los diferentes compañeros--, de únicamente el hecho, no ahondar en detalles, porque los tiempos no daban y no siguen dando para más, ya que el crimen organizado y los grupos que manejan los giros negros, el alcohol y las drogas están en todo momento al acecho”. Sin embargo, por tratarse de un caso que conoce de primera mano, lanzó un “extrañamiento y un sentido reclamo a todas las autoridades ‘incompetentes’, llámense policías municipales, policía estatal, a la Fiscalía del Estado y a la propia Procuraduría General de la Republica, que nunca pudieron o no quisieron esclarecer la desaparición de Miguel Gándara”. Miguel tenía 74 años al momento de desaparecer. Trabajó desde niño para empresas locales. Inició en una empresa cervecera que hoy es industria refresquera, propiedad de una familia de apellido Medina, de la ciudad de Delicias. El periodista narra que quienes lo conocieron sabían que era un “trabajador responsable, sin horario y confiable”.   Los hechos El 12 de abril del 2012, a las seis de la tarde, Miguel se presentó en  la granja de uno de sus patrones. Es una  granja porcina, dedicada a la  cría, engorda y venta de cerdos, así como a la crianza de cabras. “Ese día, se encontraba en la granja y se percató de que varios sujetos estaban robándose animales, equipo y forraje. Además, se llevaron una camioneta Pick Up y una ‘traila’. Se robaron todo lo que quisieron”, relata el periodista. En eso, prosigue, llegó Miguen Gándara y creo que no midió las dimensiones de peligro, les reclamó y se lo llevaron. De acuerdo con Manuel, “hubo testigos que inexplicablemente la Policía Ministerial nunca llamó a declarar, las demás corporaciones policiacas le hicieron ‘al monje’ y no se metieron de lleno a la investigación de este hombre trabajador”. En los primeros días del mes en curso, dice, un policía municipal de Rosales fue detenido por violación y en su declaración ministerial confesó que existían fosas clandestinas cerca del basurero de Rosales. Además, reveló que agentes municipales estaban coludidos con delincuentes para cometer ilícitos. “¡Pinche corrupción!”, truena Manuel Gándara desde su medio de comunicación. Con esos datos, peritos de la Fiscalía Zona Centro se trasladaron hasta ese lugar y el pasado viernes 7 encontraron tres cuerpos en dos fosas clandestinas. Un día después, con la ayuda de del grupo K-9 (perros entrenados para el rastreo), localizaron otros tres cuerpos en otra fosa. El primero de estos últimos era el de Miguel Gándara Ortiz. “Tuve en mis manos la fotografía que periciales de la Policía Ministerial tomó y, para desgracia o consuelo de la familia, lograron identificarlo por la vestimenta, el cinto, los zapatos y un estuche de lentes que siempre traía fajado al cinto”, refiera el periodista. Cuenta que a ese trago amargo, le siguió otro: los tramites de entrega recepción del cuerpo. “¡Vayan para allá!, ¡ahora para acá! Con la frialdad que caracteriza a estos malos funcionarios públicos, y finalmente, después de las pruebas científicas respectivas que comprueban su identidad, este domingo, y lunes 16 y el martes 17,  su cuerpo estuvo en la sala de velación de una funeraria deliciense”, agrega. Miguel tenía hijos fuera del país que no lograron llegar al funeral. “Miguel  no merecía esta muerte, Dios bendiga a estos asesinos que realmente no supieron lo que hicieron con este buen hombre”, rumia  Manuel Gándara.  

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