MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Dentro del marco de la cuarta edición del Festival Internacional de Cine de la UNAM (FICUNAM) que concluye el día 9, se presenta por primera vez en México una retrospectiva de la obra del cineasta Otar Iosseliani. Nacido en Tiflis, Georgia, el director obtuvo en 2002 el Oso de plata en el Festival de Cine de Berlín con la película Mañana de lunes, que ahora forma parte de este homenaje. El filme es un trozo de realidad convertida en arte gracias a la narrativa ágil, jocosa y hasta cierto punto surrealista del realizador. Esto parece un reto, debido a la casi nula presencia de diálogos verbales y a los largos plano-secuencias logrados de forma impecable por el director de fotografía William Lubtchasky, quien también ha trabajado con otro amante de estos recursos fílmicos, Jean-Luc Godard. La historia se desarrolla en un pueblo suburbano de Francia, una locación campirana que parece sobrevivir del campo y de las fabricas próximas al poblado. En una de ellas trabaja Vincent (Jacques Bidou), hasta que un buen día decide irse por el mundo a viajar. Toma la decisión sin preocupaciones ni remordimientos por lo que deja atrás. Mientras tanto su familia y el pueblo entero continúan sus pintorescas vidas. La línea discursiva de la película recae en el hartazgo por la cotidianidad. Es una crítica impía al modo de vida actual, donde la gente vive para trabajar y no trabaja para vivir. El autor refleja lo gris y parco que puede ser un lunes por la mañana para un soldador que parece hacer todo mecánicamente, desde que prende la luz al levantarse hasta que la apaga al dormirse. Sin embargo todo esto contrasta con la lucha que desarrollan los personajes para escapar de esa monotonía.  Hacen de la vida un juego de absurdos llenos de gracia: el obrero soldador que pinta todas las tardes hasta que es interrumpido por los deberes de la casa; la anciana que pasea por el pueblo en su Alfa Romeo convertible; el cartero que lee todas las cartas del pueblo y colecciona serpientes provenientes del panteón; el hombre que juega a ser un conde reconocido por sus dotes musicales; el viejo amigo que se trasviste para trabajar en una cantina; el obrero que trepa al tejado para admirar el espíritu de Venecia. El equilibrio que logra el trabajo de Iosseliani entre drama y comedia es de gran maquila, porque logra transmitirnos un mensaje serio de forma lúdica, sobre la verdadera esencia de la vida. Estas obras, entre varias otras del realizador, se estarán exhibiendo este sábado 8 de marzo: Pastorela, a las 16:15 hrs. en la Sala José Revueltas (FICUNAM). Mañana de lunes, a las 18:00 hrs. en la Cineteca Nacional. Jardines en otoño, a las 20:30 hrs. en la Cineteca Nacional. Para mayor información visite el sitio del Festival www.ficunam.unam.mx