Vivir entre militares y secuestradores

miércoles, 16 de julio de 2014 · 10:32

GUADALUPE Y CALVO, CHIH. (Proceso).- Durante casi cuatro años los cárteles de Sinaloa y de Juárez mantuvieron la violencia en su más alto nivel. En los últimos ocho meses los asesinatos, ejecuciones y enfrentamientos comenzaron a disminuir.

Lo que hoy atemoriza a los residentes de este municipio y a los del poblado El Durazno, perteneciente al municipio de Tamazula, Durango, son los secuestros. Junto con el sinaloense de Badiraguato –donde la economía depende en 90% del cultivo y venta de mariguana y amapola–, ambos municipios conforman el Triángulo Dorado del Narcotráfico.

La diferencia de Badiraguato con respecto a Guadalupe y Calvo y El Durazno es que en estas últimas regiones mujeres y niños son mano de obra indispensable durante el periodo de la cosecha de mariguana y amapola... Un fragmento del reportaje que se publica en la edición 1967 de la revista Proceso, actualmente en circulación.

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