Inseguridad, principal factor que frena la débil economía mexicana: Merrill Lynch

martes, 4 de noviembre de 2014 · 21:31
MÉXICO, D.F. (apro).- La inseguridad creciente que se vive en el país es ya el principal factor que detiene el crecimiento de la economía mexicana, aseguró hoy el Bank of America Merrill Lynch (BofAML). En su informe mensual sobre los mercados emergentes globales, cuyo apartado sobre el país titula “México: una recuperación más débil de lo esperado”, advierte: “En las últimas semanas, las preocupaciones sobre la inseguridad han regresado a los reflectores como el principal factor que detiene el crecimiento económico. La inseguridad encabeza las preocupaciones (de los analistas) por encima de la política fiscal, la volatilidad financiera y la debilidad externa de los mercados. “Esto está relacionado con los conflictos en Guerrero y Michoacán, y las protestas que los acompañan a nivel nacional”. Firmado por Carlos Capistrán, economista en jefe del BofAML para México, el reporte señala que “un crecimiento más débil de lo esperado del PIB (de México) y una normalización desordenada en la política monetaria de Estados Unidos son los principales riesgos externos”. En tanto, “los principales riesgos internos consisten en una mayor reducción de las exportaciones petroleras, una implementación de las reformas por debajo de las expectativas y el aumento de la inseguridad”. En su análisis macroeconómico, el BofAML considera que la economía mexicana sigue en recuperación, pero que ésta “es más débil a lo esperado”. Y justo por ello, dice, el banco hizo recientemente un ajuste en su pronóstico de crecimiento de México para 2014, a 2.2% desde el 2.6%, y a 3.7% desde 4% para 2015. “La falta de impulso (de la actividad económica del país) nos llevó a reducir nuestro pronóstico del crecimiento del PIB”. Prevé la institución que el avance de la economía mexicana en los próximos meses “será impulsado por el crecimiento en Estados Unidos, el gasto público y la política monetaria laxa del Banco de México”. Sin embargo, considera que “las exportaciones petroleras a la baja, un retraso más largo de lo esperado en el impacto del gasto público en la economía y las crecientes preocupaciones sobre la inseguridad en México están pesando en el crecimiento del PIB”. El BofAML también advierte que la demanda externa “no ha tenido la fuerza que esperábamos al inicio del año”. Luego explica que la razón de ello es la “caída inesperada”, de 8.7% en lo que va del año, de las exportaciones petroleras, que equivalen a 12% de las exportaciones totales de México. La caída, asegura, se debe a una menor producción y menores precios, aunque la producción contribuyó más a la caída. Expone: “Un superávit en la balanza comercial petrolera de alrededor de 0.5% del PIB significa que la actividad económica de México está cubierta frente a una caída en los precios del petróleo. Sin embargo, México no está cubierto frente a caídas en la producción de petróleo”. BofAML señala, por otra parte, que la reducción de su pronóstico de crecimiento para México se debió en buena medida a que el impulso fiscal que sobre la economía ha decidido el gobierno federal –un mayor gasto público y alzas en los impuestos desde este año– no ha dado los resultados esperados. Explica: “En los primeros ocho meses del año el impulso fiscal fue de 0.4% del PIB, lo que significa que el gasto público ha aumentado en 223 mil 800 millones de pesos más que los ingresos fiscales (que fueron en ese lapso) de alrededor de 16 mil 600 millones de dólares. “Esta política fiscal expansiva debería apoyar a la actividad económica, aunque por ahora eso no ha sucedido. “Hasta el momento, las cuentas nacionales de la primera mitad del año (información que publica el Inegi) muestran un gran impacto negativo en el consumo y la inversión por la subida de impuestos, y una contribución prácticamente nula al crecimiento por parte del gasto público”. Finalmente, después de ese análisis demoledor sobre la situación económica del país, BofAML concilia: “Sin embargo, prevemos que el impulso fiscal apoye al crecimiento en los próximos meses, cuando el gasto público comience a tener un impacto en la actividad económica”.

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